Nos cuesta creer que
haya personas capaces de cometer las mayores atrocidades en contra de los
niños. Personas que tienen vidas en apariencia rutinarias y tranquilas, hasta
que de pronto se descubre lo que han estado haciendo a escondidas de la
sociedad. Estos individuos merecen un gran castigo, pero, ¿y si sus crímenes se
descubren cuando ya han fallecido? Esta es una de las preguntas que nos planeta
La noche de plata, la nueva novela de
Elia Barceló de la que hablaremos en este artículo.
Carola
Rey Rojo, viuda desde hace unos años, necesita un descanso en su carrera como
policía, de ahí que pida una excedencia y acepte volar hasta Viena para
encargarse de la catalogación de los libros de la biblioteca de un millonario
recientemente fallecido en un misterioso accidente. Mientras tanto, el
comisario Wolf Altman, amigo de Carola, se encuentra con el hallazgo de un
cadáver de un niño enterrado bajo el tronco de un roble en el jardín de unos
jubilados. El anterior dueño de la finca, ya fallecido, no puede contar qué
hacía allí el cuerpo, por lo que a la policía vienesa le costará un poco más
saber si este, un americano nacionalizado austriaco, fue un depredador sexual
que atentaba contra criaturas inocentes o si eran otros los que utilizaron su
terreno para deshacerse no solo del cuerpo sin vida de este niño, sino de unos
cuantos más. ¿Tendrá todo esto algo que ver con la desaparición de Alma, la
hija de Carola, en 1993 en un mercadillo navideño vienés?
Carola,
la protagonista de este thriller lleno de misterios, es una doctora en
psicología más cerca de la jubilación que del comienzo de su carrera, que
trabaja como policía. Cansada de su trabajo, pide una excedencia. Más tarde, y
ahí es donde comienza nuestra historia, encontrará un trabajo, en apariencia
tranquilo, catalogando la biblioteca de Jacobo, más conocido como Chuy. Chuy
parece estar muerto, Javier es un hermano insoportable y Carola no sabe muy
bien qué hace por allí el misterioso Toussaint, la mano derecha del supuesto
difunto. Lo que queda claro es que hay algo oculto en la casa, tal vez algo más
valioso que los libros que cataloga Carola. ¿Conseguirá nuestra dama averiguar
a tiempo lo que es?
Por
otro lado, tenemos el nuevo caso que ha de llevar Wolf Altman, el comisario vienés
amigo de Carola: uno que puede estar relacionado con la desaparición, en 1993,
de la hija de nuestra policía metida a bibliotecaria, en un mercadillo
navideño. Y es que lo que comienza con el hallazgo de un solo cadáver de un
niño bajo un árbol en el terreno de unos jubilados pronto se convierte en un
caso con más cadáveres de infantes y puede que con bastantes implicados.
¿Alguno de ellos seguirá vivo o en su sano juicio para contar lo que pasó de
verdad?
Por
último, nos encontramos con las visitas que Carola recibirá durante su estancia
en Viena: la de su hijo, Julio, un chico que parece querer vivir la vida
demasiado rápido con su nueva novia; y la de Juan Manuel, el primer marido de
Carola y padre de Alma, un famoso escritor casado en segundas nupcias con una
despiadada mujer capaz de cualquier cosa por conseguir que su marido venda
libros como rosquillas.
La noche de plata,
en definitiva, es un interesante thriller
lleno de subtramas que nos hará preguntarnos todo el tiempo qué pasó con los
niños muertos y qué tiene todo que ver con el nuevo trabajo de Carola. Un libro
entretenido con el que conocer la Viena más pintoresca y soñar con las lujosas
casas de los famosos. Pero, ¡cuidado! El peligro acecha tras la siguiente página.
Y tú, ¿te atreverás a descubrir todo lo que este volumen esconde?
Cristina Monteoliva