viernes, 25 de abril de 2025

Entrevista: DANIEL GARCÍA MARTÍN

 

Queridos amigos de La Orilla de las Letras,

llegamos a las puertas del fin de semana siempre dispuestas a daros a conocer a nuevos autores. En esta ocasión, nos visita Daniel García Martín, un poeta que, como pronto veréis, tiene mucho que contar:

¿Cuándo descubriste que la escritura era algo más que un pasatiempo?

En el cole nos obligaban ciertas lecturas, también nos turnábamos en su biblioteca para clasificarla, y ahí, manejando todos esos libros, vas viendo cosas que piensas que te gustarían… y ahí es donde te das cuenta de que en los libros se viven muchas vidas distintas.

¿Qué lecturas crees que te han influenciado como escritor?

Bécquer por encima de todas las cosas, aunque poesía no es lo que más he leído curiosamente.

¿Qué estás leyendo ahora mismo? ¿Nos lo recomendarías?  

Ahora sí que leo más poesía, y estoy con varios libros de una profe, Begoña Regueiro, Ser raíz y Versos de piel. La poesía siempre la recomiendo, porque puedes leer uno, dos poemas, cerrar el libro y seguir con tu novela o lo que leas. No tiene esa complejidad de una trama que te atrape y no te deje cerrar el libro, pero sí tiene ese poder (al menos para mí) de empatizar contigo y sentirte identificado con ciertos sentimientos y reconfortar… aunque sea por aquello de “mal de muchos…”

La última novela que he leído ha sido Silentium, que es el segundo libro de Ruben Juy. Un thriller ambientado en Salamanca, en el que un padre joven, recién enviudado acaba en una situación compleja con peligro para su vida y la de su hija. 

© Daniel García Martín.

¿Cómo compaginas tu trabajo como informático con la escritura?  

Pues la informática no es que inspire mucho, la verdad, pero esa mente analítica y procedural que se necesita para desarrollar programas es la que hace que se analicen también los sentimientos, y trazar la complejidad de los mismos, y traducirlos a lenguaje comprensible.

La poesía no es tan esclavista como pueda ser una novela, se mueve más por impulsos. Luego sí lleva trabajo de corrección de rítmica, etc. Pero en sí, tanto escribir como leer poesía no necesita tanta dedicación. No en mi caso, al menos.

¿Qué tiene de poética la informática, por cierto?

Pues salvo que riman, poco, la verdad. La informática es muy estática, mientras que la poética es mucho más sensorial. Enfrentamos algo frío y cerebral al flujo de los sentimientos.

¿Y por qué escribir poesía en los tiempos que corren? 

Empecé de adolescente, cuando no entiendes muchas cosas, cuando parece que un varón de 16 años no puede compartir ciertos sentimientos porque puede parecer flojito, moñas o blandito o como se quiera denominar de cualquier forma políticamente correcta. Y poco a poco se convirtió en una forma de hacer terapia, vaciaba mi vida en versos (a veces no, eran inventados, pero mucho era autobiográfico).

En 2006 hubo un parón en el casi no escribí en seis u ocho años, pero luego volvió a aflorar. Es un medio para sacar cosas, buenas y malas.

Ha habido una evolución en la misma, porque ahora puedo escribir de cosas inventadas o de cosas de otras personas de alrededor. Antes solo escribía de mí, pero he modificado eso para poder canalizar los sentimientos a través de otras personas e incluso de personajes ficticios.

¿Por qué te has decantado por la autopublicación a la hora de dar a conocer tu obra al público?   

Publiqué con Círculo Rojo porque conocí a otros autores que lo habían hecho con ellos, y me pareció interesante y, sobre todo, sencillo. Me ayudaron mucho a la corrección, la edición y la publicación.

Además maquetan también el libro electrónico y te ayudan a publicarlo en Amazon.

Ha sido fácil el proceso con ellos.

¿Qué ha supuesto para ti publicar Versos dormidos?

Pues ha sido ilusionante, el camino, el desarrollo, y ver en tus manos una obra que has mimado durante 20 años. Es un trabajo entre 1986 y 2006 que ves que va a llegar a la gente conocida y desconocida.

Muchos conocidos se han sorprendido al saber que escribía, y mucho más que era poesía. Porque relatos cortos tengo muchos, pero no habían leído poesía mía nadie.

Por otro lado supone mucho trabajo, de darte a conocer, de llegar a la gente, de salir de ese círculo de la gente allegada y conocida. Mucho lío en redes sociales, ampliar ese círculo desde cero para ir creciendo, presentaciones pírricas (y menos pírricas), ferias del libro. Un mundo desconocido y sobre todo, un abismo al que te asomas sin conocer muy bien si tienes alas para volar por si acaso, o si se te va a abrir el paracaídas en el caso de que te vayas a estrellar.

¿Qué vamos a encontrar en este libro?  

Una evolución en la poesía. Desde poemas de amor, a desamor, sobre la muerte, sobre religión, sobre los amigos, sentimientos… muchas cosas. Difícil que no encuentren algo que no les llene.

Yo siempre digo que el poeta escribe, pero es el lector el que hace suyo el poema, el que tiene que encontrar ese “algo mágico” que le enganche con ese poema y le explique esa parte de su vida que no entendía o que le reconforte, o que simplemente le guste.

¿Qué tiene de ti Versos dormidos?

Versos dormidos soy yo, sencillamente. Ahí está gran parte de mis sentimientos y de la gente que pasó por mi vida durante esos 20 años. Me conocerán algo más, más de lo que me conocía yo en aquellos años, incluso. Al final, esa gente que pasa por tu vida es la que te forma en cómo eres ahora, así que es mi propia evolución a través de las idas y venidas.

¿Qué esperas que los lectores aprendan de Versos dormidos?

No soy yo quién para enseñar. Pretendo que vean cosas que les identifiquen, que compartan ese momento de vida y de poesía con lo que yo he escrito y se derramen borbotones de sentimientos. No pretendo enseñar nada.

© Daniel García Martín.

¿Qué nuevos proyectos literarios tienes en marcha?

Pues hay varias cosas que tengo pendientes. Hay que pensarlo mucho, porque publicar es sencillo, pero recuperar la inversión (en mi caso por ser autopublicado) es muy difícil, la poesía no es muy popular.

Tengo un cuento que me están ilustrando y que espero que este año pueda estar disponible para ver la luz.

Hay otro poemario que estoy completando, más evolucionado y maduro, y que completa otros 20 años de poemas. Aunque muchos se han creado en estos dos últimos años.

También tengo unos cuantos haikus que quisiera ver de qué forma se les puede dar algo de vida fuera del ordenador.

Hay unos cien relatos cortos que me gustaría ver de qué forma les puedo dar luz también, aunque es un tema complejo, porque son relatos ciclistas, en formato jocoso sobre rutas que hago con mis compañeros de bici.

Hay varias cosas, pero, que hay que revisar con el mimo y la cordura adecuadas.

¿Te gustaría añadir algo antes de terminar esta entrevista?

Pues me gustaría romper una lanza a favor de la poesía, que es un poco el patito feo de la literatura. A pesar de tener grandes poetas, pienso que los lectores creen que la poesía es compleja, difícil de entender, pesada, rebuscada. Y sí, puede que tengan razón, en gran parte. Pero yo estoy seguro de que, siempre hay poemas que están hechos para uno. La cuestión es buscarlo. No vas a encontrarlos en el mismo libro, en el mismo autor, en la misma época, en el mismo país. A mí no me gustan todos los poetas, pero hasta de los que no me gustan, siempre hay algo que sí salvaría.

Hoy por hoy hay poesía de calle, sencilla, fácil de entender, nada críptica.

O por el contrario, para los lectores que le gusta la poesía atormentada, pues también tienen esos autores extremos.

No todo es poesía épica, del Cantar del Mío Cid, o el teatro poético del siglo de oro español. Hay más poesía, y sobre todo, aún queda mucha por escribir.

Muchas gracias, Daniel, por tu tiempo, tus palabras y tus fotos personales. Te deseamos una carrera literaria larga y próspera.

Y a vosotros, amigos lectores, gracias por estar de nuevo atentos a nuestras publicaciones. Ahora, ¡a leer!

Cristina Monteoliva