Título: El fin de
la familia
Autor: Augusto
Rodríguez
Publica: Nana
Vizcacha Editorial
Páginas: 76
Precio: 16 €
La familia es, para
muchos, un ente cambiante que se traslada y transforma en el tiempo con la
continua desaparición de antiguos miembros y la aparición de nuevos. Para
otros, sin embargo, la familia acaba con la muerte de los miembros más
emblemáticos de la misma. Y no es extraño que esas personas que sienten que la
organización en la que estaban tan seguros ha terminado miren atrás con
nostalgia, a veces, escribiendo sobre aquello que fue y no volverá a ser. Este
sería el caso del narrador de El fin de
la familia, el libro de Augusto Rodríguez del que hoy hablaremos.
Un
hombre mira un viejo álbum de fotos. Las fotografías nunca le habían llamado la
atención antes. Sin embargo, las cosas han cambiado mucho en su vida en los
últimos tiempos. La niñez ha quedado atrás, también la adolescencia. Muchos
miembros de la familia partieron hace tiempo al más allá. Con nostalgia,
nuestro hombre estudia los detalles que le revelan las imágenes y decide
escribir sobre su familia.
El
narrador de esta historia, a veces más un observador que un protagonista, nació
en Ecuador, aunque viviría con su padre más tarde en Chile, cuando sus
progenitores se divorciaron. Ya desde niño, sabría que su familia no era ni
feliz ni ejemplar, y no solo a causa del divorcio de sus padres. Y es que en su
familia había un padre que había sido abandonado por su propio padre, una tía
que desequilibraba a todos los demás, formas dispares de demostrar los afectos
y toda una serie de conflictos que, tal vez sin él saberlo, marcarían su
personalidad.
El
libro no es una novela ni un diario, sino un texto híbrido entre ambos géneros
que tal vez beba de alguno más. Los capítulos nos hablan de la muerte del
abuelo, el hecho que marcaría a nuestro narrador hasta el punto de creer que ya
la familia había terminado y, más tarde, decidir escribir este libro; los
distintos familiares que componen esta familia; la infancia del narrador; los
amigos del narrador; y un largo etcétera de asuntos, a pesar de la brevedad del
volumen.
De
la lectura de El fin de la familia llego
a diversas conclusiones: que su autor es
una persona tremendamente sensible marcada por los acontecimientos familiares;
que la familia es la primera organización en la que nos encontramos al nacer y
puede que la más importante en la que lleguemos a estar nunca; y que las
historias familiares siempre nos pueden aportar algo a los lectores, sobre
todo, muchos momentos para la reflexión.
¿Obtendrás tú unas conclusiones diferentes? Es probable que sí. Así que, ¿a qué
esperas para leer El fin de la familia?
Cristina Monteoliva
©
Cristina Monteoliva.