Título: La
novela del agua
Autora: Maja
Lunde
Traducción:
Kirsti Baggenthum Kristensen y Asunción Lorenzo Torres
Publica: AdN
Alianza de Novelas
Páginas: 328
Precio: 21 € / 10,49 € (ePub)
No sé vosotros, pero yo
tengo la sensación de que la pandemia mundial en la que nos hemos visto sumidos
en este año 2020 nos ha hecho olvidar los otros grandes problemas globales que
nos acechan. Problemas como el cambio climático y el abastecimiento de agua que
acarreará en buena parte del globo, tal vez en un futuro no tan lejano y de una
forma tan grave como nos muestra La
novela del agua, la interesante propuesta de Maja Lunde de la que
hablaremos a continuación.
2017.
Signe, una activista medioambiental noruega de setenta años, navega en su
barco, Azul, hacia su pueblo natal para, desde ahí, ir hacia el glacial del
pueblo cercano y comprobar con sus propios ojos que Magnus, el amor de su
juventud, está vendiendo el hielo a los millonarios de Arabia Saudí. El
descubrimiento hará que Signe decida encontrar a Magnus, aunque para
conseguirlo tenga que cruzar los más embravecidos mares: los reales y los de su
propia memoria.
2041.
David huye hacia el norte de Francia con su hija pequeña, Lou. La sequía y los
conflictos bélicos por el agua asolan el sur de Europa y la esperanza solo se
encuentra en el norte. David tiene, además, la esperanza de encontrar a su
mujer y su hijo pequeño en el campo de refugiados al que consiguen llegar. La
familia se separó por culpa de un incendio y aquel se suponía que era el punto
de encuentro. Mientras esperan en el campo de refugiados, David y Lou hacen
nuevos amigos y exploran los alrededores. Será en una de aquellas excursiones
cuando encuentren un barco en el jardín de una casa abandonada: el barco de su
salvación.
Esta
es la historia de la narradora y protagonista Signe, una activista
medioambiental que no le tiene miedo a nada, menos aún a enfrentarse al que
fuera el amor de su vida en el pasado, Magnus. Nuestra mujer creció en un lugar
idílico de Noruega, tal y como ella nos cuenta. Pronto, sin embargo, la
ambición de los lugareños, entre ellos, su propia madre, se hizo notar. Para
progresar había que embovedar el agua del río cercano, lo que alteraría el
ecosistema local. Signe se puso entonces de parte de su padre, el que le enseñó
a amar el entorno, lo que le traería grandes problemas. Muchos años después,
Signe querrá pedirle cuentas a Magnus por lo que está sucediendo en el glaciar.
¿Conseguirá Signe parar la barbarie ecológica? ¿Encontrará a Magnus?
También
esta es la historia de David, nuestro otro narrador y protagonista, un joven
francés con algunas cosas de las que arrepentirse en su pasado que recorre el
país, siempre hacia el norte, junto a su hija pequeña, Lou. David y Lou se han
separado del resto de la familia, Anna y el pequeño August, y esperan
encontrarse en el campo de refugiados en el que recalan, si es que eso es
posible. Allí veremos las penurias que han de pasar todos los que viven allí
por la escasez de comida pero, sobre todo, la de agua. Para distraerse, padre e
hija jugarán en el barco que encuentran en un jardín. ¿Qué secreto ocultará ese
barco? ¿Cómo ayudará a nuestra pequeña familia?
Signe
y David tienen mucho en común: los dos son supervivientes preocupados por los
cambios que afectan al planeta y, en último lugar, a los seres humanos; los dos
son grandes narradores que miran atrás para intentar entender el presente de
cada uno de ellos; y los dos verán cómo sus historias acaban confluyendo
gracias a ese barco y a lo que una vez Signe puso en él.
La novela del agua,
en definitiva, es una obra que nos habla de lo que estamos haciendo en el
presente con los recursos y la forma en la que estas acciones afectarán a los
habitantes del mundo del futuro. Una novela que intenta concienciar a los
lectores ya no solo de la importancia del agua para todos nosotros, un bien que
puede llegar a escaso incluso en Europa, si no tenemos cuidado, sino también, y
sobre todo, de que aún estamos a tiempo de cambiarlo todo, para bien. ¿Qué
pasaría si todos fuéramos un poco más como Signe y, tal vez, menos como David?
Averígualo ahora tras la lectura de esta apasionante historia de historias.
Cristina Monteoliva
©
Cristina Monteoliva.