jueves, 11 de marzo de 2021

Reseña: MUJERES SINGULARES, de George Gissing.

 

Hasta no hace mucho, una mujer que no se casaba era considerada despectivamente una solterona, una pieza suelta del puzzle social que daba pena a los que la rodeaban, cuando en realidad muchas de estas mujeres, tanto en el pasado como en el presente, tenían y tienen vidas de lo más plenas. Vidas únicas y singulares, pues así son ellas. O, al menos, eso es lo que pensaba George Gissing, autor de la novela Mujeres singulares, el clásico literario del que hablaremos a continuación.

Tras la muerte repentina y prematura del cabeza de familia y único progenitor, las hermanas Madden han de buscar la manera de salir adelante. La muerte posterior de tres de ellas dejará solas a las otras tres hermanas: Alice, la mayor, empleada como institutriz en una casa; Virginia, que trabaja como dama de compañía; y Monica, la más joven, empleada en una tienda en la que apenas tiene descanso. Cuando más perdidas se sienten las hermanas, las mayores de pronto desempleadas y la menor cansada de su trabajo, aparece en escena Rhoda Nunn, una antigua conocida que ha montado junto a una amiga un negocio en el que no solo enseñan a las mujeres singulares (solteras sin ninguna intención ni necesidad de casarse) el empleo de oficinista, sino que también les dan trabajo. Mientras Alice y Virginia sopesan la posibilidad de abrir una escuela en su antigua localidad, Clevedon, Monica deja el trabajo en la tienda para aprender mecanografía antes de decidir que quiere casarse. Por su parte, Rhoda conocerá a Everdond Barfoot, el primo de su amiga y socia Mary, un tipo de mala reputación que tal vez conquiste el corazón. ¿Conseguirá nuestra heroína esquivar las flechas del amor para seguir siendo una mujer singular?

Todo empieza en Clevedon, en 1872, lugar en el que el doctor Madden vivía con sus seis hijas hasta que muriera de forma repentina. La trama nos traslada enseguida al Londres de 1887, donde nos encontramos a las dos mayores de las chicas supervivientes, Alice y Virginia, viviendo juntas más por necesidad que por gusto. Las dos han perdido sus empleos y calculan cuánto tiempo podrán seguir con lo que les queda. Lo más lógico es que monten una escuela en Clevendon, como les sugiere su antigua conocida, Rhoda Nunn, cuando vuelven a frecuentarla. Pero, ¿acaso las hermanas serían capaces de salir de su zona de confort para hacerlo?

La menor de las hermanas, Monica, tampoco parece querer esforzarse mucho.  Así, tras un trabajo extenuante y pasar más tarde por la academia de Rhoda Nunn, decide casarse con un hombre que está muy lejos de hacerla feliz. Su marido, Edmund Widdowson no solo es un hombre aburrido y poco sociable, sino que también es absorbente y celoso, lo que hará que Monica pronto se sienta atrapada y busque una salida en los brazos de otro hombre.

Finalmente, nos encontramos con la historia de Rhoda Nunn, una dama convencida de que las mujeres han de ganarse la vida por sí mismas con trabajos de categoría y permanecer solteras. El problema es que Rhoda pronto será cortejada por alguien que está en su mismo nivel intelectual: Everard Barfoot, el primo de mala reputación de su socia y amiga, Mary. ¿Será auténtico amor lo que surja entre ellos? ¿Renunciará Rhoda a sus principios y se casará con el galán?

Mujeres singulares es una revolucionaria obra feminista en la que nos encontramos con un nuevo tipo de féminas a finales del siglo XIX: aquellas que por decisión propia no tienen marido y se ganan la vida con gran dignidad. Estas mujeres exigen respeto de una sociedad que prefiere a una casada aunque sea infeliz (y hasta maltratada, como el caso de Monica) antes que a solteras y realizadas que no han de dar cuentas a nadie de sus actos. El problema, como vemos, surge cuando el amor toca a la puerta de una mujer convencida de su singularidad. ¿Podría esa mujer decidir dejar de ser soltera e independiente si entendiera que podría vivir en igualdad con un marido que la quisiera?

Mujeres singulares, en definitiva, es una obra rica en matices y personajes complejos que nos habla de temas que en nuestros días todavía nos preocupan, como el maltrato, la necesidad de algunas personas de casarse por razones equivocadas, la conciliación familiar y la vida plena que se puede tener estando soltero o soltera, desde puntos de vista muy interesantes. Una lectura feminista imprescindible de todos los tiempos. Y tú, ¿a qué esperas para conocer a estas mujeres y lo mucho que tienen que decir sobre quiénes son?

Cristina Monteoliva