Título: Cuentos completos
Autor: Herman Melville
Traducción: Miguel Temprano García
Publica: Alba Editorial
Páginas: 391
Precio: 14 € (edición
bicentenario)
Hay autores a los que la fama mundial e imperecedera
les llega por una obra cuando en vida su producción literaria fue mucho más
extensa. Mirar hacia atrás, hacia esas piezas literarias que parecen haber
permanecido adormecidas por mucho tiempo para los lectores amantes de los
buenos clásicos, se convierte en un ejercicio necesario de vez en cuando. Obras
como los relatos de Herman Melville recogidos en el libro Cuentos completos por Alba Editorial, precisamente el libro del que
hablaremos en este artículo con el fin de que os animéis a emprender su
lectura.
Aunque Herman Melville
escribió numerosas novelas íntimamente relacionadas con las diversas aventuras
que protagonizaría en su azarosa vida como ballenero, la mayoría de los
lectores le recuerdan hoy en día por Moby
Dick, la mítica historia del marino que perseguía a una gran ballena.
También, como decía en el primer párrafo de esta reseña, escribió un buen
número de relatos, diecinueve en concreto, que Alba Editorial ha tenido a bien
reeditar en conmemoración del bicentenario del autor (1819-2019) en un
magnífico volumen, y cuyos títulos son: Fragmentos
desde un escritorio, Anécdotas auténticas del «viejo Zack», ¡Quíquiriquí!, El
fracaso feliz, El violinista, El pudin del pobre y las migajas del rico, Los
dos templos, El paraíso de los solteros y el tártaro de las doncellas, El
vendedor de pararrayos, El campanario, La veranda, Los ´gueses, Yo y mi
chimenea, La mesa de manzano, Jimmy Rose, John Marr, El marqués de Grandvin,
Tres retratos de Jack Gentian y Daniel
Orme.
Si bien los relatos que
encontramos en este libro son de distinta extensión y nos ofrecen una buena
variedad de ricas historias, podemos encontrar en ellos ciertas características
comunes que son el reflejo de las inquietudes de su autor, lo que hace que
podamos encuadrarlos en varias categorías.
Antes de pasar a las
categorías que yo he establecido (cada lector será libre de establecer su
propio orden o no hacerlo de ninguna manera) me gustaría apuntar que muchas de
estas historias, leídas en conjunto, dan la sensación de hablarnos de hechos
autobiográficos del autor. En el caso de que no lo sean, habría que felicitar a
Melville, allá donde su alma esté, por la verisimilitud que fue capaz de imprimir
a sus narraciones.
La primera de mis categorías
es la de los relatos de personajes con nombre y a apellidos. Estos relatos, en
los que se habla de alguien relevante para el narrador (ignoro si se trata de personajes
reales o inventados) vienen a ser una suerte de anecdotarios, en la mayoría de
los casos: pequeñas biografías informales en las que lo más importante es que
el lector llegue a entender lo peculiares que fueron estos hombres (porque se
trata siempre de individuos masculinos) y lo mucho que influyeron en sus
semejantes. Como excepción a la norma, encontramos que en Los ´gueses el autor no habla de un solo personaje, sino de todo un
tipo de marineros portugueses concretos.
En otra categoría
estarían los relatos en la que el autor resalta el marcado contraste entre
ricos y pobres. En la mayoría de estos relatos, el rico piensa de una forma del
pobre al comienzo de la narración y cambia radicalmente de idea en cuanto llega
a conocer de primera mano la vida de una familia de personas con pocos recursos
o un conjunto de familias en esta situación. La conclusión es siempre la misma:
la pobreza de espíritu, y no la monetaria, es la que marca la diferencia entre
unas personas y otras.
Los contrastes, en
general, son una constante en las historias de Melville, como pronto veréis:
aquellos entre los Estados Unidos e Inglaterra, entre el papel en sociedad de
los hombres y el que tienen las mujeres en su época, entre el que espera demasiado en la vida y el
que no espera nada y con poco se conforma…
En una nueva categoría
encontraríamos los relatos protagonizados por un hombre que vive en el campo,
generalmente con su familia, y al que le ocurren cosas de lo más curiosas:
misterios relacionados con chimeneas, campanarios o mesas de madera de manzano,
visitas de vendedores de pararrayos…
Otros temas que
encontramos en los relatos de Melville son la vanidad, el amor, la amistad… Lo
dicho: en función de cada tema, el lector podrá establecer su propia categoría
o no hacerlo en absoluto. Lo importante es saber apreciar estas inquietudes de Melville
y la forma en que tuvo de reflejarlas en sus relatos, de manera que en Cuentos
completos no solo vamos a encontrar historias divertidas, sino muchos momentos
para la reflexión y retratos de una época en la que las diferencias entre
hombres y mujeres, ricos y pobres, Estados Unidos e Inglaterra. Y tú, ¿a qué esperas
para leer este libro y disfrutar de todos sus contrastes?
Cristina Monteoliva
©
Cristina Monteoliva.