Título: Inconexión
Autor: Neal Shusterman
Edita: Anaya
Páginas: 488
Precio: 17,95 €
Hay sagas juveniles cuyas tramas son tan
simples y están ya tan vistas, que apenas se entiende que sus autores escriban
más y más volúmenes protagonizados por los mismos personajes. Otras, sin
embargo, tocan temas tan interesantes y complejos, que lo que no se comprende es
cómo consiguen los autores llegar a un final en un momento determinado. Este
último sería para mí el caso de la saga de Desconexión,
de Neal Shusterman, cuyo tercer volumen, Inconexión,
he leído recientemente.
Tras el asalto del
Cementerio, Connor y Lev huyen desesperadamente. Por el camino, Connor es
secuestrado por un supuesto fan. Una vez libre Connor, en compañía de Grace (la
hermana de su captor) y Lev, se dispone a encontrar a una mujer que creen que
tiene las claves para desmontar todo el tinglado de la desconexión juvenil (la
división por partes de los jóvenes).
Por otra parte, Risa, una
vez recuperada su movilidad al completo, intenta llegar a Connor por todos los
medios, no sin antes toparse con un buen número de partes.
Por otro lado, Cam, el
chico creado a partir de cientos de partes de otros chicos desconectados,
intenta llegar a Risa, su gran amor platónico.
Finalmente, Starkey, el
jefe de los chicos huérfanos del Cementerio, se las apaña ya no solo para hacer
que sus amigos huérfanos tengan una vida la mar de interesante, sino para crear
un buen número de problemas allá donde va.
Antes de seguir con
esta reseña he de indicaros de nuevo que Inconexión
es la tercera parte de la saga Desconexión,
y que si no habéis leído los dos primeros libros, tendréis muchas dificultades
para seguir la trama de este tercer volumen.
Podéis leer la reseña
que escribí de Desconexión en: http://www.laorilladelasletras.com/2014/03/resena-desconexion-de-neal-shusterman.html;
y la de Reconexión, el segundo libro
de la saga en: http://laorilladelasletras.blogspot.com.es/2014/03/resena-reconexion-de-neal-shusterman.html
Comencé a leer Inconexión pensando que sería el último
volumen de la saga. Pronto me di cuenta de que Shusterman había decidido
dedicar al menos cuatro libros al tema de la desconexión juvenil en un futuro
que en realidad no dista mucho de nuestro presente.
Como en los anteriores
libros, todo gira entorno a la desconexión juvenil, una especie de aborto de
adolescentes que surge tras una guerra civil americana. Básicamente, los chicos
rebeldes son llevados a granjas para que se les divida en partes a veces
minúsculas. Eufemísticamente, se dice que los jóvenes pasan a vivir de forma
divisa. Lo cierto es que ellos mueren mientras sus órganos van a parar a
ciudadanos “decentes” con necesidades.
La desconexión juvenil
resuelve, en parte, el problema que el primer mundo tiene tanto con la rebeldía
adolescente como con con los órganos disponibles para hacer trasplantes. La
parte que no resuelve la forma legal de obtención de órganos la solventan los
piratas de partes, malvados criminales que dan caza a los chicos fugitivos para
quitarles los órganos.
Existen numerosas
incógnitas que los personajes han de resolver a lo largo de este libro: ¿a
quién beneficia realmente la desconexión juvenil, aparte de a la gente que
necesita una donación de órganos? ¿Por qué es tan difícil acabar con un sistema
tan cruel? Y, sobre todo, ¿quiénes fueron los primeros en implantar la desconexión
y por qué?
Connor, Risa, Lev,
Grace y Cam tienen una misión (aunque algunos de ellos no lo sepan) clara en
este tercer volumen: encontrar a la única persona que les puede decir cómo
empezó toda la locura dela desconexión. ¿Les ayudará eso a convencer a la
población de que esta práctica no es justa para nadie? Lo descubriremos en el
cuarto volumen.
Como en el resto de
libros de esta saga, aquí encontramos también mucha acción, subtramas
inesperadas, tensión y un poquito de amor adolescente. Aunque, a decir verdad,
a mí lo que más me ha sorprendido gratamente es la aparición en este libro del
personaje de Grace, una chica algo mayor que el resto de los protagonistas. Se
supone que Grace tiene algún tipo de discapacidad psíquica, aunque generalmente
se comporta como la más inteligente de todo el grupo. Estoy deseando ver qué va
a hacer esta chica en el próximo libro.
Otro de los aspectos a
resaltar de este volumen es la cantidad de anuncios por parte de los que están
en contra y de los que están a favor de la desconexión que encontramos
interrumpiendo la trama principal. Todo un acierto por parte de Shusterman, ya
que de esta forma hace que el lector tenga que estar planteándose cuestiones
morales y de otras índoles continuamente.
Inconexión, en
definitiva, nos ofrece una lectura entretenida, emocionante y reflexiva
mientras nos prepara para el gran final de la saga de Desconexión. Si ya habéis
leído los otros dos libros anteriores, no dejéis de haceros también con este.
Cristina Monteoliva