viernes, 9 de febrero de 2024

Reseña: AQUEL DULCE OTOÑO DEL APOCALIPSIS, de Juan de Dios Garduño.

 


Igual que existe el bloqueo del lector, también existe el bloqueo del escritor. Este tipo de contratiempo puede atraparte en cualquier momento, sin que tú te lo esperes. Salir de él suele ser complicado. Cuando por fin consigues escribir algo, te sientes liberado. ¿Qué por qué os cuento todo esto? Porque la novela que comentaremos hoy, Aquel dulce otoño del apocalipsis, nació de un bloqueo escritoril de su autor, Juan de Dios Garduño. Si quieres saber algo más sobre este libro, no tienes más que seguir leyendo esta reseña.

Tras la muerte de su mujer y su hijo en medio del apocalipsis zombi, el narrador y protagonista de esta historia se traslada de Madrid a su Córdoba natal para vivir con Paco, su padre. Paco es un hombre mayor, en silla de ruedas, pero todavía con una libido muy activa. El anciano le dice a su hijo que tiene una enfermedad terminal y que ha de cumplir su última voluntad: llevarle al Bernabeu, a Madrid. Lo que parece en principio una locura acaba convirtiéndose en un periplo sin igual. ¿Conseguirán padre e hijo llegar a su objetivo?

Esta es la historia de un hombre que lo ha perdido todo y que, cuando la cosa se pone aún peor, decide volver a casa. Allí le espera un padre peculiar y caprichoso que hará que los dos pongan su vida en peligro. Aunque, ¿es un peligro real? Nosotros sabemos desde el principio que esta es una novela de zombis más bien amable, con un final feliz. Una road movie con muertos vivientes de fondo. Unos seres que se me antojan poco temibles, por lo que creo que esta es una lectura ideal para aquellas personas que llevan tiempo queriendo introducirse en el género pero tienen miedo de encontrarse escenas excesivamente truculentas. Esta historia, además, tiene mucho sentido del humor, lo que hace que la tensión se rebaje, haciendo de la lectura una experiencia ligera. Por si fuera poco, el libro es relativamente corto, por lo que no se devora en un rato.

Podría acabar esta reseña aquí, pues ya os he comentado los motivos por los que deberíais elegir esta lectura. Sin embargo, todavía me quedan ciertos aspectos que señalar, como que, al igual que otras novelas de zombis, esta se nos presenta a manera de diario. Un diario en el que abundan los detalles y gracias al cual conoceremos la particular aventura del joven cordobés y su padre.

Tampoco puedo dejar de hablar del protagonista, tan esclavo de los deseos de su progenitor como deseoso de que todo acabe; y del singular Paco, un hombre que nos parecerá salido de una de las películas de la saga Torrente. Con respecto al resto de actores secundarios, tan solo diré que me han resultado tan bien perfilados como necesarios para darle vida a la trama.

Comenzaba este texto hablándoos del bloqueo literario que precedió a la creación de esta obra. Prueba que su autor quería hacer de ella algo muy personal, una vez que consiguió salir del atasco, son las referencias personales que encontramos en la misma. Así, sabemos, por la biografía de Juan de Dios Garduño, que el autor es de Córdoba, como su protagonista. También, por la dedicatoria final, que algunos de los personajes se llaman como sus personas más allegadas. Lo que sí podemos tener claro es que Juan de Dios no se ha enfrentado a un apocalipsis zombis. ¿O quizá sí?

En definitiva, Aquel dulce otoño del apocalipsis es una obra ligera con más humor que terror que hará las delicias de todos los que estaban esperando algo nuevo de Juan de Dios Garduño y de aquellos que simplemente quieran un rato de divertimento. Y tú, ¿serás uno de ellos?

Cristina Monteoliva