viernes, 23 de diciembre de 2022

Reseña: ME LLAMO VICTORIA, de Miguel Vasserot.

 

Según la Wikipedia, «Belle Époque o La Belle Époque (en español: La época bella) es una expresión en francés utilizada para designar el período de la historia de Europa comprendido entre el final de la guerra franco-prusiana en 1871 —coincidiendo con la Segunda Revolución Industrial y la Paz armada— y el estallido de la Primera Guerra Mundial en 1914». Si bien se ha hablado mucho de esta época en lugares de Europa como París, poco se sabe de cómo fue en España. Es por ello que siempre es interesante adentrarse en libros que traten este tema, como la novela de Miguel Vasserot Me llamo Victoria, la obra que precisamente vamos a comentar en esta reseña.

Madrid, 1901. Lorenzo Hernández es un revistero de salones, es decir, que redacta ecos de sociedad en un periódico que sueña con convertirse en escritor. Su amigo Antonio Palmero le viene un buen día con un encargo: escribir las memorias de una tal Victoria, una mujer muy bien posicionada en la convulsa sociedad del momento. Hernández ha de valerse de las notas de la susodicha y de su pericia a la hora de emprender tan magno proyecto. Pero, ¿quién es de verdad Victoria, además de una vendedora ilegal de absenta y una repartidora de prostitutas en el Madrid de primeros de siglo? ¿Qué secretos esconde? ¿De verdad merece la pena hablar de ella?

Esta es una apasionante historia contada por sus dos protagonistas: Lorenzo y Victoria.

Lorenzo es un joven ambicioso. Después de haber trabajado en el registro del Hospicio, ha pasado a hacerse cargo de sus ecos de sociedad. En realidad quiere ser escritor, y el encargo de su amigo Antonio Palomero puede ser una buena oportunidad para demostrar que puede desempeñar tal labor. El trabajo parece sencillo: escribir las memorias de una mujer singular tomando como referencia sus propias notas. Todo se complica, sin embargo, y Lorenzo tiene que investigar por su cuenta. Para ello, tendrá que ir a ciertos lugares. ¿Qué será lo que averigüe?

Por otro lado tenemos a la camaleónica Victoria. Al principio de su narración la vemos como vendedora de absenta a los personajes de la alta sociedad madrileña. Más tarde, será reclutada por una importante proxeneta, también bien posicionada en el mundo de Madrid, para llevar la recaudación de las prostitutas y otras tareas.

Victoria es sin duda una mujer valiente que sabe valerse por sí misma en un mundo en el que las féminas no suelen estar solas. Pero, ¿por qué hace lo que hace? ¿Qué es de su pasado? ¿Tiene algo que esconder? ¿Y por qué lo haría?

Tal y como descubrimos a lo largo de esta novela, la belle époque madrileña no tuvo nada que envidiar a la de otras ciudades europeas: fiestas a todas horas, diversiones varias, desinhibición…; aunque también tuvo sus sombras, con una buena parte de la población viviendo en la pobreza y teniendo que buscarse la vida como se podía. He de confesar que durante buena parte de esta novela pensé que esa era precisamente su función: la de mostrarnos con todo lujo de detalles una parte de la historia de la que no se suele hablar. Fue más adelante, mediada la narración, cuando descubrí por fin la verdadera trama, lo que nos lleva a decir que no esta no solo es una novela histórica y de denuncia social, sino también una novela negra.

Me llamo Victoria tiene una gran sorpresa final, algo que hace que merezca la pena su lectura. No seré yo quien desvele el misterio. Tendréis que ser vosotros los que os decidáis por la lectura de esta emocionante a la par que conmovedora historia. ¿Os atrevéis a conocer a la verdadera Victoria?

Cristina Monteoliva