Si bien se han escrito
muchas obras sobre el periodo anterior a la Segunda Guerra Mundial en Austria y
Alemania y, más tarde, la propia guerra, no creo que haya tantas que fueran
concebidas justo tras finalizar la contienda. Existe una de ellas que, escrita
entre 1946 y 1948, y a pesar de su importancia, no vio la luz hasta más de
setenta años después. Me refiero a Infierno,
la interesante novela de Mela Hartwig de la que hablaremos en este artículo.
Ursula
es una joven estudiante de arte vienesa que sueña con el mundo de la pintura
mientras su hermano, en el partido nazi, se vuelve cada vez más fanático. A
pesar de saber lo que los nazis le hacen a los judíos, no es hasta que conoce a
su gran amor cuando Ursula abre los ojos. Austria está a punto de ser
anexionada al territorio del Reich y Ursula ha de decidir entre convertirse en
otra fanática del nazismo o en tomar parte de la resistencia. Por supuesto, se
decidirá por lo segundo, lo que, sin duda, será un gran paso para ella.
El
comienzo de la acción nos traslada a la Viena de antes de la Segunda Guerra
Mundial, un lugar lleno de arte y cultura, pero también de fanatismo. En este
contexto conoceremos a una muchacha que solo piensa en la pintura hasta que el
amor se cruza en su camino. Será precisamente su enamorado el que haga que abra
los ojos a la barbarie que se despliega ante sus ojos y quien la convenza de
que tome partido.
El
horror está por todas partes, comenzando por su propia casa, aunque la joven
Ursula, de apenas dieciocho años, tarde tanto en comprenderlo. Su hermano,
soldado nazi, nos lo demostrará continuamente, con sus actos y la presión
psicológica que ejerce sobre toda su familia. Fuera ocurrirán otros hechos,
sucesos pesadillescos. Pero, como digo, no será hasta que Ursula se enamore que
descubra por sí misma la verdad.
Infierno
es una novela que hace honor a su nombre por la atmósfera opresiva que nos
presenta y el terror tanto real como figurado que perciben sus personajes: horrores
que presenciaremos nosotros también como lectores pues la ambientación
pesadillesca así nos lo harán sentir.
Infierno,
en definitiva, es una obra tan luminosa como oscura que hace que nos adentremos
en lo que vivieron las personas corrientes de Viena antes, durante y después de
la gran contienda, de tal forma que el lector se sienta parte de la trama, un
personaje más, que, como su protagonista, Ursula, ha de decidir qué está bien,
qué le conviene, con qué pecados podrá vivir y con cuáles no. Y tú, ¿te atreves
a adentrarte en esta parcela del infierno?
Cristina Monteoliva