Queridos
amigos de La
Orilla de las Letras,
el
día 15 de mayo se lo dedicamos a Pilar
García Arroyo, nuestra nueva invitada. ¿Preparados para conocerla? ¡Allá
vamos!
¿Cuándo
descubriste que la escritura era algo más que un pasatiempo?
La primera noche en que me
desperté a las cinco de la madrugada llena de ideas sobre personajes, tramas,
subtramas, conflictos y diálogos. La escritura había entrado en mí con tanta
fuerza que supe que necesitaba plasmar todo el mundo que me había poseído.
¿Qué
lecturas crees que te han influenciado como escritora?
Siempre me ha gustado leer un poco
de todo y en los últimos años me desafío a leer géneros que no me atraían
especialmente, como la ciencia ficción o la fantasía.
Pero, sin
lugar a duda, las lecturas que más me han configurado como escritora son las de
ficción histórica: Sinuhé, el Egipcio;
Yo, Claudio; Circe; La Canción de Aquiles;
toda la saga sobre la República Romana de Colleen McCullough o la de Trajano de
Santiago Posteguillo.
Me parecen
muy inspiradoras todas las obras de Almudena Grandes, de Eduardo Mendoza y de
José Saramago.
Y no pueden faltar las grandes tragedias griegas. En especial, las de Eurípides, que están muy presentes a lo largo de toda la novela.
©
Pilar García Arroyo.
¿Qué
estás leyendo ahora mismo? ¿Nos lo recomendarías?
Suelo
llevar dos títulos a la vez. Uno en español y otro en inglés, porque formo
parte de un club de lectura en ese idioma.
En español estoy leyendo La
República del Dragón. Es la segunda parte de una trilogía de fantasía y la
verdad es que me ha enganchado la vida de la protagonista. Es una mujer muy
joven con un gran poder y mucho sufrimiento. La narración está cargada de giros
y, a pesar de su crudeza en algunos momentos, consigue crear la necesidad de
seguir leyendo.
En inglés estoy leyendo Tuesdays
with Morrie, una novela que habla de la enfermedad terminal con gran
sensibilidad y una carga importante de esperanza en el género humano.
¿Cómo
compaginas tu trabajo como fisioterapeuta con la escritura?
Estudié Historia en la UNED
mientras trabajaba y tenía una niña pequeña, también hice el doctorado
compaginando ambas facetas, así que estoy acostumbrada a trabajar de
fisioterapeuta por las mañanas y a dedicarme a mi otra pasión por las tardes.
A pesar de
todo, lo más complicado no es compaginar el trabajo con la escritura, es
compaginar la vida de mujer adulta con la escritura: organizar la casa, cuidar
de una madre octogenaria, comprar, sacar tiempo para hablar con amigas y con mi
hija, cuidar varios gatos, etc.
¿Cómo
ves el panorama literario actual?
Pienso que es muy rico y variado.
El principal problema es que hay tantas publicaciones que es complicado estar
informada de todas las novedades que salen cada mes. Como lectora me faltan
horas al día para leer todo lo que me apetece. Como escritora encuentro
complicado que los lectores potenciales sepan que existo.
¿Escribirías
una novela de moda a cambio de hacerte famosa?
Sé que lo políticamente correcto
sería decir que no, pero creo que se puede escribir una buena novela de moda y
darle tu sello personal. Sería un reto interesante. Si la fama que conlleva me
diera lo oportunidad de poder escribir lo que me gusta más, lo haría.
¿Qué
ha supuesto para ti la publicación de Olimpia, hija
de Neoptólemo?
Cuando
recibí el correo de la editorial diciendo que lo iban a publicar me eché a
llorar. Suponía el fin de una etapa muy complicada en mi vida. Una etapa de la
que salía con muchas ganas de vivir cada minuto y disfrutar de cada pequeño
logro como un gran éxito. Olimpia es, en lo personal, la constatación física de
una revolución íntima y profunda.
¿Qué
vamos a encontrar en este libro?
La
Historia contada desde un punto de vista femenino. Alejandro Magno es el
personaje histórico que más bibliografía ha generado, pero apenas sabemos nada
de las mujeres que le rodearon, comenzando por su madre. Las mujeres griegas
vivían aisladas de la vida social, incluso en aquellas ciudades que, como
Atenas, presumen de su democracia.
Esta novela usa a Olimpia como excusa para dar voz a miles de mujeres que
han sido silenciadas durante siglos.
¿Cuánto
tiempo has tardado en escribir esta obra?
Desde que comienza el proceso de escritura hasta la versión que ha sido publicada han pasado cuatro años. La fase de documentación fue larga ya que no me gusta dejar ningún detalle sin explorar. Los primeros capítulos del primer borrador tenían un estilo demasiado académico porque yo acababa de finalizar la tesis doctoral. Todo ello ha habido que pulirlo hasta conseguir un texto con rigor histórico, pero fácil de leer para el público no experto.
©
Pilar García Arroyo.
¿Qué
tiene de ti Olimpia, hija de Neoptólemo?
La necesidad imperiosa de ser
considerada como una persona integral más allá de su condición de madre.
Olimpia es, además de madre, esposa, amiga, enemiga, sacerdotisa, estudiosa…Y
se niega a ser catalogada solo en una de sus facetas.
¿Qué
esperas que los lectores aprendan de este libro?
A amar el legado griego, a pesar
de sus sombras: su teatro, los conocimientos médicos, incluso la magia y
hechicería.
Sentía la
necesidad de dar a conocer la vida cotidiana: qué comían, qué leían, cómo se
divertían o a qué dedicaban su tiempo…
Y, sobre
todo, su espiritualidad. Más allá de los dioses olímpicos y de la religión
oficial, los griegos vivían en la necesidad de encontrar sentido a su vida. Algunos
lo encontraron en la filosofía, otros, en las religiones mistéricas.
¿Qué
nuevos proyectos literarios tienes en marcha?
Estoy finalizando la segunda parte
de la saga de Olimpia.
También
tengo una colección de microrrelatos que voy escribiendo con calma. Le pedí a
amigos y conocidos que me dieran una frase de inicio. La idea es escribir una
microhistoria con cada uno de esos comienzos.
Por otra
parte, he desempolvado un par de novelas que escribí cuando era muy joven.
Quizá…
¿Te
gustaría añadir algo antes de terminar esta entrevista?
Aunque Olimpia es una novela de
ficción histórica y la he abordado como historiadora, siempre hay una parte de
la Pilar sanitaria en todo lo que escribo. Como autora, tengo el poder de
enfermar y sanar (o matar) a los personajes. Me gusta mostrar los síntomas de
tal manera que alguien con conocimientos médicos pueda hacer un diagnóstico del
siglo XXI. Aunque, por supuesto, los “pacientes” reciben un tratamiento del
siglo IV a. C.
Muchas
gracias, Pilar, por tu tiempo, tus palabras
y tus fotos personales. Te deseamos una carrera literaria larga y próspera.
Y
vosotros, amigos lectores, gracias
por estar un día más al otro lado de la pantalla. Ahora, ¡a leer!
Cristina Monteoliva