domingo, 18 de julio de 2021

Reseña: ESTO NO ES BAMBI, de David Pérez Vega.

 

La mayoría de universitarios sueñan con encontrar un buen puesto de trabajo acorde con su formación, si es posible, nada más acabar la carrera. Pensemos, por ejemplo, en estudiantes de empresariales. Si ese puesto de trabajo es, además, en una de las mejores empresas auditoras de España, el sueño se vuelve pura fantasía. Todos sabemos que, sin embargo, los sueños pueden fácilmente convertirse en pesadillas. Y si no, que se lo digan a los protagonistas de Esto no es Bambi, la novela de David Pérez Vega de la que hoy hablaremos.

La acción nos traslada a los comienzos del presente siglo. En esta época pocas son las grandes empresas auditoras de cuentas del mundo. Una de ellas trabaja en España: William Golding. A ella llegan cada año montones de candidatos, casi todos procedentes de las más prestigiosas universidades privadas. Los jóvenes comienzan con entusiasmo e interés los cursos de formación. Algunos incluso podrán viajar para seguir formándose a la sede de Chicago de la empresa. Una vez en su nuevo puesto de trabajo, sin embargo, todos se toparán con la cruda realidad: jornadas maratonianas de trabajo, incomprensión por parte de los jefes, prácticas del todo dudosas, competencia desleal entre compañeros…

Marta María Lindsay, Carmen, Alfonso, Nerea, Daniel y Javier son seis de los universitarios que fueron reclutados al mismo tiempo por parte de la compañía. Los seis pasaron por el curso de contabilidad en Madrid, aunque no todos fueron después a completar su formación en Chicago. Todos comenzarían con ganas el trabajo, con dispares resultados al cabo del tiempo.

En esta novela veremos cómo cada uno de nuestros protagonistas pasa por una distinta fase. Así, todo comienza con la pija Marta María Lindsay en el curso de contabilidad y acaba con el triunfador Javier, cuando muchos de sus compañeros se han quemado con el trabajo y la empresa ha sido absorbida por otra al estallar un importante escándalo financiero relacionado con la misma.

Marta María Lindsay es una pija con una forma muy peculiar de hablar; Carmen es una joven religiosa que sueña con salir con un compañero de trabajo; Alfonso es el chico ambicioso consciente de los orígenes de su familia; Nerea es la chica que estudió, a diferencia de la mayoría de sus compañeros, en una universidad pública y no se sabe todavía cómo encajar en el grupo; Daniel es el escritor que definitivamente nunca debería haber empezado a trabajar en la empresa; y Javier es el hombre triunfador que acabará viendo cómo todo se desmorona a su alrededor.

¿Qué tienen en común nuestros seis personajes, además de trabajar todos en el mismo lugar? Las grandes empresas son mastodónticas máquinas de hacer dinero. No hay que olvidar que en ellas, sin embargo, trabajan personas. Las personas nunca podrán ser máquinas, como bien sabe David Pérez Vega. Las personas tienen sentimientos, son imperfectas, y así las vemos aquí: con sus maneras características de expresarse, sus anhelos, sus aspiraciones y todos esos pequeños detalles que nos hacen a todos únicos.

Si bien todos los personajes me parecen destacables por sus cualidades, a mí el que más me ha gustado de todos ellos es Daniel, el futuro escritor que tanto se parece al autor de esta obra (ya que David Pérez Vega se ha basado en su propia experiencia de juventud a la hora de escribirla). Daniel es un joven que no entiende bien qué hace en la empresa, por qué le hacen trabajar tanto y qué tiene que hacer para contentar a sus jefes. Daniel sueña con escribir novelas literarias mientras averigua que la labor de los auditores no consiste en otra cosa que en hacer que las cuentas de los clientes no tengan contradicciones internas, es decir, que no se note mucho que le están mintiendo al fisco. Daniel es inteligente a la par que inocente: el chico que despierta a la realidad para darse cuenta de que no todo es siempre más complejo de lo que las mentes idealistas creen, sino también, más cruel. Daniel, en definitiva, es el más consciente de todo lo que pasa a su alrededor de todos ellos.

Llegados a este punto, cabe preguntarse: ¿de qué va en realidad obra? Esto no es Bambi es una novela satírica con seis narradores distintos (nuestros seis protagonistas) en la que, además de humanizar al sector, concretamente, a los empleados del mismo, el autor viene a destacar la impunidad con la que tanto tiempo se hicieron (mal) las cosas, los acuerdos que tomaban las empresas auditadas y las que las auditaban y, sobre todo, la esclavitud del sector. Y es que lo que desde fuera puede parecer una maravilla, un trabajo estupendo en una gran empresa, en realidad es prácticamente una condena a trabajos forzados. Los empleados del sector son reclutados jóvenes, formados en clases que duran muchas horas y animados a estar siempre los unos con los otros para estrechar los lazos con la empresa. Una vez incorporados a su puesto de trabajo, el auditor de cuentas ha de ver cómo su pelo se va día tras día por el desagüe por culpa del estrés que supone trabajar hasta dieciséis horas al día, dormir poco y alimentarse peor. ¿Que el sueldo merece la pena? Solo para los que están en los escalones más altos. Mientras tanto, los pececillos del fondo han de matarse entre sí para seguir escalando posiciones. O rendirse y marcharse a otra empresa.

Esto no es Bambi, en definitiva, es una original obra sobre el mundo de las grandes empresas. Se trata esta de una novela con la que despertar conciencias, pero también con la que divertirse. Una historia con la que plantearse el mundo en el que vivimos y tomar una decisión: ¿estamos o no de parte del capitalismo más salvaje?

Cristina Monteoliva

domingo, 11 de julio de 2021

Reseña: LOS GUARDIANES DEL FARO, de Emma Stonex.

 


¿Supera la realidad la ficción? Lo que está claro es que, en muchas ocasiones, la inspira. Pongamos por caso la extraña desaparición de unos torreros en un faro en medio del mar. ¿No creéis que este caso sin resolver podría dar para muchas historias? Al menos sí para una: la que conoceremos en Los guardianes del faro, la novela de Emma Stonex de la que hablaremos a continuación.

Todo empieza en Cornualles, a finales del año 1972. Era la víspera de Año Nuevo y todo estaba listo para el relevo en el faro de la Roca de la Doncella, en medio del mar. Una vez que llegó el barco con el nuevo farero al lugar, sin embargo, todo fue confusión: los tres fareros que debían recibir a la tripulación del barco y a su nuevo compañero habían desaparecido, dejando tras de sí el faro cerrado por dentro, la mesa dispuesta para la comida y los relojes parados a una hora en concreto.

Veinte años más tarde, en 1992, el escritor Dan Sharp se propone resolver el misterio. Para ello, contactará con las mujeres de dos de los fareros desaparecidos y la antigua novia de un tercero. ¿Arrojará algo de luz el relato de las tres mujeres?

Esta es la historia de un misterio que quedará desvelado al final del libro: la desaparición de tres fareros en su puesto de trabajo. Los dos primeros, Arthur y Bill, estaban casados con Helen y Jenny, respectivamente; mientras que el tercero, Vince, tenía novia en el momento de la desaparición: Michelle.

La narración nos muestra diversas situaciones en dos épocas distintas: 1972 y 1992. En 1972 nos encontramos con las voces narrativas de los fareros, tres hombres bien distintos que ven cómo sus vidas personales se acaban entrelazando, hasta límites que en principio no podríamos sospechar. Los suyos son relatos intimistas, influenciados por el aislamiento que su trabajo les supone y los pensamientos que esto les hacen tener.

En 1992, por otro lado, nos encontramos con las narraciones de Helen, la mujer de Arthur; Jenny, la de Bill; y Michelle, la antigua novia de Vince. Helen, mantenía una relación un tanto distante con su marido, al tiempo que para Jenny, Bill lo era absolutamente todo. Michelle amaba a Vince, pero no pudo evitar casarse tras su muerte y seguir su vida.

Además de la desaparición de los fareros, pronto nos encontraremos con otras incógnitas que hay que resolver, como el por qué Jenny detesta a una Helen que no deja de mandarle cartas; el por qué todo el mundo sospecha de Vince al haber estado en la carta o si el invitado inesperado que apareció un buen día en el faro era o no un fantasma.

La intensidad en la trama crece por momentos, hasta que por fin conocemos la verdad. Pero, ¿es la que esperamos? ¿Es acaso la que las mujeres que se quedaron esperando a sus hombres se merecen?

Los guardianes del faro, en definitiva, es una interesante obra llena de intriga que nos sumerge de lleno en el claustrofóbico mundo de los fareros y la sufrida vida de las mujeres que han de quedarse en tierra esperando a sus hombres. Se trata esta de una novela donde nada es lo que parece, personajes llenos de complicados secretos y, por supuesto, un interesante misterio que finalmente queda resuelto. Y tú, ¿a qué esperas a descubrir lo que de verdad pasó con los fareros en vísperas de Año Nuevo?

Cristina Monteoliva

domingo, 4 de julio de 2021

Entrevistando colectivamente a CRISTINA MONTEOLIVA

 

Queridos amigos de La Orilla de las Letras,

 

después de entrevistar en el blog a un buen número de autores y autoras, he decidido ofreceros algo totalmente distinto: la entrevista colectiva que me han realizado Mariló Joya Martín, Marisa López, Patricia Trebolle Liz, Verónica Martín Ruiz, Jaume Palau, María Zaragoza, Pilar Ibáñez, Helena Ruiz Andreu, Eva Monzón Jerez, Irelfaustina Bermejo, Ester FG, María Carrascosa, Dix Juan Antonio, Ignacio Maldonado, Luis Vea García, Marbelys Palmero Fernández y Ari Con Mina.

Como el artículo es bastante largo, no os entretengo más. ¡A leer!

Mariló Joya Martín: ¿Qué te hace sonreír?

En Italia dirían que soy una persona muy solar, lo que quiere decir que soy bastante risueña. Creo que sería más fácil hablar de las cosas que no me hacen sonreír que de lo contrario.

Centrándonos en el mundo de los libros, diré que sonrío cuando leo algo que me gusta en un libro y cuando creo que una de las escenas de una de mis novelas o cuentos me ha quedado justo como yo quería. También sonrío ante los éxitos de los amigos escritores, la salida de un libro que me interesa leer o cualquier otra noticia literaria que me parezca digna de ser celebrada.

La vida está llena de sinsabores y momentos tristes. Creo que, en general, deberíamos todos intentar apreciar los pequeños placeres que nos ofrece la existencia y procurar sonreír más.  

 

Marisa López: ¿Te gustan los gatos?

Me gustan los gatos, aunque soy más bien de perros. Los felinos y yo no acabamos de llevarnos bien, de ahí que me guste admirarlos con cierta distancia.

Me gustan especialmente los gatos callejeros, que tan bien se las suelen apañar solos, aunque si tienen cierta ayuda (personas que les lleven comida y agua y que se preocupan por su bienestar, en general), mucho mejor.

¿Que puede que en el futuro tenga un gato? Eso nunca se sabe.

No deja de parecerme curioso que tras la publicación de Gatitos buena parte de las personas que veían la portada del libro pensaran que yo era una fan acérrima de los gatos. Los escritores a veces escribimos de temas que nos apasionan al máximo, pero otras veces, no. Todo va en función de la historia que se dibuje en nuestras cabezas. En mi caso, los gatos me parecieron más apropiados que los perros para la novela que tenía en mente, por la naturaleza de los mismos y por los mensajes que yo quería transmitir con mi obra.

Igual tendría que escribir una novela sobre cocodrilos, a ver si a la gente se le ocurre pensar que tengo la casa llena de estos animales.

 

Patricia Trebolle Liz: Si pudieras viajar en el tiempo, ¿a qué época irías?

En estos momentos me gustaría viajar a la época de la Sexi (Almuñécar) romana. Hay muchas incógnitas por desvelar sobre la ciudad. Quisiera conocer cuál fue la verdadera importancia de la misma, las lujosas villas desaparecidas, cómo era absolutamente todo. Y, aunque nunca he intentado escribir una novela histórica, tomaría muchas notas para hablar más tarde de todo ello en un libro.

 

Verónica Martín Ruiz: Tres libros para leer este verano.

Yo no sé vosotros, pero a mí las lecturas de verano me resultan las más complicadas de todas. Espero mucho de ellas, ya que siempre recuerdo aquellos veranos en los que precisamente aprovechaba para leer y disfrutaba el máximo de cada página.

En el blog tenéis montones de reseñas de libros, así que os diría que eligierais vosotros mismos entre tantos cuál podría interesaros. Pero tengo que mojarme, ya lo sé. Me lanzaré entonces a la piscina con Drácula, de Bram Stoker, porque es un clásico sorprendente; La familia y otros líos, de Marian Keyes, porque es una lectura veraniega, fresca a la par que con contenido sobre el que reflexionar; y El aliado, de Iván Repila, porque es una obra que invita a pensar en el feminismo desde todos sus puntos de vista.

 

Jaume Palau: ¿Qué crees que debe de tener un buen libro?

Calidad literaria y entretenimiento a partes iguales, personajes con profundidad y situaciones inolvidables.

 

© Cristina Monteoliva. La gran villa sexitana está aún por descubrir. Mientras tanto, os invito a disfrutar de la Villa Romana de Salar (Granada), toda una maravilla.

 

María Zaragoza: ¿Cuál fue tu libro favorito en la infancia o la adolescencia? ¿Ya querías entonces ser escritora? ¿Influyó ese libro en la decisión?

En mi infancia y mi adolescencia no tuve un libro favorito porque prácticamente me gustaban todos los que leía. Entonces no era una gran lectora, al menos no como ahora, pero sí que emprendía cada lectura con interés (menos las obligatorias para el colegio y el instituto. De esas casi no recuerdo nada, tal fue el poco impacto que esos libros dejaron en mí).

Por hablar de alguna de estas lecturas, diré que recuerdo con mucho cariño Heidi, de Johanna Spyri porque fue un libro que gané en un concurso literario del colegio.

Contestando a la segunda pregunta, en mi adolescencia escribía mucho, pero entonces era para mí solo una afición. No creo que entonces pensara en ser escritora.

Con respecto a mis lecturas de infancia y adolescencia, creo que sí influenciaron en mí como escritora, pero es ahora cuando me doy cuenta. Entonces me influenciaban especialmente las series y las películas. Algo que me gustaba hacer era escribir mi versión de las mismas, protagonizadas por mis amigas y yo misma.  

 

Marisa López: ¿Recuerdas cuál fue el primer libro que leíste que te impactó y por qué?

No sé si fueron los primeros libros que me impactaron, pero desde luego hay dos que lo hicieron en mi adolescencia: ¡Viven! El triunfo del espíritu humano, de Piers Paul Read y El insensible, de Andrew Miller.

¡Viven! El triunfo del espíritu humano narra la historia real de un equipo de fútbol que viajaba en un avión. Este se estrelló en una montaña helada y los supervivientes tuvieron que ingeniárselas para, precisamente, no morir, lo que le llevó a hacer cosas que en condiciones normales nos resultarían impensables.

El insensible, por su parte, es una novela de época en la que nos encontramos con un protagonista totalmente insensible, como hay anuncia el título, lo que hace que lo veamos en situaciones realmente impactantes.

 

Pilar Ibáñez: ¿Por qué decidiste escribir?

Escribo desde la infancia y no tengo ni idea de cómo un buen día me puse a ello. Imagino que me pareció lo más lógico. O no: creo que lo hice sin pensar. A veces no decidimos hacer lo que hacemos: simplemente, nos ponemos a ello.

 

Helena Ruiz Andreu: ¿Qué novela y/o autor te inspiró para escribir?

Aunque ya he dicho antes que en la infancia y la adolescencia lo que más me inspiraban eran las películas y las series a la hora de escribir, eso cambió más adelante. Una vez adulta, puedo afirmar que todos aquellos autores cuyas obras me han gustado me han inspirado a la hora de escribir.

La lectura de un buen libro siempre me invita a crear. ¿De quién, por ejemplo? Marian Keyes.

 

María Zaragoza: ¿Qué libro de otro te hubiera gustado escribir?

Ninguno, actualmente. Quiero escribir mis propias historias, con mi propia voz narrativa, mis propias inquietudes, mis propios personajes, todos mis errores y mis aciertos. Te digo más: el día que alguien me diga que mi estilo se parece al de alguien, ¡me va a sentar fatal!

 

Patricia Trebolle Liz: ¿A qué escritor te gustaría conocer?

Definitivamente, me gustaría pasar un rato con Marian Keyes. Por suerte, gracias a las nuevas tecnologías puedo seguirla en redes sociales y, por lo que veo de ella, me resulta encantadora.

 

Eva Monzón Jerez: ¿Por qué crees que esto de escribir vale la pena, a pesar de todo lo que conlleva de frustrante a muchos niveles?

Creo que el problema radica en la escasa capacidad para soportar la frustración que tenemos hoy en día. Si lo piensas, son muchas las profesiones que conllevan  sacrificio, horas de desaliento, más fracasos que éxitos… La profesión de escritor no es mejor que otras, en este sentido. La cuestión está en ver lo que merece la pena: ese párrafo que te queda genial, el capítulo que parece que se ha escrito solo, la amiga y lectora cero que espera con ansias que le envíes algo para revisar, los lectores que te escriben para decirte que han disfrutado con tu obra… Tenemos que centrarnos en todo eso e intentar no pensar mucho en todo lo demás.

¿Que me gustaría poder vivir de esto en algún momento? Por supuesto. Es injusto que muy pocos escritores puedan hacerlo, además. Pero si nos rendimos ahora nunca sabremos hasta dónde podríamos haber llegado.

© Cristina Monteoliva. Villar Romana de Salar.

 

Pilar Ibáñez: ¿Qué te llevó a iniciar una andadura tan difícil y compleja sabiendo que a la mayoría de las editoriales solo les interesa el dinero y no la calidad de los libros?

El creer que era lo que tenía que hacer. Así de cándida era yo. Claro, que todo lo demás, la desidia de las editoriales a la hora de dar oportunidades a obras que se salen de los esquemas, la poca profesionalidad de algunas personas del mundillo, la saturación del mercado (con más escritores que lectores), etc, fue algo que descubrí después.

 

Pilar Ibáñez: Si volvieras a nacer, ¿volverías a escribir sabiendo lo que sabes?

Solemos creer que podríamos volver a nacer sabiendo un montón de datos de nuestras vidas anteriores. Imagínate cómo sería vivir los primeros años de tu vida con la mentalidad de una persona de cuarenta o cincuenta, ¡terrorífico!

No, yo creo que la gente, si llega a renacer, lo hace con la mente en blanco, lo que te da la oportunidad de cometer de nuevo los mismos errores o aciertos, o acabar tomando caminos totalmente distintos.

¿Creo que volvería a escribir si pudiera dar marcha atrás, de alguna manera? Lo más probable es que sí. No me imagino mi vida de otra manera.

 

Helena Ruiz Andreu: ¿Género literario favorito?

Me resulta muy complicado contestar a esta pregunta, ya que actualmente no creo tener un género favorito. Podría decirse que me decanto por el terror, pero también me gustan muchísimo las novelas actuales con cierto sentido del humor y ganas de explorar temas preocupantes.

Los libros, como todo en la vida: si son buenos, si te conmueven, no es necesario ponerles una etiqueta.

 

Irelfaustina Bermejo: ¿Por qué no te atrae la poesía?

Aunque el chocolate es muy popular, hay un buen número de personas a las que no les gusta. Si lo pienso desde mi punto de vista, no puedo entenderlo porque yo soy una fanática del chocolate. Si pienso en que cada persona tiene unos gustos diferentes que no puede elegir, al fin y al cabo, sin embargo, me doy cuenta de que no pasa nada por que a ellos no les guste el chocolate y a mí sí.

De la misma manera que con el chocolate, aunque la poesía le gusta a mucha gente, a otros no nos llama en absoluto la atención, aunque lo hayamos intentado con lecturas, recitales y demás. A mí, en concreto, la poesía me aburre sobremanera, hasta el punto de no poder prestarle atención a más de dos versos seguidos. Al tercero, la mente se me va a la lavadora que tengo por hacer, a la lista de la compra y a un sinfín de nimiedades que rondan por mi cabeza.

En serio, lo he intentado, pero la poesía no es para mí. Disfrutadla vosotros que podéis.

 

Ester FG: Si tuvieras que elegir un género poco tocado. ¿Cuál sería? ¿Y por qué?

No creo que haya géneros poco tocados, sino géneros que son más comerciales que otros.

Me temo que para contestar bien a esta pregunta necesitaría un ejemplo de género poco tocado. Hasta la fecha, he visto publicado y leído casi de todo.

 

María Carrascosa: Dentro del género de la novela: ¿cuál es la temática sobre la que no escribirías nunca?

La vida da muchas vueltas y nunca se puede decir que no escribirás sobre algo, porque en unos años puedes encontrarte precisamente haciéndolo.

Actualmente me dan pereza varias temáticas, como la erótica o la autoficción. Sobre esta última he pensado bastante. Hay algunos aspectos de la misma que me preocupan. Por ejemplo, cuando escribes sobre ti mismo, inevitablemente lo haces también sobre otras personas (ya sabemos que nadie es una isla). ¿Deberías pedir permiso para ello? ¿No ha de preocuparnos que lo que escribamos sobre aquellas personas les afecte de alguna manera?

Y luego está el asunto de los recuerdos, tan escurridizos como relativos. Porque algo que ocurrió hace años, una persona lo recuerda de una forma, pero otra, de manera totalmente distinta, de forma que podríamos llegar a un conflicto al confrontar ambas impresiones. Claro, que si alguien habla de ellas en un libro y el otro no está conforme…

En fin, que la autoficción me parece un género complicado, desde distintos puntos de vista. 

© Cristina Monteoliva. Gato de Salar a la fuga.

Dix Juan Antonio: ¿Tienes algún ritual antes de ponerte a escribir?

Lo siento, soy muy sosa: no tengo ninguno. Normalmente necesito silencio para escribir y estar sola. Otras veces, me pongo una selección de música instrumental un tanto oscura.

 

María Zaragoza: De todo lo que vives a diario, ¿qué es lo que más te inspira?

Hay días que todo; otros, que nada. El mundo real está lleno de pequeños momentos, de anécdotas, que pueden llevarte a escribir un relato o un cuento. El problema es que no siempre estoy atenta, me temo.

 

Ester FG: Si te dieran opción de escribir con otro/a autor/a, ¿quién sería y por qué?

Me gusta participar en proyectos colectivos, como antologías de relatos. Nunca he pensado, sin embargo, en escribir una novela a cuatro manos.

Lo siento, pero creo que no escribiría una con nadie. No me veo capaz, la verdad, para coordinarme de esa manera con otra persona. No sé si, como en el colegio, tengo más miedo de acabar haciendo yo la mayor parte del trabajo o si temo más acabar peleándome con la otra persona por una diferencia de opiniones.

 

María Zaragoza: ¿Qué te resulta más difícil en el reto de escribir? ¿Qué parte disfrutas más?

Ignacio Maldonado: Cuando escribes una novela, ¿qué parte es la que más disfrutas?

Actualmente lo que más me cuesta es acabar un borrador inicial, ya sea de relato o de novela. La parte que más disfruto es la reescritura, tanto de novela como de relato. Creo que es la parte en la que puedes, como escritor, darlo todo.

 

Dix Juan Antonio: ¿Has pensado alguna vez en crear un universo ficticio para tus novelas?

A excepción de Elías y los ladrones de magia, que tiene lugar principalmente en la ciudad de Granada, el resto de mis obras tiene lugar en lugares totalmente ficticios.

¿Pertenecen estos lugares que invento en función de lo que quiera contar a un mismo universo? La verdad es que no me lo he planteado. Lo que sí tengo claro es que invento lugares que se parezcan a los del mundo real, pero que me permitan manejarme mejor en ellos: que sean más pequeños que aquellos en los que me inspiro, a veces; que tengan las características de varias localidades a la vez, en otras.

 

Luis Vea García: ¿Te sientes más cómoda escribiendo relatos o novelas?

Novelas, aunque no las termine. En el relato siempre me siento mucho más insegura.

 

Marbelys Palmero Fernández: Si pudieras convertirte en el personaje de un libro o novela por un día, ¿cuál sería y por qué?

Si me hubieras hecho esta pregunta cuando tenía unos diez años, me habría pasado horas contestándote. En mi infancia y mi adolescencia solía imaginarme como las protagonistas de mis películas y novelas favoritas. Actualmente, sin embargo, es algo que no hago.

Pero, ¿sabes qué? Ahora que lo pienso, si pudiera elegir, me encantaría ser un personaje de una novela de Marian Keyes. El que fuera.

 

Ari Con Mina: ¿Cómo van tus comecerebros?

Sencillamente, no van. He pasado por una fuerte crisis creativa este año que me ha llevado a paralizar esta novela hasta que sepa cómo tomar las riendas de la trama o para siempre.

 

Jaume Palau: ¿Sacrificarías la calidad del libro por el éxito comercial?

Me lo he planteado más de una vez, pero lo cierto es que no me veo capaz de deshacer todo el camino que me ha llevado hasta aquí, aunque en realidad esté en mitad de la nada. Prefiero estar en mitad de la nada teniendo claros mis principios que hacer algo con lo que no esté contenta.   

 

Jaume Palau: ¿Qué único consejo darías a un joven que deseara ser escritor?

No te confíes. Nunca dejes de formarte. Todo está en los libros, así que, no dejes de leer.

Lo sé, no es un único consejo. Pero me resulta difícil elegir solo uno.

 

Muchas gracias a todos por vuestras preguntas, sin duda todas ellas interesantes. Espero que os guste cómo ha quedado el artículo tanto como a mí. Y ahora, ¡a seguir leyendo!

 

Cristina Monteoliva