¿Qué hay que nos diferencia de
otras especies? El lenguaje, sin duda, tanto por la complejidad de nuestras
formas de expresarnos por vía oral y escrita como por nuestra capacidad de
aprender distintas lenguas. ¿Se puede articular una historia de ciencia ficción
alrededor del lenguaje y la lingüística? Sin duda. De hecho, tenemos una obra
clásica feminista, anterior a El Cuento de la criada de Margaret Atwood,
que versa precisamente sobre ese tema. Estoy hablando de Lengua materna,
la novela de Suzette Haden Elgin reeditada por fin en español por Oz Editorial
de la que hablaremos en este artículo.
Mucho ha
cambiado el mundo desde que en 1991 se derogaran los derechos de las mujeres.
Después llegarían los contactos con otras civilizaciones espaciales, las colonias
en otros planetas y la necesidad de traductores para llegar a acuerdos con
todos los seres de la galaxia. Es por ello que en los siglos XXII y XXIII
existen los lingüistas, miembros de unas pocas familias cuyas mujeres, a
diferencia de las otras del mundo, pueden trabajar fuera de casa en igualdad de
condiciones que los hombres, aunque cuando vuelvan a la comunidad sean poco más
que esclavas. En este contexto es donde conoceremos a Nazareth
Chornyak-Adiness, una brillante lingüista que, aunque muy trabajadora, siempre
se ha negado al destino de las otras mujeres y el suyo propio. Será ella la que
le dé un impulso al movimiento secreto que se está construyendo en la casa
Estéril de su familia (el lugar al que van a parar las ancianas y todas
aquellas que ya no pueden procrear), una rebelión, cómo no, que tiene que ver
con el lenguaje. Pero, ¿y si el carácter impulsivo de Nazareth lo acaba echando
todo a perder?
Escribir
ciencia ficción futurista es complicado porque, o sitúas la acción a largo
plazo, o al final el futuro te acaba alcanzando para echar por tierra tus
suposiciones. Digo esto porque la premisa de partida de esta obra tiene lugar
en 1991, fecha que hemos más que superado, pero que a su autora, en su momento,
la parecería plausible a la hora de indicar que en ella se podrían derogar los
derechos civiles de las mujeres en Estados Unidos, convirtiéndolas poco más que
en objetos para los hombres. La lectura a día de hoy, por tanto, nos dice que
nos encontramos ante una ucronía, por un lado, y una distopía feminista por
otra. Una versión pesimista del futuro con ciertas peculiaridades sin duda
originales, desde luego.
En Lengua
materna todo gira alrededor del lenguaje. Y es que si bien por un lado
tenemos a los lingüistas, solo trece grandes familias en el mundo que, por
culpa de las rebeliones en su contra hace años, han de vivir en grandes casas
comunales, por otro tenemos a Trabajo Gubernamental, a saber, una división del
gobierno de los Estados Unidos que busca a la desesperada niños que sean capaces
de aprender los codiciados lenguajes de los extraterrestres no humanoides.
En este mundo
de rivalidad entre los lingüistas, dueños del monopolio de los lenguajes (solo
sus miembros son capaces de aprender lenguas alienígenas como si fueran
maternas) y el gobierno de los Estados Unidos, convencido de que es posible
competir con ellos para no depender tanto de los servicios de los primeros,
conoceremos a las dos mujeres más significativas de esta obra: Nazareth y
Michaela.
Nazareth,
nuestra supuesta protagonista (pronto veremos que su peso en la trama no es tan
grande) es una mujer con un gran talento a la hora de aprender idiomas, mucho
más de lo que pueden decir la mayoría de los hombres de su comunidad. A pesar
de su valor, sin embargo, Nazareth será tratada tan mal, o puede que peor, como
todas las mujeres de este mundo. ¿Qué hará cuando se le muestre la oportunidad
de extender por las comunidades femeninas el láadan, un idioma que los hombres
desconocen? Tendréis que leer esta novela para saberlo.
Por otro lado
tenemos a Michaela, una mujer resentida que culpa a los lingüistas de la muerte
de su bebé. Como otras personas ajenas al mundo de los lingüistas, Michaela
piensa mal de ellos. Hasta que conoce a las mujeres de la casa Estéril del clan
de los Chornyak. ¿Será capaz de seguir con sus planes de venganza tras cambiar
de idea con respecto a las féminas lingüistas?
Lengua
materna, en definitiva, y si bien se
ha quedado un poco obsoleta en cuanto a unos cuantos conceptos, como no solo he
observado yo sino también, y muy acertadamente, Concepción Perea en el Prólogo
que nos ofrece esta edición, es una excelente obra de ciencia ficciñón de corte
distópico y feminista con el que adentrarnos en el complejo mundo de la
lingüística, conocer cómo podrían reaccionar las mujeres del futuro ante
ciertas condiciones y la rebelión que, unidas, podrían liderar. Una obra con la
que entretenerse un buen rato mientras reflexionamos sobre ciertos temas. Y tú,
¿a qué esperas para conocer todo lo que te espera en Lengua materna?
Cristina Monteoliva