jueves, 21 de febrero de 2019

Reseña: LECTURA FÁCIL, de Cristina Morales.


Título: Lectura fácil
Autora: Cristina Morales
Publica: Editorial Anagrama
Páginas: 424
Precio: 19,90 € / 9,99 € (eBook)

Existe en Italia una cadena de radio cuyo eslogan dice «para gente muy normal» (para más inri, en inglés, que en si en España nos quejamos del abuso de los anglicismos, lo de los italianos es ya, como diríamos por aquí, la repera). El mensajito, por más que lo haya escuchado mil veces, siempre me descoloca. ¿Qué quieren decir con eso de que solo ponen música para la gente muy normal? ¿Qué entienden ellos por gente normal? ¿Es solo la gente normal para ellos gente de bien? Y luego pienso: ¿qué tiene exactamente de bueno ser normal? ¿Y todo esto a qué viene?, os preguntaréis vosotros. Pues a que hace unas semanas leí Lectura fácil, la novela de Cristina Morales ganadora del Premio Herralde 2018 y por fin me he decidido a hablaros de ella.
Àngels, Nati, Marga y Patri son cuatro mujeres discapacitadas mentales en distinto grado y emparentadas entre sí que comparten un piso tutelado en primera línea de playa de Barcelona. Aunque la convivencia no siempre es fácil, las cuatro han conseguido vivir de forma prácticamente autónoma durante un tiempo. Cuando su libertad se ve en peligro por culpa de los informes negativos de las encargadas de la administración en vigilarlas, Marga decide que ha de encontrar una casa para ocupar ella sola. Para ello, contará con la ayuda de Nati, su prima más conflictiva, y de los componentes de un ateneo anarquista. Como es de esperar, los planes de Marga se acaban truncando en algún momento del proceso. ¿Conseguirán las primas seguir en su piso tutelado, a pesar de todo?
Esta es la historia de cuatro parientas tan distintas entre ellas como valiosas por sí mismas. La mayor de todas ellas es Àngels, una chica tartamuda que no tuvo problemas en vivir en los centros rurales y urbanos para discapacitados mentales hasta que allí empezaron a maltratar a sus primas. Àngels pensó entonces en cómo sacarlas a todas allí. Su plan, después de varios pasos previos, las llevó a todas a vivir en un piso tutelado del que pronto tal vez tengan que marcharse.
Pero antes de conocer a Àngels y su historia, conoceremos a Nati. Nati, el personaje que más páginas abarca de esta novela con sus memorias, sus argumentaciones y su rabia hacia el patriarcado, los fachas y todo lo que crea que oprime a la mujer, era una bailarina dedicada y una estudiosa a punto de acabar su doctorado cuando un misterioso incidente la dejó discapacitada. Desde entonces, cada vez que Nati se ofusca lo más mínimo, dos compuertas de cristal le tapan la cara y hacen que no pare de discutir con quien sea hasta que ella le apetezca terminar. Como bien dice su hermana, Patricia, es imposible discutir con Nati: ella siempre hará lo que sea por tener la razón. ¿Y la tiene realmente? Pues yo diría que aunque muchas veces se ponga un tanto pesada, buena parte de lo que Nati dice y escribe (en esta novela veremos también un original Fanzine hecho por ella), da, cuanto menos, para un buen rato de reflexión.
Patricia es la hermana de Nati. A ella la conoceremos, fundamentalmente, por las declaraciones que hace ante la jueza encargada de decidir si es necesario esterilizar o no a Marga. Patricia, que apenas puede ver por una enfermedad degenerativa, habla muy rápido y se altera con facilidad, lo que la lleva a llorar y a formar estropicios en la cocina. Como veremos en los episodios protagonizados por ella, Patricia quiere a sus parientas, pero también diría y haría cualquier cosa por quedarse en el piso tutelado.
De Marga sabremos tanto por lo que Nati cuenta de ella como por las actas de las descacharrantes sesiones que se celebran en el ateneo anarquista al que acude para pedir ayuda. Marga está deprimida desde que, no hace mucho en la narración, llegó a tener consciencia de su discapacidad. Harta de que no la dejen vivir su sexualidad (mucha) como ella quiere y de que los servicios sociales la controlen, decide ocupar un piso con todas sus consecuencias.
Y luego está Àngels, que ha decidido escribir una novela por el método de lectura fácil, un sistema de escritura que se emplea para las personas que tienen mermadas sus capacidades lectoras de forma temporal o permanente. Será a través de su novela cómo sabremos del pasado de las cuatro mujeres, de los sacrificios de la mayor de ellas y de su necesidad de buscar su lugar en una sociedad que intenta llevar al redil de esa idílica normalidad a todo el que es diferente.
Imagino que a estas alturas habréis leído ya todo tipo de opiniones sobre este libro, muchas de las mejores reflejadas en la megafaja que la editorial ha impuesto a la segunda edición de esta obra. Igual estáis ya hartos de leer que esta es una novela revolucionaria, necesaria tanto desde el punto de vista feminista como desde el de la revisión de las políticas actuales y de la sociedad en la que vivimos. Una novela que para muchos puede resultar incómoda, para otros, una revelación (ahí me incluyo: no voy a negar que esta obra me ha marcado) y para muchos una lectura para nada fácil, a pesar de su irónico título (todo un acierto, he de decir).
¿Por qué seguir entonces hablando de este libro? Porque verdaderamente lo merece. Este es un libro denso en contenidos que giran alrededor de la realidad de la sociedad española, en general, y de ciertos colectivos, en particular, lo que podría llegar a dar la sensación de que va a ser una lectura pesada. Y, sin embargo, para el lector ávido de buenas experiencias lectoras estoy segura que resultará todo lo contrario precisamente por estar también este libro lleno de elementos que lo hacen de verdad auténtico: distintas formas de mostrarnos, con la narración, la realidad de sus protagonistas; mujeres con personalidades muy marcadas que buscan, unas, encajar en esta sociedad que mete en el mismo saco a personas con distintas funcionalidades y los convence, en muchas ocasiones, de que tienen que aspirar a ser como la gente supuestamente normal; otras que quieren romper con la sociedad y vivir su propia vida; anarquistas más centrados en discutir entre ellos cualquier concepto antes de centrarse en los temas importantes por los que se reúnen; servicios sociales que ofrecen actividades dentro de lo políticamente correcto y se escandalizan cuando alguien se sale de sus normas establecidas y, sobre todo, montones y montones de momentos verdaderamente desternillantes que hicieron que durante unos pocos días me aferrara a las páginas de esta novela como Nati lo haría a una buena discusión sobre machirulos y fachas.
Lectura fácil, en definitiva, es una magnífica obra sobre cuatro mujeres esclavas de un sistema que apenas les deja libertad. Una novela sobre el derecho de cada persona a vivir su intimidad de la manera que le dé la gana, lo pernicioso que resulta lo políticamente correcto en numerosos aspectos de nuestra sociedad actual y lo mucho que nos queda por ganar en materia de igualdad. Una historia llena de fuerza, originalidad, autenticidad, risas y significado que no dejará indiferente a ninguno de sus lectores. Y tú, ¿a qué esperas para hacerte ya con tu ejemplar de Lectura fácil?
Por cierto, la gente normal no existe. Es una falacia inventada para que algunos se sientan tranquilos. Todos somos raros a los ojos de alguien. Y eso sí que está bien.
Cristina Monteoliva


© Cristina Monteoliva.

Reseña: UN FUTURO HOGAR PARA EL DIOS VIVIENTE, de Louise Erdrich.


Título: Un futuro hogar para el dios viviente
Autora: Louise Erdrich
Traducción: Susana de la Higuera Glynne-Jones
Publica: Editorial Siruela
Páginas: 321
Precio: 21,95 € / 11,99 € (eBook)

Hablamos mucho de la involución que algunas sociedades parecen haber experimentado de un tiempo a esta parte, cambios que hacen que los habitantes de ciertos países vean como sus derechos se ven restringidos, cuando no elimados. La involución, sin embargo, es un término que nació en el mundo de la ciencia, de la biología. ¿Y os imagináis qué pasaría si de pronto la Madre Naturaleza, harta de los seres humanos, decidiera dar unos cuantos pasos atrás? La respuesta está en Un futuro hogar para el dios viviente, la nueva novela de Louise Erdrich que trataremos a continuación.
Cedar Hawk Songmaker es una veinteañera embarazada de cuatro meses que ha sido criada por una familia blanca liberal. Cansada de no encontrar su lugar en el mundo, y a pesar de la amenaza que se cierne sobre todo el planeta ahora que el proceso biológico de involución ha empezado en todas las especies vivas, Cedar decide poner rumbo a la reserva india ojibwe donde vive Mary Potts: su madre biológica. Una vez allí, Cedar no solo conocerá a su madre, con la que comparte su fe católica, sino también a su abuela, una entrañable anciana en silla de ruedas; a su medio hermana, una adolescente desordenada y de humor cambiante; y a su padrastro, Eddy, el hombre que intenta combatir su depresión crónica mediante la escritura de una novela biográfica que cuenta ya con miles de páginas. Cedar quiere saber si ha habido alguna enfermedad en la familia que su hijo pueda heredar, como si eso pudiera importar en un mundo en el que cada vez nacen más niños con características similares a los de otras épocas de la Historia Natural de La Tierra. Será cuando deje la reserva cuando la joven descubra que las mujeres embarazadas han empezado a ser capturadas por el gobierno con fines desconocidos y que quizá su hijo sea no solo importante para ella y su novio, Phil, sino también para el resto del país.
Cedar, la protagonista y narradora principal de esta original distopía que nos hace viajar a un futuro próximo en el que la involución biológica no es solo una realidad, sino también un proceso de desarrollo tan rápido que prácticamente no da tiempo a comprenderlo, es una mujer que siempre se ha sentido perdida. Su conversión al catolicismo le ha ayudado en los últimos años a paliar su dolor. Pero siente que, hasta que no conozca a su verdadera madre y sus raíces ojibwes, no conseguirá entenderlo todo.
Cedar, bautizada paradójicamente como Mary por su madre ojibwe, viaja en un primer momento a la reserva india a la que Eddy, su padrastro, volvió hace años con la esperanza de conseguir cambiar muchas cosas. Una vez que se dio cuenta de que nadie quería mejorar, Eddy se hizo con una gasolinera y empezó a combatir su depresión escribiendo sin parar su vida.
Curiosamente, todo lo que Eddy (el narrador secundario que conoceremos fundamentalmente a través de los fragmentos de su obra) no consiguió cambiar pronto se verá transformado radicalmente por un proceso involutivo que produce un cambio en el orden social, una reorganización de las ciudades y la captura de todas las mujeres embarazadas con fines desconocidos. Cedar deberá luchar por la vida de su bebé y la suya propia en una carrera desesperada y de final incierto. ¿A dónde llegará finalmente? Tendrás que leer esta emocionante historia para descubrirlo.
Un futuro hogar para el dios viviente, en definitiva, es una inquietante distopía feminista y de reivindicación de los derechos del pueblo indio americano que nos plantea un escenario tan original como poco posible en el que tienen lugar acciones humanas que, sin embargo, sí podrían darse en el mundo real en un tiempo no tan lejano al nuestro. Una novela sobre el amor de una madre, la necesidad de encontrar el lugar en el mundo de una mujer desesperada y la importancia de conocer ciertos aspectos del pasado de cada persona. Una historia impactante que seguro que, si te decides por ella, no te dejará indiferente. Así que, ¿a qué esperas para emprender el viaje con Cedar?  
Cristina Monteoliva


© Cristina Monteoliva.

martes, 19 de febrero de 2019

Reseña: LOS NIÑOS, de Edith Wharton.


Título: Los niños
Autora: Edith Wharton
Traducción: Catalina Martínez Muñoz
Publica: Alba Editorial
Páginas: 416
Precio: 12,50 €

La vida puede resultar demasiado monótona y aburrida justo cuando lo que queremos es un poco de emoción y aventura. Esa emocionante aventura puede llegar, sin embargo, en el momento menos esperado: cuando no estemos preparados para ella. Durante un viaje en autobús, tren o avión, por ejemplo. ¿Y por qué no uno en barco? Una travesía de las de antaño podría dar para mucho. Incluso, como vemos en Los niños, la novela de Edith Wharton, para convertir a un anodino ingeniero de mediana edad en el tutor de unos niños. Si queréis saber algo más sobre esta historia, no tenéis más que seguir leyendo esta reseña.
Martin Boyne es un ingeniero de cuarenta y seis años y vida errante que anhela dos cosas: vivir una aventura similar a las que tuviera su tío Edward durante sus viajes en barco, y casarse con Rose Sellars, su antiguo amor de juventud y mujer con la que va a reunirse en Cortina. Martin toma un barco en Argel en el que verá cumplido su primer sueño al encontrar en él a los niños Weather, una suerte de tropa infantil compuesta por los hijos del matrimonio Weather, conocidos de Martin a los que hace años que no ve, más los niños que los distintos divorcios y matrimonios de sus antiguos amigos han ido incorporando al clan. A pesar de viajar con varias criadas, el grupo está liderado por Judith, la hija mayor de los Weather y, a la postre, la que hace las funciones de madre. Hartos de vivir en hoteles y, sobre todo, de ver cómo el grupo ha de separarse cada vez que sus padres se divorcian y vuelven a casar, los niños le expresan a Boyne su deseo de permanecer siempre juntos. Conmovido ante Judith y su amor por sus hermanos, Martin decide ayudarles en su misión sin tener en cuenta lo mucho que puede cambiarle la vida tal compromiso.
Martin Boyne, el protagonista de esta historia, es un ingeniero que pretende viajar hasta Cortina para reencontrarse con Rose Sellars, su amor platónico desde hace mucho tiempo. Rose acaba de enviudar, lo que le hace albergar la esperanza de casarse por fin con ella. Por el camino, sin embargo, Martin se topa con los hermanos Weather, una suerte de tropa ruidosa, pero también entrañable. La mayor de todos es Judith, una muchacha que anda a medio camino entre la adultez y la infancia, tan responsable y seria a veces como encantadora e inocente otras. Después van Terry, el chico enfermizo por el que los hermanos han de desplazarse continuamente, el mismo que anhela tener una mejor educación; y su hermana melliza, Blanca, una chiquilla inteligente pero también envidiosa. Zinnie es la medio hermana que aportara el patriarca cuando estuvo casado con una actriz de Hollywood; mientras que los revoltosos Beechy (Beatrice) y Bun (Astorre) son los hijos adoptivos que aportó al clan la señora Weather cuando, por su parte, se casó de nuevo con un príncipe italiano que tuvo a sus hijos con una artista de circo. El último del clan es Chip, el niño risueño que los Weather tuvieron cuando decidieron volver a casarse. La felicidad de todos ellos corre peligro ahora que de nuevo los ricos Weather, de vacaciones en Venecia, piensan en separarse. Es por ello que los niños recurren a su nuevo amigo con la esperanza de conseguir entrar razón a sus padres. ¿Lo conseguirá Boyne?
Aunque se niegue a admitirlo, pronto Martin empieza a ver a Judith con otros ojos, a pesar, también de seguir queriendo casarse con Rose, la perfecta amiga y compañera de días soleados en Cortina. Pero, ¿con la Rose actual o con la Rose que guarda en su imaginación, esa Rose construida después de años y años de cartas?
Publicada por primera vez en 1928, Los niños es una novela atemporal que nos habla de las ganas de aventura de un hombre, de la frivolidad de unos padres ricos, de unos niños que luchan por una felicidad que solo conciben estando juntos y de sentimientos que no se pueden frenar por mucho que queramos hacerlo desde la racionalidad. Se trata esta de una novela interesante desde distintos puntos de vista que nos hace explorar en la psicología de su protagonista, Martin Boyne, ese hombre que ansiaba aventuras y que acabó encontrándose en una que acabaría marcándole de por vida. Animáis ahora, pues, con la lectura de Los niños, una novela imprescindible, impactante, conmovedora y, sin duda, inolvidable, que os dará mucho en lo que pensar.
Cristina Monteoliva

 
© Cristina Monteoliva.

COSAS QUE FALTARON POR DECIR EN 2018 (I): rectificar es de sabios y de personas que no pueden con los remordimientos.


No sé si os acordaréis, pero a finales de 2018, tal y como también hiciéramos al terminar el 2017, La Orilla de las Letras dedicó un artículo a las mejores lecturas del año para sus reseñistas. En esta ocasión, quedó una lista de once, el mismo número de jugadores de un equipo de fútbol, creo recordar que dije. Pero los equipos de fútbol no solo tienen once jugadores. Tienen unos cuantos más que a veces salen a jugar y a veces se quedan en el banquillo. Con esto quiero deciros que a mí, a Cristina Monteoliva, jefa y criatura desastrosa donde las haya, se me olvidó incluir una lectura en aquella lista. No voy a decir eso de que rectificar es de sabios porque yo no creo que lo sea. Lo que sí sé es que desde que me di cuenta, como una semana después de cometer el lapsus, he tenido un «comecome» dentro que no me deja en paz, y si no lo he hecho antes (lo de rectificar) es porque, como acabo de afirmar, soy un desastre, y cada vez que me acordaba estaba en la cola del súper, subiendo a un bus o haciendo cualquier otra cosa lejos del ordenador.
Dicho esto, la entrada que debería haber sido incluida en el artículo que podéis leer en https://laorilladelasletras.blogspot.com/2018/12/las-mejores-lecturas-de-2018-para-el.html  es:

Los insignes, de David Pérez Vega:

Tal y como empiezan los mejores memes, los malpensados dirán que hago esta corrección precisamente ahora no porque sea un desastre, como estoy afirmando por tercera vez, sino que ante la quizá próxima publicación de una obra mía estaré pretendiendo, con esta rectificación, buscar el beneplácito de un escritor a la par que reseñista tan reputado como David Pérez Vega. Bueno, pues que cada uno piense lo que quiera. Ahora bien, si por fin consiguiera que mi novela se publicara este año, por el medio que fuera, no voy a pedirle a nadie que la reseñe. Por supuesto, tengo en mente un montón de colegas reseñistas que me gustaría que hablaran de ella (y bien, para qué os voy a engañar). Pero no voy a poner a nadie en ese compromiso. Esperaré, como en otras ocasiones, a ver si alguien se interesa en ella, en ese sentido, y agradeceré las reseñas que vayan apareciendo, lo que no quiere decir que no vaya también, tal vez, a llamar la atención de aquellos que en algún momento me hayan dicho algo así como «cuando publiques algo nuevo, me avisas» (si consigo recordar quién lo hizo). Pero, no, que con esta entrada no pretendo hacerle la pelota a nadie. Que quede claro.
Por cierto, las cajas de bombones y las entradas para el cine también serán bien recibidas si, para variar, todo acaba saliendo mal. (Yo sé que siempre os hacéis los sordos, pero en esos sí que no pierdo la esperanza).
Y dicho todo esto, ¡a leer!


© Sergio M. Planas.  

sábado, 16 de febrero de 2019

Reseña: LA ÚLTIMA MENTIRA, de Mary Kubica.


Título: La última mentira
Autora: Mary Kubica
Traducción: Carlos Ramos Malavé
Publica: HarperCollins Ibérica
Páginas: 336
Precio: 18 € / 9,99 € (ePub)

La muerte abrupta de un ser querido es sin duda un duro golpe del que los familiares tienen que aprender a recuperarse. Podríamos decir que la mayoría de las veces, los motivos del fallecimiento quedan claros. Pero, ¿y si hubiera motivos para sospechar que la persona que tanto apreciábamos no murió de forma accidental, por ejemplo, sino que fue asesinada? Creo que en ese caso cualquiera pensaría en hacer todo lo que fuera posible por averiguar la verdad, tal y como hace Clara, la protagonista de La última mentira, la novela de Mary Kubica de la que hoy vamos a hablar.
Clara aún se está recuperando del parto de su segundo hijo, el pequeño Felix cuando su marido, Nick, y su hija mayor, Maisie, tienen un accidente de coche cuando volvían de las clases de ballet de la niña. Maisie, afortunadamente, sale ilesa; mientras que Nick, por desgracia, fallece a causa del impacto. Incapaz de aceptar la muerte de su esposo, Clara empieza a preguntarse por qué ha tenido lugar el accidente. Las pesadillas de Maisie con un misterioso coche negro hacen creer a nuestra joven madre que alguien más pudo estar implicado en la desgracia que le arrebató a su marido de forma tan temprana. Será entonces cuando decida ponerse a investigar, aunque lo que descubra puede que no sea lo que ella esperaba. ¿Qué secretos escondía Nick? ¿Fue de verdad asesinado? ¿Podría Clara digerir todo lo que descubra?
         Esta es una novela narrada a dos voces: la de Clara en el angustioso presente que le deja la pronta viudedad a cargo de dos niños pequeños, las facturas sin pagar y el saber que su madre jamás volverá a ser la misma por culpa de una enfermedad degenerativa que la hace vivir en su propio mundo y tener a su padre y a su cuidadora todo el día pendiente de ella; y la de Nick, que nos pone al tanto de todo lo que sucedió en su vida antes de perderla en un accidente de coche: todo lo que Clara, sin duda, ignora.
         A simple vista, Clara es una mujer que estaría dispuesta a agarrarse a cualquier teoría descabellada con tal de encontrar un sentido a la muerte de su marido. El miedo que Maisie desarrolla por cierto tipo de coches negros después del accidente la hacen pensar que algo de cierto hay en sus sospechas, por lo que se pone a investigar por su cuenta. Su obstinada búsqueda de la verdad la harán descubrir lo que ha estado pasando en la casa de sus padres últimamente, lo que se esconde en la de sus vecinos y muchos secretos de su marido. Pero, ¿fue de verdad Nick asesinado?
Por otro lado, Nick es un hombre desesperado que nos habla de las dificultades que tuvo en los últimos meses en su trabajo, de las decisiones descabelladas que tuvo que tomar, de las visitas inesperadas que le sorprendieron y de todo lo que tuvo que hacer para que Clara, a punto de dar a luz, siguiera pensando que todo iba tan bien como siempre.
Cuando las narraciones de Nick y Clara colisionen, descubriremos todas las verdades que esconde, paradójicamente, La última mentira. Una verdad de la que, como veis, poco puedo deciros para no destrozaros una lectura de este thriller con alta carga psicológica tan apasionante como original, igual de angustiante como revelador y emocionante. Una lectura de la que, como sus protagonistas, no podréis salir indemnes. Y vosotros, ¿a qué esperáis para conocer qué pasó con Nick y todo lo que sale a la luz cuando Clara se pone a investigar?
Cristina Monteoliva


© Cristina Monteoliva.

lunes, 11 de febrero de 2019

Reseña: UN MATRIMONIO AMERICANO, de Tayari Jones.


Título: Un matrimonio americano
Autora: Tayari Jones
Traducción: Miguel Marqués
Publica: AdN de Novelas
Páginas: 384
Precio: 18 € / 9,99 € (ebook)

Mantener una relación, por mucho que se firmen unos papeles y las partes juren que durará hasta que la muerte los separe, es complicado. A los problemas del día a día, de la normal convivencia, se pueden ir sumando otros, como el descubrimiento de algunos secretillos que, sin duda, no por pequeños dejan de tener importancia. Todo puede agravarse sí uno de los dos ha de irse por un tiempo. Un tiempo largo, por ejemplo, por tener una condena en firme. De esto y mucho más va Un matrimonio americano, la novela de Tayari Jones de la que hoy vamos a hablar.
Tras un breve noviazgo, en el que muchos secretos quedaron en el aire, Celestial y Roy contraen matrimonio y se quedan a vivir en la casa de la infancia de ella, en Atlanta. A pesar de las continuas rencillas y los problemas que Celestial tiene con los padres de Roy, el joven comercial de carrera prometedora piensa que todo va bien entre él y su mujer. Tras una cena familiar con los padres de Roy en Eloe, localidad de Luisiana donde se crio, él y Celestial deciden pasar la noche en un motel. En mitad de la noche, la policía les saca a rastras de la cama: otra clienta del motel ha sido violada y está convencida de que el culpable es Roy. Después de pasar por los tribunales, Roy es condenado a 12 años de prisión. Mientras él está en la cárcel, Celestial sigue con su vida. Una vida que la lleva a conocer el éxito como creadora de preciosas muñecas y a buscar refugio y apoyo en Andre, su amigo de la infancia. Aunque Roy debería saber que su matrimonio está roto, tras cinco años en la cárcel es liberado y vuelve a Atlanta con intención de recuperar a su mujer. ¿Lo conseguirá?
Esta es una historia fundamentalmente contada a tres voces: las de Roy, Celestial y Andre, en forma de memorias que van desgranando de cara a los lectores. A estas narraciones se le agregan de vez en cuando cartas que se intercambian Celestial y Roy, pero también entre otros personajes, de manera que al final de la historia, al contrario que al principio, no queden secretos por desvelar y todos los sentimientos, tanto de los personajes principales como de los secundarios, así como las relaciones que los unen y los separan, quedan totalmente claros.
Un matrimonio americano es una historia sobre dos jóvenes de distinta clase social pero iguales en cuanto a estudios que se casan enamorados de la idea que cada uno tiene el amor. O, al menos, eso he llegado yo a pensar después de conocer mejor a Celestial, la artista independiente molesta por los continuos coqueteos de su marido con otras mujeres y su obsesión de arreglarlo todo teniendo un hijo; y Roy, ese chico del sur americano que quiere ser un chico moderno (y lo es) pero que tiene unas ideas bastante anticuadas, y en cierto modo, machistas, del matrimonio.
El tercero en discordia, como se suele decir, es Andre, el mejor amigo de Celestial, un hombre que puede llegar a entender mejor su carácter cambiante y su forma de ver la vida. Aunque, ¿a quién elegirá Celestial una vez que su marido salga de prisión tras cinco años infernales entre rejas?
Un matrimonio americano, en definitiva, es lo que podríamos decir, la crónica anunciada de la ruptura de un matrimonio que parecía perfecto en donde, a lo largo de las páginas, nos queda claro la complejidad tanto de las personalidades de los protagonistas como lo frágiles que eran los lazos que los unían. Una historia, además, que pone de manifiesto lo fácil que es acabar en la cárcel si eres negro en Estados Unidos, más aún si eres del sur del país, así como la dura vida carcelaria. Una obra sobre el amor, el desamor y el desgaste, pero también sobre el cariño que puede quedar después de una relación fallida, el perdón y la esperanza que está esperando a mostrarte, a lo largo de sus páginas, su buena prosa además de todas sus luces y sombras. ¿A qué esperas entonces?
Cristina Monteoliva


© Cristina Monteoliva.


martes, 5 de febrero de 2019

Reseña: EL VUELO DE LOS HALCONES EN LA NOCHE, de Fernando García Calderón.


Título: El vuelo de los halcones en la noche
Autor: Fernando García Calderón
Publica: Ediciones Alfar
Páginas: 134
Precio: 13 €

El amor es como esos metafóricos trenes en los que si no te subes, igual no vuelven a pasar por tu vida. Consciente de ello, muchas personas se suben con ímpetu al primer tren que divisan en el horizonte. No se dan cuentan que muchos de ellos te dejan a mitad del trayecto, obligándote a recorrer el camino restante a pie. Pero, ¿cómo poder resistirse cuando se piensa que ese tren, ese amor incierto, puede ser el último de tu vida?, imagino que pensaría Jo, la protagonista de El vuelo de los halcones en la noche, la novela de Fernando García Calderón ganadora del Premio de novela corta Félix Urabayen en su edición vigésimo tercera, de la que hablaremos en este artículo.
En el prólogo de esta novela breve como esos amores que de tan ardientes, acaban por quemar a alguno de los componentes de la pareja, un anónimo empleado de una editorial nos cuenta que un día encontró en la cafetería el manuscrito de una novela corta titulada El vuelo de los halcones en la noche. Al no volver su propietaria a por ella, el empleado y su jefe en la editorial deciden publicarla.
Ya en el grueso de la novela, conoceremos a Jo, la narradora y protagonista de la historia, una mujer que se siente la menos afortunada de sus hermanas por no haber encontrado el amor a pesar de tener un buen empleo en la empresa familiar, uno que le hace gozar de cierta independencia en una época en la que era raro ver a mujeres llevando pantalones, como hacía ella. Tras un noviazgo fallido por culpa de su familia, que no aceptaba al pretendiente, y de ella misma, que no fue capaz de ser firme en su decisión de seguir adelante con la relación, Jo conoce a Ícaro, un pintor errante que está destinado a arrastrarla al mismo vórtice de un tórrido amor. Convencida de que su amor por Ícaro es verdadero y de que esta es su última oportunidad de ser feliz, Jo se marcha a Nueva York para cumplir los sueños de su amado.
Esta es la historia de Jo, una mujer solitaria y desesperada que se aferra a un amor apasionado pensando que ya es demasiado mayor para esperar algo más de la vida. La novela, a manera de memorias íntimas, nos cuenta cómo fue la infancia de una niña que siempre se sintió la desdichada de sus hermanas, de una joven inteligente y trabajadora apegada a sus padres y de una adulta que pierde el norte siguiendo a un hombre que tal vez no le convenga.
Esta es una novela, sin lugar a dudas, muy ligada al mundo de la pintura. Primero, porque todos los capítulos están relacionados con la libre interpretación que Fernando García Calderón hace de algunas de las obras de Edward Hopper. Segundo, como ya he dicho anteriormente, porque Jo se enamora de un pintor del que se vuelve musa, mecenas y esclava. El contraste entre la vida rural y la de la gran ciudad de Nueva York así como el de la pintura de Hopper y la de Ícaro, además de la voz de Jo, serán otros de los puntos interesantes de esta historia breve pero intensa.
El vuelo de los halcones en la noche, en definitiva, es una novela corta cargada de pasión, anhelo y simbolismo que nos habla de una mujer que intenta ser feliz en un mucho machista sin darse cuenta de que sus decisiones solo pueden hacerla más desgraciada. Una historia que brinda un homenaje a la obra de Edward Hopper e invita al lector a volar, como los halcones, con la imaginación y el deseo. Dicho esto, ¿a qué esperas para conocer las aventuras de Jo?
Cristina Monteoliva
 
© Cristina Monteoliva.


Reseña: SATÉLITES, de Almudena López Molina.


Título: Satélites
Autora: Almudena López Molina
Publica: Cuanto te quiero
Páginas: 294
Precio: 15,99 €

La muerte del o la cabeza de familia suele dejar un vacío difícil de llenar, más aún si esta desaparición ocurre cuando la persona no era especialmente mayor. Los distintos miembros intentan llevarlo como pueden, aunque algunos no estén capacitados para enfrentarse a tal trance. La fuerza interior y el tiempo harán que poco a poco todos se repongan y puedan vivir con la pérdida. O puede que no. De esto y mucho más va Satélites la novela de Almudena López Molina ganadora del Premio Vuela La Cometa 2018 de la que hoy os vengo a hablar.
Estrella se encuentra en el hospital. Sabe que va a morir, pero no se encuentra triste. La acompañan los que más quiere, su marido, Fernando, y sus hijos, Reyes, Esperanza y el pequeño Nano. Entre visita y visita, Estrella recuerda las cartas que se intercambiaba con Fernando cuando eran novios, los viajes familiares y demás momentos felices, aunque también alguno que otro triste o desafortunado. Una vez fallecida Estrella, su marido y sus hijos deberán descubrir cómo vivir sin ella. Ellos, que más que planetas que giraran alrededor de un sol, son ahora satélites que vagan en el universo sin rumbo fijo.
Estrella es una mujer vital y alegre que ha tenido una buena existencia, a pesar de los contratiempos que toda persona suele encontrarse en algún momento del camino vital. Tras la dura enfermedad, nuestra protagonista y narradora nos habla de su estancia en el hospital, pero también de su pasado, del amor que siente por su familia y de lo que espera que sea de ella cuando no esté.
Una vez fallecida Estrella, descubriremos una realidad por la que pasan muchos núcleos familiares cuando uno de sus pilares desaparece. Así, veremos como Fernando, el amante de las estrellas, se va perdiendo sin su mujer; como Reyes la hermana mayor, desespera a todos los demás con su carácter práctico y poco cariñoso; como Esperanza, la hija de en medio, la chica de alma artística y musical, intenta sostener a la familia; y como Nano, el pequeño, se vuelve rebelde ante la ausencia de su madre.
Aunque Estrella sea la protagonista de la historia, primero como narradora y personaje presente, y más adelante como la alargada sombra que deja tras su muerte, me gustaría destacar el papel que juega en esta historia Esperanza, una pobre muchacha sobre la que recae, primero, el peso del cuidado de su madre y, más adelante, el de toda la familia. ¿Conseguirá soportar tanta presión? ¿Podrán su marido y sus tres hijos seguir adelante sin Estrella? Tendrás que leer esta historia para descubrirlo pues yo no pienso adelantarte más.
Escrita con un estilo detallista, íntimo y delicado, Satélites, en definitiva, es una novela sobre cómo una mujer relativamente joven afronta la llegada de la muerte y de cómo sus familiares lo hacen, a su vez. Una historia en la que descubrimos cómo cada componente del clan adopta un papel determinado, como suele pasar también en la vida real, y de las consecuencias de la desaparición de la persona que sostenía toda una familia. Una obra reflexiva que está esperando que la conozcas para que tú también pienses en los temas que trata. ¿A qué esperas para hacerlo?
Cristina Monteoliva


© Cristina Monteoliva.