Título: Cinco cuentos chinos
Autor: Jesús A. García Sevilla
Editorial: M.A.R. Editor
Páginas: 236
Precio: 15 €
La
relación entre novela, escritor, realidad y ficción siempre ha sido un tema
fascinante, en tanto que ahí está el meollo mismo de lo que es narrativa y el
asunto fundamental si queremos analizar la necesidad que tiene el ser humano de
contar historias. ¿Es la historia un medio para el autor? ¿Es el autor un simple
medio para la historia? Tal vez un autor es alguien que sabe ver dónde hay una
narración interesante digna de ser contada o quizá un buen autor es el que sabe
fascinarnos contándonos casi cualquier cosa. ¿Qué buscamos en las historias que
contamos? ¿Entretener? Pero el autor necesita, al fin y al cabo, una historia
que pueda hacer suya. Por mucho que busque entretener, ¿no refleja la decisión
sobre qué y cómo narrar sus pensamientos sobre la realidad?
En
ese mundo de autores y su búsqueda de historias es donde ha encontrado su
profesión Simón Alcántara, uno de los protagonistas e hilo conductor de la
novela Cinco cuentos chinos de Jesus
A. García Sevilla que hoy os traemos a La
Orilla de las Letras. Simón vende ideas a escritores, por lo general,
noveles: investiga una historia, se documenta, escribe una buena sinopsis y se
la presenta al autor de turno, a quien trata de convencer de que es la mejor
para él. Eso hace con Alex Colomer, un novelista de La Palma empeñado en escribir
temas locales pero a quien Simón le presenta una tan real como truculenta
historia sobre una empresa en Japón que en los años 50 del siglo pasado que,
por razones nada claras, sacó una partida de leche infantil envenenada con
arsénico, lo que produjo varias muertes además de malformaciones y enfermedades
crónicas en miles de niños.
En
los diálogos, en los que Simón y Alex tratan de convencerse mutuamente de sus
puntos de vista hasta llegar al cansancio, podemos ver la inseguridad del autor
que tiene que decidir si una historia es o no es para él, o en qué parte de la
historia o en qué personajes quiere centrarse. A Simón no le gusta la historia
de la leche envenenada japonesa repitiendo con insistencia que él quiere temas
locales de La Palma para su primera novela. Alex insiste con vehemencia y sigue
documentándose. Para Simón, ¿cuál debería ser el tema? ¿Quién el protagonista? ¿Tachiro Morinaga, el empresario japonés que
fundó una pequeña empresa de caramelos y que acabó con una gran empresa, vendiendo
leche y camino de santidad? ¿Deberían ser protagonistas los directos
responsables del envenenamiento de la leche?
Tal vez Yoyo, que en realidad fue un cabeza de turco que acabó con toda
la responsabilidad sobre sus hombros. ¿O tal vez las víctimas del
envenenamiento? Todos esos niños que tuvieron que sufrir las consecuencias el
resto de su vida. En especial se fija en un superviviente: Akira Tanaka. Después
de sufrir el envenenamiento cuando pequeño acabó emigrando a Estados Unidos y trabajando
como cuidador de animales que la universidad utiliza para el estudio. Akira
destaca por su relación con Leo, un chimpancé de gran inteligencia con el que
tiene una profunda amistad y con lo que, de paso, podría hablar sobre los
derechos de los animales en centros de laboratorio.
Alex
también ofrece historias a la prima de Simón, Lilit, que también quiere ser
escritora. Al igual que un autor puede sentir esa inseguridad al no saber cómo
enfocar su historia, otro autor puede verla de una forma totalmente distinta. Lilit
busca una historia truculenta. En algunos momentos puede sentir la tentación de
abordar la historia de Yoyo, el japonés acusado de haber envenenado la leche y
que huyó durante años. Una historia truculenta, como a ella le gustan. O tal
vez le podría interesar la condena a guillotina de unas monjas en plena
revolución francesa por no renunciar a sus hábitos. Por mucho que Alex esté
buscando una truculenta historia para Lilit, más truculenta será la que vivan
ellos dos en la realidad a base de gin tonics
con cocaína y mucho sexo.
Como
podéis comprobar, Jesús A. García Sevilla nos invita en Cinco cuentos chinos a ir atravesando distintas puertas de ficción
y a reflexionar sobre esa relación tan
llena de matices que existe entre la realidad y la visión literaria del autor,
y en que por mucho que lo intente en el desarrollo de su novela intervienen sus
inseguridades, sus creencias y prejucios, el propio ego... Todo influye en la
novela que quiere escribir y en lo que al final acabará siendo. Como algo que
al principio podría ser una historia puede acabar siendo otra distinta por el
enfoque que se le da y cómo puedes seguir los distintos hilos de la realidad sin
saber dónde vas a acabar. Una novela interesante para pensar sobre los
entresijos de la creación literaria y esa relación entre realidad y ficción
que, en especial para los escritores, están separadas por una línea muy
delgada.
Sergio M. Planas
© Sergio M. Planas.