Queridos
amigos de La
Orilla de las Letras,
hoy
entrevistamos al autor del poemario, primera parte de una trilogía, G (ensoñaciones Ginsbergianas) (Olé
Libros, 2024). No es otro que Manu
Fandos. ¿Preparados para lo que tiene que contarnos? Ahí vamos:
¿Cuándo
comenzaste a escribir?
Empecé a escribir ya hace algunos años, hacia 1993, primero a raíz de un concurso de literatura que se hizo en el instituto donde estudiaba. Empecé escribiendo relatos cortos, hasta que en clase de Literatura leímos a Walt Whitman y mi cerebro dio un vuelco: Tenía ante mí un libro de poesía titulado Canto a mí mismo donde el autor rompía con la rima clásica y hablaba de la belleza del mundo y de los sentimientos, de sexualidad, y de temas que sentí propios con una naturalidad que me enamoró. Y además, ese título. Leer en plena adolescencia, cuando encima es una adolescencia marcada por la sensación de ser diferente, la obra de una persona que se celebra a sí mismo, que se enorgullece de quien es, con sus éxitos y sus fracasos, me llegó al alma.
©
Manu Fandos.
¿Y
cuándo descubriste que la escritura era algo más que un pasatiempo?
Creo que nunca fue un pasatiempo.
Desde el minuto uno escribir fue la forma de crear mi mundo y de permitir que
mi alma gritara; Era vivir experiencias que nunca había vivido, permitir sentir
en un espacio seguro, hasta que llegó un momento en que no bastó, en que me di
cuenta que me repetía y que mis textos lo que hacían era esconderme. Entonces
decidí dejar de escribir y, por fin, empezar a vivir y a llenarme de experiencias
reales. Estuve años alejado de la escritura, aunque nunca la abandoné del todo.
Hace un par de años una amiga que comentó que iba a publicar un libro, y eso me
removió por dentro. Recuperé mis escritos, algunos de los cuales no releía
desde hacía más de quince años, y me sorprendió leer cosas que me costaba creer
que fueran mías. Y entonces me decidí a sacarlos a la luz.
¿Qué
lecturas crees que te han influenciado como escritor?
Como he dicho, Walt Whitman fue un
detotante en mi vida. Y el autor que me mostró el camino fue Allen Ginsberg.
Mi amor
por la literatura ha tenido sus idas y venidas. Ha habido épocas en que leía
todo el día, y épocas en las que solo ver un libro me daba náuseas. Supongo que
siempre he sido de extremos. Además,
estudié en el instituto la rama de letras, y leer como 30 libros por obligación
en un año me saturó. En las épocas de lector he tenido la suerte que cayeran en
mis manos autores de los que espero haber aprendido algo, como Bécquer, Lorca,
Mercé Rodoreda, o Carmen Martín Gaite. Recuerdo que en COU leímos Retahílas, de Carmen Martín Gaite, y me
encantó su prosa, su forma de crear espacios pequeños de comunicación y de
introspección. Leerla era como hablar con la tía bohemia que viene de visita y
llena de regalos y aventuras a sus sobrinos. Me fascinó.
¿Qué
estás leyendo ahora mismo? ¿Nos lo recomendarías?
Pues en noviembre empecé una serie
de directos en Instagram que posteriormente cuelgo en mi podcast en Youtube. En
él hablo con personas que tiene cosas que decir, por eso lo titulé Con Voz
Propia, y he empezado entrevistando a autores que he ido conociendo este año
que he nacido como escritor. Y gran parte de mis lecturas son de estos autores
actuales a los que leo antes de entrevistar. El último libro que he leído ha
sido Cuentos de Esto y lo otro, de
Pol Varela, una colección de 6 cuentos de terror que recupera los grandes mitos
clásicos. Ha sido todo un descubrimiento. Y ahora estaba entre empezar a leer
los Cuentos completos de Carmen
Martín Gaite o esperar a que me lleguen los libros de los próximos autores a
entrevistar. La verdad es que he descubierto autores muy interesantes, como David
Pallás y sus dos novelas donde trata el tema del bullying, o Jaime Sempere Roy y su libro Ellos y el tiempo, donde nos vamos a una actualización de la
llamada novela gótica.
¿Por
qué escribir poesía?
Porque es el grito del alma. No,
en serio, no me veo con la paciencia suficiente para hacer novela, y en la
poesía descubrí que podía reflejar estados de ánimo, momentos, y que me ayudaba
a conectar más conmigo mismo.
Creo que
la gente tiene una idea muy equivocada de lo que es poesía: Lo asocian a la
lectura de mujeres romanticonas que leen versos pomposos mientras esperan la
llegada del hombre de su vida, y la poesía es mucho más. Es expresar
sentimientos, sí, pero es que somos seremos humanos. Vivimos sintiendo, y
muchas veces sin entender qué diablos estamos sintiendo. Y la poesía también
permite hablar de injusticias, ser un altavoz de las personas desfavorecidas,
permite poner palabras a todo lo que nos mueve por dentro. Puede ser cercana
porque habla de cómo somos y qué sentimos y vivimos las personas, y nos ayuda a
darnos cuenta que no estamos solos o solas.
Una cosa
que me ha sorprendido de mi libro es que, siendo de temática, Lgtbiq+, ha
habido muchas mujeres heterosexuales que se han sentido totalmente
identificadas con lo que leían. Eso para mí es la magia de la poesía: que cada
persona la puede llevar a su terreno y escuchar algo que le resuena por dentro.
¿Qué
tiene que tener para ti un buen poema?
Ha de llegar al alma. No hay más.
Me da igual la rima perfecta, el uso de estructuras marcadas… Te ha de remover,
que cuando la leas no te quedes igual.
¿Cómo
ves el panorama literario actual?
Sobresaturado. Ediciones
tradicionales, coediciones, autopublicaciones… Hoy en día cualquiera que tenga
el presupuesto suficiente, que no es excesivo, puede publicar. Y eso es un arma
de doble filo: Por un lado hay muchos autores y autoras de calidad que, si no
fuera así, no publicarían, pero también hay muchas malas historias que están
viendo la luz. Además, no se cuidan las publicaciones. Salen libros con faltas
de ortografía, sin ningún mimo hacia el autor o la obra…
Por otro
lado, las grandes editoriales no buscan calidad, si no ventas. Se fijan más en
que salgas por la televisión o tengas miles de seguidores en redes sociales que
en que escribas bien. Y conozco personas que tienen muchos seguidores porque
sales enseñando fotos semidesnudos. Que yo sepa, eso no implica calidad
literaria. Igual que no la implica presentar
un programa de televisión.
Para una
persona que empieza en el mundo de la publicación puede llegar a ser muy
frustrante: No conoces a nadie, y nadie te conoce. Confías en una editorial
para que te de visibilidad, y solo consigues la visibilidad que tú aprendas a
darte. Y luego hay “gurús” que te prometen los cuatro consejos para ser un best seller, y no son más que
vendehúmos. Es muy difícil encontrar vías que realmente funcionen. Por eso
grupos como el de Objetivo Libros va tan bien: no venden promesas, si no que te
dan ideas y te acompañan en el camino de una forma real. Su objetivo único no
es lucrarse, si no ofrecer un servicio.
Un autor
novel tiene que ser consciente que no es nadie, que tiene que aprender muchas
cosas de marketing, redes sociales,
etc. Que quizás no le interesan, y tiene que asumir que puede montar
presentaciones a las que no vaya nadie. Lo importante no es marcarte un
destino, si no disfrutar del camino, de todo lo que vas aprendiendo y de la
gente que vas conociendo. Es muy fácil de decir y muy difícil de aplicar, pero
te acabas dando cuenta que, si no te lo planteas así, no vale la pena.
¿Qué
ha supuesto para ti la publicación de tu poemario G (ensoñaciones Ginsbergianas)?
Pues entrar en una montaña rusa.
Tuve la suerte que una editorial pequeña como el Loto azul (de Olé libros) se interesó por mi libro, y al menos publicar
en sí no supuso ningún coste (publicar, porque lo que es marketing, etc. Es algo que tienes que hacer tú, y eso sí supone un
coste). Como muchas editoriales pequeñas, lo tienen difícil para posicionar sus
libros, y es el propio autor quien lleva el peso.
Yo vengo
del mundo de la orientación sociolaboral, con lo que mis contactos en el mundo
editorial era nulo. Pensaba que podría vender 300 ejemplares, y cuando ves lo
mucho que cuesta llegar a vender 50, te das un golpe de realidad.
Así,
pasas de la emoción inicial a la decepción por ver lo mucho que cuesta
conseguir algo, a alegría de una presentación, la decepción de otra, la alegría
de nuevo cuando te surge algo que no esperabas… Y así vas experimentando mil
emociones contradictorias, desde la felicidad más absoluta a preguntarte por
qué diablos se te ocurrió meterte en todo esto.
Ahora que
ha pasado casi un año, y viéndolo en perspectiva, estoy muy contento de cómo ha
ido: Me ha permitido conocer gente que de otra forma no hubiera conocido, vivir
experiencias como la lectura del manifiesto del día del Orgullo, e iniciar
nuevos proyectos como el podcast que te decía que, siendo un podcast
minoritario que va creciendo poquito a poco, me permite dar rienda suelta a una
faceta mía que antes no se me hubiera ocurrido; Me ha servido para confiar más
en mí mismo, darme cuenta de lo que soy capaz de hacer y ganar seguridad.
Seguramente, si hubiera publicado años atrás, me hubiera desmoronado, pero ha
llegado en un momento en el que lo he podido digerir y disfrutar.
¿De
dónde surge el título de tu poemario?
Si hay dos cosas que quizás
cambiaría de mi libro son el título y la portada. O sea, dos cosas básicas para
vender. (Sí, siempre me ha gustado llevar la contraria y complicarme la vida).
Aun así, ambas cosas tienen todo su sentido.
El título
original era G. Así, sin más. Y como
título me encanta, ya que lo encuentro muy sugerente. Además, la idea es que
sea la primera parte de una trilogía: G,
A, e Y. Cuando ves el conjunto cobra sentido. ¿No?
La idea es
reflejar las vivencias de una persona LGTBIQ+ entre momentos de su vida: G es la salida del armario, la autoaceptación
y el tomar las riendas, A sería el
momento de madurez, con objetivos cumplidos y sueños abandonados, e Y será la vejez. Como puedes imaginar,
ahora estoy preparando A.
A la hora
de publicar el libro, me imaginé a una persona yendo a una librería y preguntando:
“Buenas, ¿tienen G?”. Y ahí me dije:
Vale, hay que hacer algo con el título.
La G, además de Gay, es de
Ginsberg, por el cual empecé a escribir este libro. De ahí el subtítulo Ensoñaciones ginsbergianas, para
homenajear a quien fue mi principal inspiración. Claro, no caí que, en España,
Ginsberg es un autor muy minoritario, y que el título se convertía en un
auténtico trabalenguas. Quizás lo ideal hubiera sido: G (ensoñaciones adolescentes) o (sueños
en la puerta del armario), pero… ¿Para qué ponerlo fácil?
¿Qué
vamos a encontrar en G (ensoñaciones
Ginsbergianas)?
G es un viaje. Un recorrido personal desde el momento en que tomas una decisión (en este caso, la salida del armario) hasta que finalmente tomas las riendas y asumes el control de tu decisión. En este viaje se reflejan las ilusiones, deseos, primeras experiencias, primeros fracasos, la opinión de los demás o el darte cuenta que no estás solo. Por eso creo que es un libro que va más allá de la salida del armario en sí. Cualquier persona que haya vivido un cambio drástico en su vida lo puede entender. Vamos a encontrar soledad, dudas, pero también deseo, sexo, conciencia social, comunidad… y sobre todo, empoderamiento.
©
Manu Fandos.
¿Qué
acogida está teniendo el libro?
Creo que si digo discreta estoy siendo
generoso. Y ya sé que en venderme fatal, pero hay que ser realistas: Soy un
completo desconocido intentando flotar en un océano al que cada día llegan 200
libros nuevos.
Quien se
ha atrevido a leer el libro lo ha elogiado, o no ha dicho nada (aún queda gente
educada en este mundo).
Cuando lo
he presentado, o lo he recitado en algún festival, ha provocado emoción. He
tenido la suerte de recibir no solo aplausos, si no aullidos, lo cual me
emociona porque demuestra que, aunque poca gente se haya atrevido a acercarse,
quien lo ha hecho ha sentido una sacudida en su interior, que era mi principal
objetivo. Ha habido personas que me han dado las gracias, porque se han sentido
acompañadas o han sentido que no estaban solas, quien estaba a punto de tirar la
toalla y, al leerme o escucharme, ha recobrado fuerzas y ha vuelto a encontrar
un sentido. Como autor, más allá de vender mucho o poco, creo que esa es la
mayor recompensa.
¿Qué
nuevos proyectos literarios tienes en marcha?
Pues he decidido que voy a ir poco
a poco. Y aun así, me han salido oportunidades que no esperaba. (Como ves,
cuando menos lo esperas surgen cosas). Hace poco participé en un libro grupal
con los compañeros y compañeras de Objetivo Libros, un libro de microrrelatos
navideños titulado Una navidad con todo
el corazón, cuyos beneficios van al Gremi de Llibreters de Valencia.
De cara a
Sant Jordi, y espero no estarme yendo de la lengua, vamos a sacar otro libro de
cuentos cortos que tiene muy buena pinta. Va a ser la primera vez que publico
un cuento corto, y me ha hecho mucha ilusión. Creo que va a sorprender bastante
en general.
Y
preparando con calma A, que si puedo,
me apetece, y las musas me siguen acompañando, podría ver la luz en 2026 o
2027. Como digo, sin prisas.
También me
planteo participar en concursos literarios, a ver si gano un poco más de
visibilidad.
Y, de
forma indirecta, continuar con mi podcast de entrevistas, que me está haciendo
disfrutar muchísimo.
Esto…
Había dicho que quería ir poco a poco, ¿no?
¿Te
gustaría añadir algo antes de terminar esta entrevista?
Simplemente animar a la gente a
acercarse a los libros, a acercarse a la poesía, a escuchar otras realidades,
de las cuales también se aprende, y respetar, que es algo muy importante que a
veces se nos olvida.
Vivimos
personas con realidades diferentes, y todas son válidas. No permitamos que
nadie pisotee nuestros sueños.
Muchas
gracias, Manu, por tu tiempo, tus palabras y tus fotos personales. Te deseamos
una carrera literaria larga y próspera.
Y
a vosotros, amigos lectores, gracias por estar atentos un día más a nuestras
publicaciones. Ahora, ¡a leer!
Cristina Monteoliva