Título: Tierra
salvaje
Autor: Robert
Olmstead
Traducción: José Luis
Piquero
Publica: Hermida
Editores
Páginas: 280
Precio: 19 €
El salvaje oeste es un
apasionante tema bien tratado tanto en literatura como en el cine. Un lugar concreto
encuadrado en una época llena de matices, de apasionantes historias que todavía
pueden llegar a tocar el corazón de los lectores ávidos de aventuras míticas.
Aventuras como las que nos presenta Tierra
salvaje, la novela de Robert Olmstead de la que hoy vamos a hablar.
Tras
saber de la muerte de su hermano mayor en un accidente y después de años
recorriendo el mundo trabajando para un jefe que trafica con animales exóticos,
Michael Coughlin pone rumbo a la granja de Meadowlark para presentar sus
respetos a Elisabeth, la cuñada que aún no conoce. Una vez en la finca,
Elisabeth le cuenta que ha sido a la muerte de su esposo cuando ha sabido que
este andaba cabizbajo en los últimamente precisamente porque todas sus
propiedades se encontraban comprometidas. Pero Elisabeth no es una llorosa
damisela desvalida a la espera de encontrar un nuevo marido. La que fuera mujer
de su hermano le cuenta a Michael que tiene un plan con el que enriquecerse:
organizar una caravana para ir al territorio indio entre Kansas y Texas y pasar
una larga temporada cazando bisontes. ¿Conseguirá la viuda llevar a cabo con
éxito tal hazaña?
Estamos
en el año 1873 en el salvaje oeste americano. La guerra civil ha quedado atrás,
pero aún lo suficientemente cerca como para que lo que durante aquellos años
pasó esté presente tanto para los antiguos esclavos, que todavía son considerados
ciudadanos de segunda, y los soldados que, tras acabar la contienda, tuvieron
que huir para no sufrir represalias, como el apuesto Michael Coughlin. En este
año, además, nos encontramos con que una terrible plaga de langostas ha
arrasado las cosechas, lo que hace que la situación para muchos sea cada vez
más complicada. En este contexto, no solo es lógico que a Elisabeth Coughlin se
le ocurra buscar fortuna cazando bisontes, sino que muchos se unan a su causa,
a pesar de ser una mujer que acaba de quedarse viuda.
Por
supuesto, en la trama destacan los papeles que han de jugar los valientes
Elisabeth, la viuda nada desvalida, y Michael, el hermano aventurero que viaja
con su yegua y sus perros; pero también otros, como el escribiente Penniman,
que se embarca en la aventura al no saber qué hacer con su vida y con la de su
nieto huérfano; el joven Charlie, un espabilado chico experto en abejas que
huye de los golpes de su padre; los cuatro hermanos John, unos chicos la mar de
curiosos; el reverendo doctor Purefoy, empeñado en casarse con Elisabeth; o el
Pastor Starling, un antiguo esclavo que viaja con su congregación en busca de
un futuro mejor para todos ellos. Hay muchos más personajes, pero, como se
suele decir: tendrás que leer este libro para conocerlos a todos ellos.
Esta
apasionante historia de aventuras ficticias del salvaje oeste americano se
encuadra en una época muy concreta para hablarnos de un asunto real: los
motivos económicos que llevaron a los colonos de aquellas tierras a adentrarse
en zonas aún más peligrosas para cazar a los apreciados bisontes. Por
desgracia, la ambición de aquellos aventureros fue desmedida, hasta el punto de
que llegaron a extinguir a la especie.
Tierra salvaje,
en definitiva, es una novela de aventuras no exenta de un halo romántico que
nos transporta a la américa más indómita de finales del siglo XIX, un mundo en
el que todo podía pasar y en la que el peligro acechaba tras cualquier árbol o
piedra del camino. Adéntrate ahora, pues, en sus páginas, y conoce todos esos
contratiempos insospechados, las dificultades del trayecto y, finalmente, qué
pasó con la gran caravana de Elisabeth. ¿Te atreverás con este desafío?
Cristina Monteoliva
©
Cristina Monteoliva.