jueves, 25 de abril de 2024

Reseña: TRES MANERAS DE DECIR ADIÓS, de Clara Obligado.

 

Durante el confinamiento al que nos llevó la pandemia mundial de la COVID-19, mientras la mayoría de la población se dedicaba a hacer pasteles y pan o a ordenar la casa, Clara Obligado escribió dos magníficos ensayos sobre la escritura. Para ello interrumpió la escritura de un libro de relatos que no es otro que este, Tres maneras de decir adiós. Lo dejó en pausa pero en el ejercicio de escritura fue inevitable que se estableciera un diálogo entre esas tres obras. De hecho, me atrevería a decir que cada uno de sus libros dialoga de algún modo con los anteriores, la autora teje redes entre ellos.

         Como ya he dicho alguna vez en alguna de las muchas reseñas que he hecho de los libros de  Clara Obligado, su escritura es como ella misma: mestiza, poliédrica, híbrida, diversa, y sus obras suelen moverse a uno y otro lado de la frontera de los géneros literarios. En este caso no iba a ser diferente. Nos encontramos frente a un libro de cuentos que también podría ser una novela. Tres relatos o tres capítulos; tres cuentos largos que forman una novela corta. Relatos encadenados, novela corta, cuento… La autora le saca partido, una vez más, a las posibilidades narrativas de ambos géneros.

         Tenemos entre manos tres historias de mujeres de la misma familia en tres edades diferentes de la vida. Cada una de estas historias es independiente pero está relacionada con las otras dos a través, sobre todo, del parentesco entre las mujeres que son sus protagonistas. El primer relato nos lleva en el tiempo hasta el año 1992, el segundo se intuye en la época actual mientras que el tercero nos transporta al futuro en forma de distopía. Los tres textos tienen una extensión bastante aproximada pero estéticas muy diferentes. Algunos personajes y objetos se van cruzando en ellos.  Entre los objetos, uno en especial llama la atención de esta lectora, puesto que me resulta familiar de novelas como La hija de Marx, Salsa o Petrarca para viajeros (si la memoria no me falla). La Odisea de Homero atraviesa las tres piezas que componen el libro y también los fantasmas están presentes en las tres. El resultado final se percibe como si Obligado hubiera trenzado las tres tramas.

         Este es un libro que trata sobre las pérdidas y las despedidas, sobre las raíces, la memoria, las edades de la vida o las relaciones familiares, en especial entre madres e hijas. Pero también trata sobre la esperanza, sobre cómo somos capaces de rebrotar, de sobreponernos a las desgracias y reinventarnos. Tiene un punto de ensayo y de autobiografía, también de reflexiones sobre la escritura aunque por momentos es muy lírico. Podríamos decir que es una especie de biografía atravesada de ficción en la que su autora se piensa como emigrante, como escritora, como mujer y como madre. Es también un excelente ejercicio literario que nos demuestra la maestría de Obligado en el uso del punto de vista y la voz narrativa.

María Dolores García Pastor