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viernes, 21 de agosto de 2015

Reseña de INCONEXIÓN, de Neal Shusterman

Título: Inconexión
Autor: Neal Shusterman
Edita: Anaya
Páginas: 488
Precio: 17,95 €

Hay sagas juveniles cuyas tramas son tan simples y están ya tan vistas, que apenas se entiende que sus autores escriban más y más volúmenes protagonizados por los mismos personajes. Otras, sin embargo, tocan temas tan interesantes y complejos, que lo que no se comprende es cómo consiguen los autores llegar a un final en un momento determinado. Este último sería para mí el caso de la saga de Desconexión, de Neal Shusterman, cuyo tercer volumen, Inconexión, he leído recientemente.
Tras el asalto del Cementerio, Connor y Lev huyen desesperadamente. Por el camino, Connor es secuestrado por un supuesto fan. Una vez libre Connor, en compañía de Grace (la hermana de su captor) y Lev, se dispone a encontrar a una mujer que creen que tiene las claves para desmontar todo el tinglado de la desconexión juvenil (la división por partes de los jóvenes).
Por otra parte, Risa, una vez recuperada su movilidad al completo, intenta llegar a Connor por todos los medios, no sin antes toparse con un buen número de partes.
Por otro lado, Cam, el chico creado a partir de cientos de partes de otros chicos desconectados, intenta llegar a Risa, su gran amor platónico.
Finalmente, Starkey, el jefe de los chicos huérfanos del Cementerio, se las apaña ya no solo para hacer que sus amigos huérfanos tengan una vida la mar de interesante, sino para crear un buen número de problemas allá donde va.
Antes de seguir con esta reseña he de indicaros de nuevo que Inconexión es la tercera parte de la saga Desconexión, y que si no habéis leído los dos primeros libros, tendréis muchas dificultades para seguir la trama de este tercer volumen.
Comencé a leer Inconexión pensando que sería el último volumen de la saga. Pronto me di cuenta de que Shusterman había decidido dedicar al menos cuatro libros al tema de la desconexión juvenil en un futuro que en realidad no dista mucho de nuestro presente.
Como en los anteriores libros, todo gira entorno a la desconexión juvenil, una especie de aborto de adolescentes que surge tras una guerra civil americana. Básicamente, los chicos rebeldes son llevados a granjas para que se les divida en partes a veces minúsculas. Eufemísticamente, se dice que los jóvenes pasan a vivir de forma divisa. Lo cierto es que ellos mueren mientras sus órganos van a parar a ciudadanos “decentes” con necesidades.
La desconexión juvenil resuelve, en parte, el problema que el primer mundo tiene tanto con la rebeldía adolescente como con con los órganos disponibles para hacer trasplantes. La parte que no resuelve la forma legal de obtención de órganos la solventan los piratas de partes, malvados criminales que dan caza a los chicos fugitivos para quitarles los órganos.
Existen numerosas incógnitas que los personajes han de resolver a lo largo de este libro: ¿a quién beneficia realmente la desconexión juvenil, aparte de a la gente que necesita una donación de órganos? ¿Por qué es tan difícil acabar con un sistema tan cruel? Y, sobre todo, ¿quiénes fueron los primeros en implantar la desconexión y por qué?
Connor, Risa, Lev, Grace y Cam tienen una misión (aunque algunos de ellos no lo sepan) clara en este tercer volumen: encontrar a la única persona que les puede decir cómo empezó toda la locura dela desconexión. ¿Les ayudará eso a convencer a la población de que esta práctica no es justa para nadie? Lo descubriremos en el cuarto volumen.
Como en el resto de libros de esta saga, aquí encontramos también mucha acción, subtramas inesperadas, tensión y un poquito de amor adolescente. Aunque, a decir verdad, a mí lo que más me ha sorprendido gratamente es la aparición en este libro del personaje de Grace, una chica algo mayor que el resto de los protagonistas. Se supone que Grace tiene algún tipo de discapacidad psíquica, aunque generalmente se comporta como la más inteligente de todo el grupo. Estoy deseando ver qué va a hacer esta chica en el próximo libro.
Otro de los aspectos a resaltar de este volumen es la cantidad de anuncios por parte de los que están en contra y de los que están a favor de la desconexión que encontramos interrumpiendo la trama principal. Todo un acierto por parte de Shusterman, ya que de esta forma hace que el lector tenga que estar planteándose cuestiones morales y de otras índoles continuamente.
Inconexión, en definitiva, nos ofrece una lectura entretenida, emocionante y reflexiva mientras nos prepara para el gran final de la saga de Desconexión. Si ya habéis leído los otros dos libros anteriores, no dejéis de haceros también con este.

Cristina Monteoliva



lunes, 10 de agosto de 2015

Entrevista a CLAUDIO CERDÁN.

¿Cuándo comenzaste a escribir?
De siempre tuve la inquietud de contar historias. Fui dando tumbos por el cómic y los cortos, hasta que me centré en las novelas. El comienzo fue relativamente tardío, ya en los últimos años de la universidad.

¿Por qué novela negra?
También he publicado fantasía, pero en la novela negra he obtenido más reconocimientos. La mayoría de mis historias van en esa dirección, con enigmas, criminales y situaciones violentas. Me gusta hablar de la violencia, demostrar desde las páginas de un libro que es algo muy serio, que puede doler de verdad. Odio las películas de Bruce Willis cuando está diez minutos partiéndose la cara con cuatro tíos y luego no hay consecuencias.

Acabas de publicar Sangre fría, una novela negra cargada de humor y, sobre todo, zombis. Con tus anteriores novelas has cosechado un buen número de premios y reconocimientos. ¿No crees que es posible que la gente deje de tomarte en serio por, precisamente, escribir sobre zombis?
Creo que mis lectores son lo bastante inteligentes para que no ocurra eso. A mucha gente, sobre todo a los que no son lectores habituales, les gusta que siempre le den lo mismo, encontrarte siempre en la misma balda de la librería. La opción fácil sería crear una pareja de policías que investigaran a un asesino en serie en cada novela, pero de momento mis inquietudes son otras.

Por otra parte, ¿podría decirse que eres un asiduo lector del género Z?
No me gustan los zombis. Es un género relativamente nuevo en literatura que hace unos años tuvo su boom. Este libro, de hecho, es una queja hacia todo lo que no me gusta de las novelas Z, tan cargadas de tópicos y lugares comunes. Ha habido una sobreexplotación del zombi hasta convertirlo en una mala copia de Walking Dead.

Sea cual sea la respuesta a la anterior pregunta, he de suponer, después de leer el tu novela, que al menos has leído unas cuantas novelas de zombis españolas. ¿Cuál de ellas es tu favorita y por qué?
Manel Loureiro abrió la lata y Carlos Sisí concretó el camino, pero me sigo quedando con Y pese a todo, de Juan de Dios Garduño, quizá porque no es una novela de zombis. Esta novela, aparte de ser cojonuda, es la primera que se lleva al cine con actores de Hollywood bajo el nombre de Extinction. Os quiero ver a todos en el cine cuando se estrene en un par de semanas.

                                                                 ©Claudio Cerdán

¿Cómo surgió la idea de escribir Sangre fría?
Fue una propuesta del coordinador de la línea Z, Jorge Iván Argiz. Me lo planteó, se me ocurrió la novela y la aceptaron.

¿Cuánto has tardado en escribir esta novela?
Tardé cerca de dos años en encontrar la voz adecuada, pero después todo fue bastante rápido. En dos meses la tenía terminada.

¿Qué ha sido lo más difícil de escribir?
El tono. La novela la comencé varias veces y todas ellas la terminé descartando. Al final recordé que no estoy en la literatura para sufrir, sino para disfrutar, y eso hice. Llevé el libro a mi terreno, cambié el orden de los capítulos, añadí personajes desquiciados y todo fue tan sencillo que todavía me sorprendo.

¿Qué tiene Perrolobo de ti?
No soy de añadir nada autobiográfico en mis novelas, pero en esta ocasión hice una excepción. Hay una escena en  la que el Perrolobo visita una cantera y un chucho le muerde en el culo. Eso me pasó a mí tal cual cuando estaba buscando localizaciones.

Podría decirse que los personajes de tu novela corresponden a ciertos estereotipos dentro de “lo peor de cada casa”. ¿Tienes miedo de que los lectores te achaquen poca originalidad por ello?
Dudo mucho que nadie me acuse de falta de originalidad. Hoy día, donde todo está inventado, la magia del escritor consiste en transformar lo viejo en nuevo. Pienso en Jurassic World, que es exactamente la misma historia que la primera parte de Jurassic Park, pero es tan condenadamente divertida y le da tal vuelta de tuerca a los conceptos que todos conocemos que se hace muy entretenida. En Sangre fría uso ideas que ya están en desuso por su constante explotación, les meto un par de hostias, le lavo la cara y lo transformo en algo nuevo.

¿Y los escritores de género z? ¿Crees que se enfadarán por ciertas cosas que aparecen en el libro?
Espero que no se cabree nadie. En el libro hago homenajes a novelas de referencia. Con mucha mala hostia, eso sí, pero es que esa mala baba es parte de la magia de la novela.

¿Crees que si hubiera un apocalipsis zombi en España sobreviviría alguien?
Sobrevivimos a los franceses. Los zombis no me preocupan.

                                                                       ©Claudio Cerdán. 

¿Te gustaría que Sangre fría se llevar al cine?
Si algún productor está lo suficientemente pasado de alcohol y cocaína, claro, todo es posible.
¿Habrá una segunda parte para esta historia?
No hay nada previsto, pero tal vez, si un día me animo, cuente la misma historia del Perrolobo sin apocalipsis zombi.

¿Qué esperas que encuentren los lectores en Sangre fría?
Quiero que cojan el libro pensando “otra de zombis, que coñazo” y lo cierren al grito de “vaya viaje me acaba de meter el autor, es lo mejor que he leído en mucho tiempo”. Puede que suene pretencioso, pero está ocurriendo.

¿Qué nuevos proyectos literarios tienes en mente?
Tengo un libro que iba a ser una crítica a la burbuja inmobiliaria y al final se ha convertido en mi novela policiaca más ambiciosa.

¿Te gustaría añadir algo antes de finalizar esta entrevista?
Larga vida a la literatura de género, sea policial, histórica, de terror, etc…


Muchas gracias, Claudio, por tu tiempo, tus palabras y tus fotos personales. ¡Y larga vida a los géneros literarios! 

Reseña de SANGRE FRÍA, de Claudio Cerdán.

Título: Sangre fría
Autor: Claudio Cerdán
Edita: Dolmen Editorial
Páginas: 345
Precio: 17,95 €

Zombis. Muertos vivientes que te persiguen para comerte vivo o, al menos, infectarte. En los últimos años se ha escrito de todo de ellos. Tanto, que a veces parece que ha quedado todo dicho, que no se puede dar una vuelta de tuerca al género para sorprender a los lectores más exigentes. Sí se puede, ¡claro que se puede! Y si no que se lo digan a Claudio Cerdán, el autor de Sangre fría, la genial novela de la que vengo a hablaros hoy.
Juande el Perrolobo sale de prisión mucho antes de lo previsto. De camino a casa, se topa con un antiguo jefe que le amenaza con hacerle daño a su hijo si no le paga una deuda que en realidad nunca ha tenido con él. Al Perrolobo no le quedará más remedio que volver a juntar a los miembros de su banda para cometer un último atraco. Todo parece ir bien, hasta que se desata el mismísimo apocalipsis zombi. A partir de entonces, Juande y sus muchachos no solo deberán correr por sus vidas, sino que también intentarán huir de Aberlardo y Miraño, dos tipos que se la tienen jurada al Perrolobo por ciertas rencillas del pasado.
A pesar de lo que muchos lectores puedan pensar, escribir una novela de zombis no es nada fácil. A menudo los fanáticos de los muertos vivientes nos dejamos llevar por ese fanatismo y acabamos escribiendo historias que se parecen demasiado a nuestros comics, series o pelis favoritas. Es como si los zombis no nos dejaran ver el apocalipsis.
En un mundo saturado por este tipo de historias tipo fanfic y de otras que aportan poco a los lectores más exigentes, se hace necesario recurrir a veces a escritores especializados en otros géneros, como la novela negra o el humor. Después de leer Sangre fría, he llegado a la conclusión de que si a demás odian a muerte el género zombi y tienen que estrujarse las neuronas para escribir algo con zombis pero que lleve su sello de identidad, mejor que mejor.
Claudio Cerdán no es un escritor de novela z, sino de novela negra. Un día le ofrecieron la posibilidad de escribir una novela de zombis y aceptó. A partir de ese momento, Cerdán tuvo que buscar la manera de combinar los elementos que domina a la perfección con algunos de la novela de zombis. El resultado es una novela negra gamberra de terror llena de acción y momentos sencillamente inolvidables. Para mí, la mejor novela de zombis escrita en España hasta la fecha.
Como decía antes, y perdón si me repito, todo comienza con la prematura salida del delincuente de origen gitano conocido como Juande el Perrolobo de la cárcel y su encuentro con su antiguo jefe, un tipo que domina el mercado de la coca en la ciudad. El jefe amenaza con hacer daño al hijo de Juande, David, si este no le paga una deuda ficticia, por lo que nuestro antihéroe deberá convencer a los chicos de su banda, Chus el Matraca, Pepe el Mosca, Macu la Chunga, Lolo el Cani y Diego el señorito, para cometer un último atraco.
Nuestro grupo, incluyendo al adolescente David, deberá buscar la manera de huir de los zombis que han tomado la ciudad, pero también de escapar de Abelardo y Miñarro, dos tipos que se la tienen jurada al Perrolobo.
Además de estos personajes, conoceremos a muchos otros en esta novela. El lector notará que la mayoría de ellos responden, a primera vista, a estereotipos. Lo que hacen a menudo, sin embargo, no deja de sorprender. Conforme van pasando las páginas, nos damos cuenta de que a pesar de las apariencias, todos estos seres tienen personalidades muy propias de cada uno de ellos. Imposible olvidarse de ellos mucho después de haber acabado la lectura.
Una de las cosas que más llaman la atención de este libro es el orden aleatorio (o no tanto) de los capítulos que lo componen. Considero este recurso literario todo un acierto a la hora de dar agilidad a la lectura, que de otra manera tal vez hubiera sido más predecible o puede que menos emocionante.
Otro de los grandes puntos a favor de este libro es la forma que tiene el narrador continuamente de tomarse el género z en sí con sentido del humor. Para ello, no solo llenará las calles de los más variopintos y tronchantes muertos vivientes (el zombi con aspecto de novelista de brocha gorda será por siempre jamás mi favorito), sino que meterá a los protagonistas en las situaciones más ridículas, gamberras y, por ende, divertidas. Muchas de estas situaciones tienen que ver con otras obras de zombis y novelas negras escritas en España. Creedme: la visión de Cerdán de estas historias no tiene desperdicio.
Podría pasarme todo el día hablándoos de Sangre fría, pero acabaría lanzando demasiados spoilers. Llegados a este punto, lo mejor que puedo hacer es dar por terminada esta reseña, no sin antes recordaros que Sangre fría es una novela de zombis original sin perder la esencia del género; una novela negra que tiene lugar en un contexto totalmente hostil; una aventura épica que solo podría tener lugar en los suburbios españoles y una obra de humor negro y gamberro que hará las delicias de todos los que creemos que ya hay demasiadas historias serias en el mercado. Sencillamente la novela de zombis que llevaba esperando muchos, muchos años. Así que si tú también eres un lector de novela de terror z o negra exigente o simplemente quieres leer algo bueno de verdad, ¡corre a tu librería a por un ejemplar de Sangre fría!
Cristina Monteoliva