Está bien que algunos
libros se lleven al cine, en el sentido de que el estreno del film suele
acarrear nuevas ventas de una obra literaria que, muchas veces, llevaba tiempo
criando polvo en las estanterías de las librerías.
Ahora bien, la
mayoría de las adaptaciones cinematográficas no son fidedignas al libro del que
se supone que proceden, tanto, que acaban no pareciéndose en nada a dicha obra.
Guerra Mundial Z, la película protagonizada por Brad Pitt sería un ejemplo de
esto que digo. Y es que Guerra Mundial Z no es que varíe mucho del libro de Max
Brooks… ¡es que prácticamente solo se parece al libro en el título!
Si habéis leído la
novela, o al menos la reseña que he publicado hace un rato, sabréis que Guerra
Mundial Z es una novela CORAL, una historia NOVEDOSA Y ORIGINAL, una obra
escrita a modo de REPORTAJE-NOVELA, en el que aparecen muchos escenarios,
personajes y situaciones.
Pues bien, el film Guerra
Mundial Z es una película de acción cuya estructura no presenta ninguna
novedad, si la comparamos a otras películas de acción, en la que hay UN ÚNICO
PROTAGONISTA. Las situaciones narradas en la novela brillan por su
ausencia. Los zombis, se pasan de
rápidos. La sangre, típica del género, casi que hay que intuirla.
Entonces, ¿por qué ir
a verla? Bueno, ¿y por qué no? El que sea tan diferente del libro precisamente
es BUENO. Quiero decir que los fans de los libros solemos sufrir con todos esos
cambios que los directores de cine hacen con las tramas de nuestras historias
favoritas; pero Guerra Mundial Z es tan diferente… ¡qué es otra historia!
Entretenida y, en ciertos momentos, emotiva (destaca la relación de Gerry, Brad
Pitt con su familia. Muy auténtica). Además, ofrece una solución ingeniosa al
problema zombi, momentos tensos y un gran espectáculo visual. ¿Qué más se le
puede pedir a una película veraniega?
Aunque, en todo caso…
¡no dejes de leer el libro!