sábado, 1 de julio de 2023

Reseña: EL EMISARIO, de Yoko Tawada.

 

El futuro está aún por escribir. Y por sorprendernos. Porque por muchas conjeturas que hagamos, al final siempre ocurre algo que no esperábamos. Es por ello que las distopías nunca me parecen disparatadas. Menos aun las que nos hablan de desastres medioambientales que condicionarían la vida de los habitantes de La Tierra. O de un solo país, como Japón, como vemos en la novela El emisario, de Yoko Tawada. ¿Qué por qué deberías hacerte con ella? Sigue leyendo este artículo, a ver si te doy alguna pista.

En un futuro, no sabemos si lejano o cercano a nuestra era, Japón ha sufrido un desastre medioambiental que ha obligado a cerrar las fronteras con el mundo. Vivir en las ciudades no es recomendable, los animales escasean así como los alimentos frescos. Los niños nacen débiles mientras que los ancianos viven más de cien años. Las personas cambiarán de sexo al menos una vez en la vida y los hombres tendrán la menopausia. En este contexto, conoceremos a Yoshiro, un bisabuelo centenario que cuida a Mumei, su frágil nieto. Yoshiro se encarga de hacer que la vida de Mumei sea la más cómoda posible. Pero, ¿y si algún peligro amenazara al joven?

Yoshiro es un anciano centenario que goza de buena salud, aunque las condiciones ambientales no sean las idóneas después del desastre ecológico que ha sumido en el ostracismo a Japón. Divorciado desde hace años y escritor de profesión, se dedica en cuerpo y alma al cuidado de Mumei, su bisnieto, un chico frágil, pero inteligente y risueño.

Mumei es una flor delicada, como todos los niños que nacieron en Japón en los últimos años. A él, sin embargo, no le importa su condición. Siempre feliz, se dedica a vivir la vida plenamente.

Esta es una historia que se cocina a fuego lento. Parece que el objetivo de la autora, al menos durante gran parte del libro, es que entendamos la relación entre bisabuelo y bisnieto, así como los cambios sustanciales que se han producido en Japón tras el apocalipsis ambiental. Con prosa pausada, etérea y dulce, somos testigos de los pequeños contratiempos del día a día de esta familia de dos, de los recuerdos del anciano, de lo que les depara el futuro más próximo.

El título del libro, El emisario, tiene varios significados. Por un lado, tenemos una obra con ese nombre que escribió Yoshiro y que decidió enterrar porque no iba a ser del agrado de la estricta censura; por otro, sabemos que Japón mandará al extranjero jóvenes emisarios, y que Mumei podría ser uno de ellos. Pero, ¿cómo podría emprender el viaje un chico tan delicado como él?

El emisario, en definitiva, es una distopía amable y pausada en la que descubrimos el amor de un bisabuelo y un bisnieto y su forma de encarar la adversidad, aunque a veces esta sea mínima. Una historia bastante feel good, a pesar del contexto, que estoy segura que te llegará al corazón. ¿O es que no te atreves a comprobarlo?

Cristina Monteoliva