Título: Cómo comportarse en la
multitud
Autora: Camille Bordas
Traducción: Carlos Jiménez Arribas
Publica: Malpaso
Páginas: 288
Precio: 22 € / 7,99 € (ebook)
Imaginad una familia donde todos los
chicas y chicos sean tan inteligentes, que incluso se salten cursos. Los
mayores estarían realizando doctorados y los más jóvenes, pensando en qué
estudiar en la universidad. Pero, ¿qué pasaría si uno de ellos no obtuviera tan
buenos resultados en el mundo académico? ¿Se sentiría este miembro de la
familia en desventaja? ¿Cómo vería a sus hermanos? La respuesta a esta y otras
muchas preguntas las encontraréis en la brillantísima novela Cómo comportarse en la multitud, de
Camille Bordas, precisamente el libro que os vengo hoy a comentar.
Isidore Mazal, al que
todos llaman Dory aunque preferiría que le llamara Izzie, es un joven que se
enfrenta a su recién estrenada adolescencia de una forma muy particular. Sus
hermanos son todos unos genios que se saltan cursos y se encierran en sus
dormitorios para elaborar sesudas tesis doctorales, mientras que él obtiene
buenas notas en el colegio, pero nunca le han hecho adelantarse un curso. La
comunicación en su familia y el cariño entre los miembros no son algo que
abunde, por lo que Dory intenta fugarse una y otra vez, en un intento por
llamar la atención de todos. La muerte del cabeza de familia no le hará cejar
en su empeño, pero sí fijarse más en sus hermanos, su madre y las personas que
le rodean en su localidad y el colegio. ¿Se irá de casa el chico para no volver
o decidirá finalmente quedarse con su extravagante familia?
En narrador y protagonista
de esta historia es Dory o Izzie, como él quisiera que le llamaran, un niño que
despierta a la adolescencia en una casa en la que todos parecen más compañeros
de piso que hermanos. Así, mientras que la mayor, Berenice, está acabando su
doctorado en París, Aurore permanece en su cuarto escribiendo y los chicos,
Leonard y Jeremie, que comparten dormitorio, siguen también con sus cosas
relacionadas con sus importantes estudios. Dory comparte habitación con su
hermana Simone, no menos absorta en sus estudios y en sí misma. Solo parece hacerle
caso cuando quiere que le grabe y tome notas para la biografía que pretende que
su hermano escriba de ella en el futuro. ¿Se interesa alguno mínimamente por
Dory? En absoluto. Tampoco ellos lo hacen por sus padres, lo que lleva a pensar
a la señora Mazal que solo el pequeño de la familia cuidará de ella cuando sea
mayor.
Todo empieza como un
diario o una crónica escrita por Isidore Mazal, que pretende abarcar al menos
un par de años de la vida del chico. Día tras día, el joven Dory nos va
contando lo que ocurre en casa y en el colegio, sin obviar ni una sola de las
divertidas, a la par que extrañas y originales, anécdotas que le ocurren. Pronto
el lector se irá dando cuenta de que el amable, honesto e inocente Dory está
muy solo. No tiene amigos, y sus hermanos van todos a lo suyo. No es de
extrañar que el chico solo piense en fugarse. Pero, ¿será esa la mejor forma de
llamar la atención de su familia?
El punto de inflexión
en la narración llega con la muerte del padre, casi siempre ausente. A partir
de entonces, Dory intentará acercarse a sus hermanos, a la gente de su
localidad, incluso a Denise, esa chica con depresión que intenta suicidarse una
y otra vez.
No puedo más que
expresar mi enorme admiración por Camille Bordas después de terminar de leer esta magnífica
novela. Su obra no solo resulta original y divertida, una comedia tremendamente
inteligente, sino que también consigue engañar al lector para conseguir un gran
fin. Porque este no es un diario cualquiera de un adolescente, lleno de
anécdotas ordenadas en el tiempo. No, claro que no. Esta novela es mucho más
que eso: una historia que entretiene a la vez que nos hace reflexionar sobre
temas como la familia, la amistad, la búsqueda de la propia identidad, la soledad en nuestros días y, sobre todo,
la importancia de la empatía y la inteligencia emocional en un mundo como el
nuestro en el que cada vez prima más el individualismo.
Confieso que lo pasé
mal cuando acabé de leer Cómo comportarse
ante la multitud. Las aventuras de Dory habían terminado. Ya no aprendería
más de su honestidad, su inocencia y esa forma tan pura de ver la vida. Ya no
reiría más con las cosas que le pasan o lloraría con los momentos tristes. En
fin, amigos, ¿qué más queréis que os diga sobre este libro que tanto me ha
marcado? Solo que lo leáis vosotros también porque sé que no os arrepentiréis.
Hacedlo, por favor, hacedlo.
Cristina Monteoliva