Queridos amigos de La Orilla de las Letras,
el frío invierno
ha llegado y nosotros queremos combatirlo con el calor de las palabras de
buenos escritores que, tan amablemente, contestan a nuestras preguntas. Así,
comenzamos la semana con Gerardo
Rodríguez Salas, autor que se estrena en el mundo de la ficción con Hijas de un sueño, el libro que también
veréis reseñado en el blog.
Gerardo Rodríguez Salas, además de escritor de ficción, es Profesor Titular de Literatura Inglesa en
la Universidad de Granada. En 1998 recibió una beca de La Caixa y The British Council con la que cursaría un Máster en Estudios de Género en la
Universidad de Oxford (Reino Unido). En 2003, defendería su tesis doctoral sobre Katherine Mansfield,
con la que obtuvo el Premio de Doctorado.
En el terreno del ensayo, es autor de 3
libros de crítica literaria, 4 como editor y más de 25 capítulos de libro en
editoriales como Routledge, Palgrave MacMillan, Continuum, Edwin Mellen, Verbum
y Septem. Asimismo, ha publicado más
de 40 artículos de teoría literaria en revistas de España, Reino Unido, Estados
Unidos, Canadá, Australia, Nueva Zelanda, México, Argentina o India. Su
investigación se centra en escritoras y
escritores del siglo XX en lengua inglesa con perspectivas comunitarias y de
género. Actualmente coordina el
Máster Erasmus Mundus GEMMA de Estudios de las Mujeres y de Género en la
Universidad de Granada.
Hijas de un sueño, como os decía antes, es su primera obra de ficción.
Hablamos con él de ella y de otros temas. Sin más dilación, aquí van las
palabras de Gerardo:
¿Cuándo comenzaste a
escribir?
Ya desde pequeño hacía mis pinitos con cómics donde dibujaba a
mis amigos y amigas de clase y los convertía en protagonistas de historias
góticas y detectivescas. Se los pasaba por entregas semanales y causaba furor
en las aulas del colegio (risas). Como
adolescente escribía poemas y reflexiones personales y algún que otro relato,
pero todo eso quedó escondido en el fondo de un cajón, porque necesitaba un
impulso creativo que me naciera de las entrañas, y eso tardó en llegar.
¿Qué autores o libros
crees que te han influenciado como escritor?
Los escritores somos un palimpsesto, un conjunto de textos que
parecen borrados pero quedan ahí, en nuestro subconsciente. Mis influencias son
de lo más variopintas, tal vez por mi bagaje como profesor de literatura en
lengua inglesa que disfruta leyendo literatura en inglés y español. Además, en
mi escritura me gusta jugar con la intertextualidad.
Si tuviera que seleccionar
las influencias dejarnos y nos dejará un vacícíe acaba de
dejarnos y dejardo mi hermano mayor trabajaba en el Patronato Garcelatos una y
mil bvmás importantes serían, sin duda, Katherine Mansfield y Federico
García Lorca. Mansfield, la autora sobre la que redacté mi tesis doctoral, fue
una de las grandes maestras del relato corto modernista en lengua inglesa,
fuertemente influenciada por Chéjov. Recreaba escenas cotidianas donde los
personajes, dibujados a través de toques impresionistas, se enfrentaban a
momentos existenciales con una gran carga emotiva. Era una maestra en narrar
con un lenguaje aparentemente sencillo pero cargado de significados y, para
ello, retocaba sus relatos una y mil veces, como se observa en sus manuscritos,
que tuve la ocasión de leer durante mi visita a Wellington en 2002, bajo la
supervisión del Poeta Laureado Vincent O’Sullivan. Mi estilo se acerca en todo
esto al de Mansfield.
Por otro lado, Federico
García Lorca es un poeta granadino de proyección universal. Tuve la suerte de
conocer de cerca su legado cuando mi hermano mayor trabajaba en el Patronato
García Lorca junto a Juan de Loxa, que acaba de dejarnos y al que le teníamos mucho
cariño. Yo era adolescente en esos momentos y mi gusto por la literatura se vio
marcado por la doble faceta lorquiana: por un lado el surrealismo de su poesía
más oscura (como Romancero gitano o Poeta en Nueva York) y por otro su
teatro popular, cargado de dejes granadinos, como Bodas de sangre o Doña Rosita
la Soltera. El espíritu de Lorca sin duda planea por mi libro.
A estos nombres debería
añadir el círculo poético granadino, figuras como Ángeles Mora (a la que agradezco
enormemente su prólogo para mi libro), Javier Egea o Luis Garccercana, una fuerza creativa que me naciera
de las entrañas. Una historia familiar muuy struyendo una genealogceta
lorquiana: poía Montero, cuyas citas introducen muchos de mis relatos y
marcan mi sensibilidad literaria.
¿Cuál ha sido el último
libro que has leído? ¿Nos lo recomendarías?
Quién
teme a Thelma y Louise, el último poemario de Mónica Doña.
Sin duda, lo recomendaría porque es un libro que, sin necesidad de tomar
distancia temporal, sé que pasará a ser un clásico. Dividido en tres secciones
que juegan con el género detectivesco, nos hace primero un recorrido por la
historia de mujeres icónicas de la cultura universal, luego se centra en su
propia experiencia como mujer y cierra construyendo una genealogía de mujeres,
con una carga poética y vital que no dejará indiferentes a los lectores y
lectoras.
Hijas de un sueño es tu
primer libro de ficción publicado. ¿Cómo surgió la idea de escribirlo?
Necesitaba, como decía antes, una fuerza creativa que me naciera
de las entrañas. En junio de 2014 murió mi abuela mientras yo estaba de
congreso en Londres y no pude asistir a su entierro. Cuando regresé, mi madre y
mis tías me contaron que había muerto la noche de antes pero no dijeron nada a
nadie hasta el día siguiente para velarla en la intimidad. Ahí supe que ya
tenía la historia central de mi libro.
©Fernando
Agustín Medina Molina. Foto tomada en Bryce Canyon National Park (Utah, USA)
La mayoría de las
historias de este libro tienen lugar en Candiles, un pueblo imaginario que se
asemeja a muchos pueblos granadinos. ¿Por qué no situar la acción en uno de
ellos?
Porque, aunque uno de mis objetivos es reflejar fielmente el
dialecto granadino, mi objetivo final es transcender los límites geográficos y
costumbristas y ofrecer un pueblo universal, que viaje en el recuerdo. Por eso
no hay un solo Candiles. Quiero que cada lector y lectora creen su propio
Candiles a través de las pinceladas impresionistas que yo vierto sobre el lienzo
de mi libro.
Hijas de un sueño es,
precisamente, un libro lleno de sueños y personajes femeninos. ¿Es casual esta
combinación?
No, para nada. Este libro surge de mi enorme respeto hacia las
mujeres de pueblo, a las que he tenido la suerte de conocer muy de cerca para
darme cuenta de que son mujeres muy fuertes, pero soñadoras. El motivo del
sueño apunta en esa dirección y hace alusión a que esos sueños ignorados por la
Historia se hacen realidad en mi libro. El sueño también hace alusión a la
delicada línea que separa la ficción de la realidad, con la que juego
constantemente en este libro.
Algunos de los relatos
de Hijas de un sueño recuerdan, por
su temática unos, y por su estilo otros, a la literatura de Federico García
Lorca. ¿Puede decirse que este libro es un homenaje a esta gran figura de las
letras españolas?
Como decía antes, Lorca es una influencia central en mi vida
personal y literaria. Por supuesto que hay un homenaje a esta figura y, de
hecho, No duerme nadie es un diálogo
directo con Poeta en Nueva York,
hasta el punto de que voy citando pasajes que se entremezclan como en un tejido
con mi propio cuento.
¿Cuál de los relatos te
ha costado más escribir?
Sin duda, Babel. Es un
relato que comienza con una brutal escena de violencia en grupo hacia una mujer
en proceso de cambio de sexo, una escena que, desgraciadamente, está en todas
las televisiones en las últimas semanas. Aunque se trata de un pasaje de apenas
20 líneas, tuve mis dudas de si mantenerlo por su dureza, pero al final decidí
hacerlo porque quiero denunciar la brutalidad que implica cualquier acto de
agresión sexual. A pesar de esta crudeza, es uno de los relatos más líricos que
dibujan identidades sexuales fluidas, no estereotipadas. Es un tema complejo
pero creo que he conseguido mi objetivo, denunciando este tipo de violencia y
creando un espacio de empoderamiento para la comunidad LGTBI.
©Fernando
Agustín Medina Molina. Foto tomada en Bryce Canyon National Park (Utah, USA)
Hijas de un sueño está
lleno de recuerdos y leyendas. ¿Te has basado en algún hecho real o todo ha
salido de tu imaginación?
Hay mucha base autobiográfica, pero llevaba al terreno de la
ficción. Me he basado en anécdotas que me han contado y en mis propias
vivencias, pero el resultado es un libro que huele a verdad pero que he
construido con la mano mentirosa del escritor. ¿Acaso no es ficción nuestra
propia Historia?
Por cierto, ¿te
consideras un soñador?
Sí, mucho, aunque con los años he aprendido a tener los pies
bien anclados en el suelo.
¿Y es la vida un sueño?
É hayas encontrado tu
propio Candiles.partiendo un chocolate caliente en las frer si se
materializan.tar. Pero ya tengo ideas parsa es una de las dudas que me
asaltan a diario. Yo estoy convencido de que sí, muy en la línea de Unamuno,
aunque quizás con menos drama y dejando cierto margen a la voluntad humana.
Pero sí, en el relato ‘A la vuelta de los sueños’ juego precisamente con ese
tema y hago que los y las lectoras se cuestionen su propia realidad.
¿Qué esperas que
encuentren los lectores en Hijas de un
sueño?
Una novela fragmentada, un puzle que tienen que armar ellos y
ellas, porque odio la lectura pasiva. Espero que descubran la riqueza de
personajes y de temas (violencia de género, memoria histórica, identidad
sexual, historia y leyenda de las mujeres rurales, racismo, religiosidad, etc).
Espero que consigan ver la luz de este pueblo imaginario que les va a alumbrar
con la magia del pasado y de los recuerdos. Volverán con un regusto a sueños y
una duda: ¿Qué mundo es más real?
¿Qué nuevos proyectos
literarios tienes en marcha?
Aún es pronto para hablar de eso, porque quiero disfrutar a mis
hijas, que he tardado tres años en gestar. Pero ya tengo ideas para otra
colección de relatos, muy alejados del mundo rural, pero también con un hilo
conductor. Asimismo tengo ideas para una novela mezcla de bildungsroman y novela de campus. A ver si se materializan.
¿Te gustaría añadir
algo antes de acabar esta entrevista?
Ha sido un placer charlar contigo compartiendo chocolate
caliente en una fría tarde granadina de diciembre. Espero que tú hayas
encontrado tu propio Candiles.
Muchas gracias a
ti, Gerardo, por tu tiempo, tus palabras y tus fotos personales. Espero que
Candiles llegue a muchos lectores para calentar sus corazones y que tengamos
oportunidad de tomar muchos más chocolates calientes en Granada.
Y
a vosotros, amigos lectores, gracias una vez más por estar al otro lado de la
pantalla. Ya sabéis: ahora, ¡a leer!
Cristina Monteoliva