Título: Lecturas de los
rehenes
Autora: Yoko Ogawa
Traducción: Juan Francisco
González Sánchez
Publica: Funambulista
Páginas: 256
Precio: 16 €
Viajamos por el mundo esperando descubrir
cosas nuevas, comer platos deliciosos, olvidarnos de la tediosa rutina.
Queremos pasarlo bien, volver cansados a casa después de tantos estímulos
positivos. Por desgracia, a veces ocurren contratiempos durante esos viajes que
con tanta ilusión emprendimos: pérdidas de equipaje, confusión con las
direcciones, pequeños accidentes o enfermedades… Pero, ¿y si lo que nos
encontráremos fuera un ataque terrorista que derivara en el secuestro del
autobús en el que vamos de excursión por una zona montañosa? Si quieres conocer
una historia con un punto de partida como este, no tienes más que hacerte con
un ejemplar de Lecturas de los rehenes,
el nuevo libro de Yoko Ogawa.
Siete japoneses de
viaje en un país remoto. Siete personas que poco tienen en común, aparte de su
nacionalidad. Los siete van en un autobús, junto al guía y el conductor, por
una zona montañosa y mal comunicada, cuando de pronto son asaltados por un
grupo de terroristas. Los terroristas capturan a los siete turistas y al guía y
los llevan a una cabaña de cazadores. Al principio, la noticia tiene relevancia
en los medios de comunicación. Pronto, sin embargo, todo el mundo se olvida de
los pobres rehenes. Mientras tanto, estos intentan llevar el cautiverio lo
mejor posible, incluso cuando uno de ellos cae enfermo. Por suerte, los
terroristas dejan que la Cruz Roja Internacional venga a socorrerle. Son estos
los que dejarán micrófonos ocultos que den conocimiento a la policía de lo que
está teniendo lugar dentro de la cabaña, aunque no lleguen a entenderlo hasta
el trágico desenlace. Y es que aunque todo podría haber acabado bien, al final
los rehenes son asesinados por los secuestradores. Tiempo después, se sabrá que
los escritos en mesas, tablas, etc que dejaron los turistas y su guía, además
de las grabaciones, hablaban de episodios de sus vidas que deseaban contar a
los demás.
Una diseñadora de
interiores de cincuenta y tres años de edad, una profesora de repostería en una
escuela de restauración de sesenta y uno, un escritor de cuarenta y dos, un
profesor de oftalmología en la universidad de treinta y cuatro, un director de
una fábrica de maquinaria de precisión de cuarenta y nueve, una empleada de una
empresa de importación de treinta y nueve, un ama de casa de cuarenta y cinco y
un guía turístico de veintiocho: estos son las ocho personas secuestrados
durante su visita a un país lejano, con respecto a Japón, país de origen de
Yoko Ogawa, la autora de esta obra y de estos personajes.
Durante su secuestro,
tal y como se nos cuenta en el capítulo que hace de introducción y resumen de
su trágica historia, estas personas se dedicaron a escribir convulsivamente en
mesas, tablas, objetos, etc con los utensilios más inimaginables. Dos años
después, como nos dice también este primer capítulo, estas historias, que
también fueron grabadas magnetofónicamente por la policía sin que los captores
ni los capturados los supieran, serán retransmitidas en una cadena de radio, a
razón de una por noche. Tras la emisión de estas historias que nos hablan de
anécdotas, episodios vividos en distintos momentos de la vida por estas
personas y que, de una u otra manera, las marcaron para siempre, encontramos una
narración final: la del policía que estuvo atento a las escuchas.
Aunque no entendiera
mientras escuchaba ni una sola palabra, el policía captaba a través de los
auriculares la emoción con la que los secuestrados narraban sus historias a los
demás, lo que le llevó más tarde a decidir contar la suya.
Lecturas
de los rehenes es una novela fragmentaria compuesta
por un capítulo inicial que justifica el que entendamos, precisamente, este
libro como una novela, y ocho historias, ocho relatos breves, que podrían
leerse en cualquier orden y de forma individual sin que dejaran de tener
sentido por sí mismas. Estas historias nos hablan de sucesos fantásticos,
situaciones cotidianas y otras anécdotas que los rehenes creen oportuno contar
a los otros. Se tratan todas de historias entrañables, cargadas de significado,
tanto para los rehenes como para los lectores. En ellas destacan casi siempre
los personajes ancianos, especialmente las ancianas que a veces son o no
abuelas. También la delicadeza con la que estas narraciones están escritas.
Lecturas
de los rehenes, en definitiva, es un excelente libro
que nos habla de un secuestro no desde el punto de vista policial o el de los
secuestradores, sino desde el de unos rehenes que, felices de estar vivos aún,
deciden contarse los unos a los otros aquellos episodios destacados de sus
vidas. Una novela con final triste que, sin embargo, nos enseña a apreciar
aquellos momentos que nos convirtieron en mejores personas animándonos a
superarnos cada día. ¿Te animarás tú a leerlo?
Cristina Monteoliva