sábado, 19 de abril de 2025

Título: UN TRABAJO DE HOMBRES, de Edith Anderson

 

Todos sabemos lo que pasaba en Europa durante la Segunda Guerra Mundial. Pero, ¿qué ocurría mientras tanto en Estados Unidos, donde la población parecía bastante segura? Fundamentalmente, que los hombres en facultad de hacerlo se alistaron en el ejército y faltó mano de obra en muchos empleos. Puesto que la sociedad seguía siendo bastante racista y emplear a personas negras no les parecía factible, contrataron a mujeres temporalmente. ¿Creéis que ellas lo tuvieron fácil? Desde luego que no, como nos cuenta la novela basada en hechos reales Un trabajo de hombres, la excelente obra de Edith Anderson de la que hablaremos a continuación.

Mucho han cambiado las cosas en la estación ferroviaria de Port Empire, Nueva Jersey, desde que comenzara la guerra. La escasez de hombres para desempeñar el trabajo de guardagujas ha hecho que las compañías de trenes contraten a mujeres dispuestas al trabajo duro. Si bien las jóvenes no desempeñan las tareas más pesadas físicamente, sus jornadas laborales son interminables y acaban cobrando una miseria. Pronto no solo comienzan los conflictos con los hombres, sino entre ellas mismas. Y es que lograr mejores condiciones laborales será un objetivo para muchas, pero no para todas. ¿Conseguirán ponerse de acuerdo?

Los que seguís el blog desde hace tiempo ya os habréis dado cuenta de que soy más de novelas y relatos que de ensayos y manuales, y aunque nunca le he hecho ascos a una biografía interesante, la verdad es que me ha encantado encontrarme esta suerte de novela autobiográfica de Edith Anderson en la que no queda claro dónde empieza lo vivido y dónde la ficción, pero que no importa porque al final de la lectura tienes la certeza de que, aunque las chicas que protagonizan la historia no sean reales, todo aquello que les pasó sí y, por tanto, en estos tiempos en los que reivindicamos el papel de la mujer, la igualdad real, se hace necesaria esta lectura.

No es sencillo hablar de Un trabajo de hombres pues se trata de una novela coral con un sinfín de mujeres protagonistas, algunas de historias fugaces en la trama, cada una con una personalidad arrolladora. Podría pasarme páginas y páginas contándoos sus temores, anhelos y demás, pero ya sabéis que no es mi estilo. Os señalaré, en primer lugar, mis actrices favoritas de esta obra, por su forma de ser y por ser las que en más capítulos aparecen: Toby, la chica sin dinero para comprarse camisas y se pasó una buena temporada con la única que tenía (hecha unos zorros); Jessie, la mujer que renunció a un puesto de maestra por trabajar en el ferrocarril y, más tarde, luchó por los derechos de todas; Adelaide, que quiere llevarse bien con las otras mujeres pero desempeña puestos de trabajo superiores para los que no está preparada (y acaba perjudicando a las demás) y la parlanchina Martha, que, como muchas de las chicas, acaba saliendo con uno compañero del ferrocarril, casado y sin intención de acabar con su matrimonio.

En segundo lugar, diré que esta es una historia de pequeñas historias, todas entrelazadas, donde encontramos un orden cronológico y un buen puñado de propósitos: que las mujeres sean tratadas como iguales por los hombres, que se respete su antigüedad en el ferrocarril independientemente de que los hombres que se fueron al ejército retomen sus puestos cuando vuelvan a casa y que acaben entendiéndose entre todas.

Un trabajo de hombres, en definitiva, es una gran obra sobre la Segunda Guerra Mundial desde una perspectiva diferente: la de las mujeres que tuvieron que hacer trabajos que hasta entonces eran solo de varones. Una novela llena de detalles interesantes y datos que llamarán la atención no solo de los asiduos a lecturas de esta época, sino también de los que gusten de historias feministas y de lucha social. Un libro con décadas a sus espaldas que, sin embargo, es tremendamente actual. Y tú, ¿te animas a conocer a las chicas del ferrocarril?

Cristina Monteoliva