Queridos seguidores de La Orilla de las Letras,
volvemos a la
carga con una nueva entrevista, esta vez con la que nos ha concedido el autor J.C. Hidalgo.
Tras aparecer varios
de sus cuentos en diversas revistas
literarias, J.C. Hidalgo ha
publicado sus propias antologías de relatos: Historias para leer en el W.C y La cofradía de los delincuentes pequeñitos y otras historias insulsas.
Dicho esto, vamos
con las palabras de nuestro autor:
¿Cuándo comenzaste a escribir?
Hace unos 13 años, más o menos.
¿Qué lecturas crees que te han
influenciado como escritor?
En cuanto a estilo, lo que más, Terry Pratchett, y creo que se
nota bastante, no me escondo. Ese mezclar humor y fantasía cambió mi vida allá
por los 90. Hoy en día es bastante común, pero entonces, creo que él fue quien
abrió brecha en ese concepto. Además, el humor inglés, con ese sarcasmo seco,
me encanta.
Por otro lado, otro escritor que me ha influido bastante ha sido
Palahniuk, por sus mundos sórdidos y el empleo de frases cortas pero
contundentes. Con este señor aprendí que no hace falta recurrir a grandes
frases floridas superadornadas y se puede conseguir un efecto más impactante
con cosas simples.
Bajo este mismo concepto, la música ha sido otra influencia en
el estilo. Me encantan los artistas que con poco consiguen mucho, como
Rammstein. No es fácil. Como decía René Lavand: “admiro la simplicidad externa
que cobija una gran complejidad interna”. A veces, lo complicado no es
necesariamente mejor.
En cuanto al mundo, es muy variado. Las influencias me han
venido de todas partes. Cualquier cosa que me ha hecho estallar la cabeza ha
puesto su granito de arena: cómics, como Superlópez o Sin City. Del primero me
encanta ese humor costumbrista de cosas diarias, gente de barrio como cualquier
otra. En el caso de Sin City me llamó mucho su ambientación oscura y el modo en
que, aunque cada historia es independiente, los personajes y lugares están
interconectados de alguna manera.
Pero humoristas como los Monty Python, Gila, o videojuegos,
juegos de rol, cine, series… Todo ha contribuido de una manera u otra.
© J. C. Hidalgo.
¿Qué estás leyendo ahora mismo?
¿Nos lo recomendarías?
Ahora mismo estoy con tres libros porque soy muy inquieto. Uno
es para un club de lectura, Soldados de
Salamina, que no recomiendo especialmente y he dejado al ralentí para hacer
una pausa. Otro es Cuando falla la gravedad, de estilo cyberpunk y me está gustando bastante. Por último, estoy
leyendo tranquilamente el Consider this
de Palahniuk, típico libro sobre trucos de escritura. Con este voy lento porque
tengo que meditar sobre lo que dice.
¿Dónde encuentras la inspiración?
En la vida diaria mayormente. Mis historias, aunque sean de
fantasía, no entran en la clásica fantasía épica. En realidad, uso ese entorno
para plasmar mis pensamientos y puntos de vista del mundo para hacer críticas o
soltar conceptos al mundo y cada uno que se los administre como quiera. Por
ejemplo, el relato El día que la tierra
permaneció cambiada surgió del pensamiento de que una religión que se basa
en adorar a tu dios por miedo a las represalias no es fe, es extorsión. Parte
de mi familia es bastante católica.
A veces me pasa que, estoy viendo una película o leyendo algo y
se me ocurre una variante. Hay un momento en el que digo “¿y si resulta que…?”
y empiezo a tirar del hilo. Por supuesto ya no me entero del resto de la
película porque estoy en mi mundo. Un ejemplo es el relato corto Asuntos de familia, que se me ocurrió
durante una escena de la película Rápida
y mortal.
En realidad, tengo mucha tendencia a divagar y soy muy disperso
(no sé si se nota), por lo que cuando una idea agarra en mi mente, tiende a
crecer a niveles absurdos.
¿Por qué escribir relato?
Soy muy inquieto. Aunque estoy con una novela, escribir relatos
me permite cambiar de protagonistas, entorno, concepto, ciudad, ambiente,
género, tono… Con la novela debo ser constante con todo eso demasiado tiempo
para mi forma de ser, por eso, mientras estaba con la novela, intercalaba
relatos que se me iban ocurriendo.
Por otro lado, en una novela todo lo que muestres debe estar
relacionado con la historia. Con los relatos, puedo mostrar diferentes cosas
cada vez, no ya en el espacio sino también en el tiempo. Algunas historias del
libro La cofradía de los delincuentes pequeñitos
ocurren varios años antes con respecto a la línea temporal del resto.
Además, una cosa que me ha marcado más de lo que creía, han sido
las series de los ´90, tipo El equipo A,
El coche fantástico, El gran héroe americano. Tienen un
concepto genérico, pero cada capítulo es independiente. De alguna manera mi
cuerpo me pide seguir esa línea.
¿Escribirías una novela de moda
por dinero?
Siendo honesto, sí. Tengo que trabajar para pagar facturas de
todas formas, así que, para estar gastando mi tiempo haciendo el tonto en algo
que no me aporta nada, preferiría hacerlo escribiendo. Además, seguro que
aprendería muchas cosas. No hay que tener miedo de explorar áreas radicalmente
diferentes porque uno no sabe a dónde te pueden llevar.
Historias para leer en el WC es tu primer libro publicado.
¿Qué vamos a encontrar en esta obra?
Una serie de relatos cortos, los primeros que escribí, de
diferente estilo y género. Son un poco caóticos si buscas una heterogeneidad,
pero conozco gente a la que le gustó precisamente esa variedad. Unos son de
humor (creo que la mitad) y el resto de terror o cosas varias. Incluso un par
románticas/ eroticofestivas.
El concepto es una serie de cuentos cortos para leer en ratos
sueltos. Es decir, en el W.C. o esperando el bus. Soy de esa generación que al
baño se llevaban un tebeo de Mortadelo o Superlópez.
Tu segundo libro publicado es La cofradía de los delincuentes pequeñitos y
otras historias insulsas. ¿Por qué son insulsas esas historias?
(Me rio con la pregunta) Eso es un chiste interno mío.
Hace años (muchos), en una librería vi un libro que se titulaba Historias insulsas, y pensé “bueno, por
lo menos es honesto y deja claro que ha escrito historias cutres”, pero no le
presté más atención.
Por algún motivo el título se me quedó grabado en la cabeza y no
me lo podía sacar. Así que fui a buscarlo, pero no lo encontré. Durante
bastante tiempo seguí a la caza y captura sin éxito.
Hasta que un día, por casualidad me lo encontré. En realidad, se
llamaba Historias inconclusas, de
Tolkien. Lo había leído mal.
Aun así, el daño ya estaba hecho. Desde entonces, cuando
escribía un relato corto, internamente lo llamaba “historia insulsa” porque no
tenía nada que ver con la novela en la que estaba trabajando y me salía por la
tangente en lugar de seguir con lo que debía seguir.
Al final, para mí, se han quedado con ese nombre.
¿Qué te animó a publicar en Amazon
este libro?
Pregunta sencilla con respuesta que probablemente no guste a
ciertas personas.
Por desgracia las editoriales no están muy por la labor de
publicar antologías de fantasía de escritores noveles. Novelas, puede, pero
antologías no y lo dejan claro en su página web. En las pocas que dicen
aceptar, cuando he intentado contactar, no han respondido, tanto por email como
por Twitter. Así que decidí seguir con lo mío y tirar de Amazon.
No digo que no haya alguna que lo hubiera publicado, pero no la
encontré.
© J. C. Hidalgo.
¿Y qué vamos a encontrar en él?
Son historias en un mundo de fantasía. Otra vez, los géneros son
variados, pero esta vez hay una mayor homogeneidad entre ellos. En general es
un estilo entre western, hard-boil y cyberpunk camuflado en fantasía, sazonado
con humor negro (y británico, que estar catorce años en UK dejan marca).
Personajes ni buenos ni malos sino gente que hace lo que debe
hacer para sobrevivir o siguen sus propios códigos de conducta bastante
cuestionables.
No hay épica en absoluto, sino gente de la calle, ladrones,
criminales y gente de mal vivir. Magos criminales que usan sus hechizos para lo
que surja, profetas que se inventan religiones a la marcha, bandas callejeras,
la guardia de la ciudad pactando con grupos organizados clandestinos, aventuras
en los almacenes decadentes de un centro comercial, gallinas ninjas mutantes.
Casi todas las historias están inspiradas en hechos reales.
No pretendo cambiar la vida a nadie, ni decir que esto va a
marcar un antes y un después. Solo quiero que el lector/a pase un rato
entretenido, se olviden de sus problemas, sonrían si lo necesitan o, si ya
estaban contentos, disfruten aún más.
La música, cine, cómics, juegos, libros me han dado esos
momentos. La música ha sido un refugio para mí cientos de veces. Los juegos de
rol me han inspirado miles de ideas. Quiero dar al mundo lo que él me ha dado a
mí: un rato de evasión y entretenimiento. Simple y llanamente.
De todos tus relatos, ¿de cuál te
sientes más orgulloso?
Por ceñirme al libro de “los delincuentes pequeñitos”, creo que
el de Vamos a la guerra. Digo mucho
en un relato tan corto y me parece muy divertido.
¿Qué nuevos proyectos literarios
tienes en marcha?
Seguir con la novela. Ocurre en la misma ciudad que la mayoría
de los relatos del libro y salen varios de los personajes. Hornol es uno de los
principales, aunque no el protagonista.
Y como soy como soy, ya tengo apartadas varias historias cortas
nuevas para otra antología.
¿Te gustaría añadir algo antes de
terminar esta entrevista?
Creo que ya he hablado bastante; tiendo mucho a enrollarme.
Solo que si alguien quiere leer algo mío para ver por donde
tiro, puede visitar mi blog www.dibujandoconpalabras.com
Muchas gracias por tu tiempo y esta oportunidad.
Muchas gracias a ti, J. por tu tiempo, tus palabras y tus
fotos personales. Suerte con tu carrera literaria, llena de historias nada insulsas.
Y a vosotros, amigos lectores, gracias por estar un día
más al otro lado de la pantalla. Ahora, ¡a leer!
Cristina Monteoliva