Queridos
amigos de La
Orilla de las Letras,
tras
un tiempo sin publicar entrevistas en La Orilla de las Letras, volvemos por fin a
esta sección con la que nos ha concedido la autora Esther Bengoechea para hablar, entre otras cosas, de su novela, La lluvia de Camille.
Esther Bengoechea
Gutiérrez
nació en Palencia en 1980, es licenciada
en Filología Inglesa y en Teoría de la Literatura y Literatura Comparada por la
Universidad de Valladolid, tiene un doctorado en Tradición e Innovación en la
Literatura Española del siglo XX y un Máster en Periodismo en la Universidad de
Barcelona con la Columbia Journalism School de New York. Su carrera laboral
como periodista comenzó en la sección de Deportes de La Vanguardia. Desde 2008
trabaja en el periódico El Norte de Castilla.
Esther,
que ganó el Premio de Periodismo «Mariano del Mazo», con un reportaje
sobre el aniversario del accidente en el que fallecieron tres montañeros en el
Curavacas, se define a sí misma como la eterna estudiante de Historia del Arte
de la UNED. Sin duda, serían sus inquietudes por el mundo del arte la que la
llevarían a escribir La lluvia de
Camille, la novela ganadora del Premio
Rrose Sélavy de Novela histórica 2019, Ápeiron Ediciones.
Una
vez dicho esto, ¿por qué no pasamos a conocer un poco mejor a Esther? ¡A leer,
amigos!:
¿Qué
tipo de libros sueles leer?
¡Todos los que puedo! Estoy
en una época de mi vida en la que sacar tiempo para la lectura es un logro
entre el periódico y los niños, pero siempre he leído mucho, me gusta y me
relaja. Leo de todo, todo lo que me llame o lo que me recomienden. Tiro más por
novela, pero también leo teatro y poesía.
¿Qué
ha de tener para ti un buen libro?
Tiene que hacerme pensar en
el argumento aunque no quiera. Cuando me voy a la cama, trabajando, en
cualquier momento. Me tiene que llenar y que gustar, y emocionar siempre.
¿Cuál
ha sido tu última lectura?
Mi última novela ha sido Me
llamo ABBA de Marc Ros, el cantante de Sidonie. Somos amigos hace años y nos
cambiamos los libros porque los publicamos casi a la vez. Me gustó, me hizo pensar
en él todo el día y darle vueltas a las decisiones de los protagonistas. A esto
me refiero con lo que tiene que tener un buen libro. Para mí tiene que
trastocarme, que hacerme pensar y sentir. Sabía que me iba a gustar mucho, pero
superó mis expectativas. Ahora tengo una lista que no para de crecer de libros
que quiero leer...
©
Marta Moras.
¿Cuándo
comenzaste a escribir?
No recuerdo el momento exacto
pero desde pequeña... Algún cuento por Navidad, poemas y el primer relato del
que me acuerdo con claridad iba sobre la escultura de la Victoria de
Samotracia, que es una de mis favoritas. Todas las veces que he estado en el
Louvre, he pasado horas subiendo y bajando las escaleras de alrededor de esta
obra para conocer todos sus ángulos y sombras y todo.
¿Dónde
sueles encontrar la inspiración?
Tengo que buscar una historia
que me conmueva, que me guste y que quiera contar. Creo que sobre todo esto
último, algo que me llene y que quiera compartir desde mi punto de vista, con
mi lenguaje y mis detalles.
¿Ha
cambiado la covid19 tus rutinas como escritora?
La pandemia ha acabado con
cualquier rutina que tuviera como escritora, al
estar en casa con los tres niños y teletrabajando a la vez. Tengo muchas
ganas de volver a encontrar mis ratos para dedicarlos a escribir.
¿Por
qué escribir novela histórica?
Era la primera novela que
escribía y tardè en encontrar el tema. De repente volví a leer algo sobre
Camille Claudel y supe que quería escribir sobre ella. No me planteé que fuera
una novela histórica, solo quería plasmar la vida de esta genial escultora.
¿Qué
ha supuesto para ti ganar el Premio Rrose
Sélany de Novela Histórica 2019 con La
lluvia de Camille?
Ha supuesto creer un poco en
mí misma como escritora. Y digo un poco porque realmente ha sido así. Era la
primera vez que me enfrentaba a un texto tan largo y no supe hasta que puse el
último punto y final, que sería capaz de terminarlo. Decidí probar en algunos
concursos, para medir si valía para algo la novela o era mejor olvidarla. Y me
llevé una sorpresa inmensa cuando me llamaron de la Editorial Ápeiron.
©
Marta Moras.
Por
cierto, ¿cómo se te ocurrió escribir La
lluvia de Camille y cuánto tiempo has tardado en escribir esta obra?
Conocía la historia de
Camille Claudel desde hace muchos años, cuando visité por primera vez el museo
de Rodin en París. Y sabía pinceladas de su vida, pero nada más. Hace un par de
años comencé a leer biografías sobre Camille, su correspondencia, ver sus
películas, investigar sus datos y cuanto más sabía de ella, más me intrigaba su
vida. Así que comencé a escribir relatos cortos sobre ella, y me di cuenta de
que tenía mucho más que contar. Así me lancé a escribir 'La lluvia de Camille'.
No tardé mucho, seis meses o así, aproveché una excedencia maternal para
ponerme a ello.
¿Por
qué escribir precisamente sobre Camille Claudel y no sobre otra mujer artista?
Creo que empaticé mucho con
ella, con su vida, con su trágica vida y buscaba contar lo que yo creía que
ella había sentido y sufrido.
¿Qué
esperas que encuentren los lectores en La
lluvia de Camile?
Espero que encuentren lo que
ella sintió a lo largo de su vida. La tristeza infinita de que su madre no la
quiera, la lucha y la entrega que tuvo con la escultura toda su vida y cómo no
tiró la toalla y lo siguió intentando hasta el final. Y el dolor porque la
abandonaron y porque todos, salvo su padre, le fallaron.
¿Qué
nuevos proyectos literarios tienes en marcha?
En marcha, ninguno. En mi
cabeza y con unas ganas locas de ponerme con él, una biografía novelada sobre
la escritora estadounidense Kate Chopin. Estoy investigando sobre su vida y
cuanto más sé, más quiero escribir.
¿Te
gustaría añadir algo antes de terminar esta entrevista?
Solo agradecerte inmensamente
que hayas leído mi novela y que hayas querido entrevistarme.
Muchas
gracias a ti, Esther, por tu tiempo,
tus palabras y tus fotos personales. Esperamos que La lluvia de Camille llegue a muchos lectores y que pronto nos
sorprendas con una nueva obra literaria.
Y
a vosotros, como siempre, amigos lectores del otro lado de la pantalla, muchas
gracias por estar ahí.
Cristina Monteoliva