jueves, 11 de octubre de 2018

Reseña: PACHINKO, de Min Jin Lee.


Título: Pachinko
Autora: Min Jin Lee
Traducción: Eva González Rosales
Publica: Quaterni
Páginas: 543
Precio: 24,95 €  / 13,99 € (ebook)

¿Qué sabes de la historia reciente de Corea? ¿Que antes de la Segunda Guerra Mundial estuvo ocupada por Japón? ¿Que, más adelante, el país acabó dividiéndose en dos naciones que se enfrentaron en una nueva guerra? ¿Sabes también que muchos coreanos tuvieron que emigrar a Japón antes de la Segunda Guerra Mundial? ¿Y que aunque sus hijos, nietos o bisnietos nacieran en suelo japonés no tienen la nacionalidad japonesa por las estrictas políticas niponas? ¿Quieres saber cómo fue la vida en Japón de los coreanos asentados allí a lo largo del siglo pasado? Pues entonces tienes, sin duda, que hacerte con un ejemplar de la fabulosa novela de Min Jin Lee titulada Pachinko, la misma que quedara finalista en los National Book Awarks y que pasamos a continuación a comentar.
Nuestra historia comienza en Yeong-do, una pequeña isla de pescadores cercana a Busan, en Corea. Hoonie, un hombre de veintiocho años, es el único hijo vivo de una familia dedicada a la hospedería. Su labio leporino y su pierna coja no le impiden llevar el negocio con eficiencia y alegría. En 1911, se casa con Yangjin, una chica pobre de quince años con la que conseguirá, después del fallecimiento de varios hijos, que le sobreviva una hija: Sunja. Cuando su padre muere, Sunja se hará cargo junto a dos criadas y su madre de la pensión familiar. Un día, de camino al mercado, la chica conoce a un hombre de negocios con el que pronto trabara amistad. Tras varios encuentros, Sunja y el empresario intiman. Como es de esperar, la joven queda embarazada. Al descubrir que el padre de su hijo está casado en Japón, lugar al que viaja a menudo, Sunja decide romper la relación. Un nuevo e inesperado giro del destino, sin embargo, hará que un futuro lleno de desgracia y deshonra se torne en algo bien distinto cuando Isak, un pastor protestante, enfermizo e idealista, y alojado en la pensión, se entere del estado de Sunja. Isak no solo entenderá lo que ha sucedido, sino que también decidirá casarse con ella y llevarla a Japón, lugar en el que tendrán familia y en el que sus descendientes vivirán tanto buenas como malas experiencias.
Cuenta Min Jin Lee en el apartado dedicado a los agradecimientos de este libro que la idea primera de escribir esta gran historia se le ocurrió en 1989, cuando en una reunión escuchó hablar a un misionero americano que vivía en Japón de los zainichi, término con el que se denomina a los extranjeros que viven en Japón y con el que se hace alusión, especialmente, a todos aquellos coreanos que tuvieron que emigrar a Japón en la época colonial así como a todos sus descendientes. El misionero habló también de un adolescente descendiente de coreanos que decidió suicidarse después de haber sido acosado por sus compañeros, japoneses de pleno derecho, en el instituto. Min Jin Lee escribió un relato sobre esta historia, lo que la hizo merecedora de un premio literario. Sin embargo, Min Jin Lee no podía dejar el asunto descansar. Quería saber más sobre los coreanos asentados en Japón, sus vidas, preocupaciones, sueños y problemas. Por eso se pasó los siguientes años investigando, entrevistando a distintas personas, recopilando todo tipo de datos, etc, hasta que por fin consiguió escribir Pachinko.
Pachinko es la historia de una saga familiar que comienza en 1911 con el entrañable Hoonie, un hombre siempre dispuesto al trabajo y a cuidar de su mujer y su adorada hija, y termina en 1989 con Solomon, el bisnieto de Hoonie y nieto de Sunja, el personaje más constante en esta novela coral que nos transporta desde la Corea colonizada por Japón al Japón imperialista para, más tarde, hacernos vivir la Segunda Guerra Mundial, la postguerra y, finalmente, unos años de bonanza con ciertas limitaciones para los coreanos asentados en tierras niponas.
Pachinko es también el nombre que se le da a Japón a cierto tipo de máquinas recreativas que se hicieron muy populares desde la postguerra en adelante, así como también a los salones recreativos donde estas máquinas suelen ser la mayor atracción. Estos salones de juego estarán muy presentes en la vida de esta saga familiar. Mirando más allá, nos daremos cuenta de que la autora ha elegido acertadamente este título para su libro pues las vidas de sus personajes dan vueltas y vueltas para perder una y otra vez en el juego de la vida, como en estas máquinas.
Más allá de una emotiva historia familiar, cargada de momentos difíciles, alegrías y demás, nos encontramos con la historia de los coreanos en Japón. Una historia llena de esperanza, pues al trasladarse a Japón mejoraron sus condiciones de vida; pero también de muchas dificultades, pues en su nueva ubicación nunca serán ciudadanos de pleno derecho y solo podrán ocupar ciertos peldaños de la sociedad. Se trata esta de una historia interesante que nos habla de la cultura coreana, de la japonesa y, al final, de lo que nos une como seres humanos: el querer tener un futuro mejor para nosotros y los nuestros.
Pachinko, en definitiva, es la emotiva historia de superación de una familia que siempre se sabrá extranjera en Japón así como la de todos los coreanos en el país que un día colonizó el suyo. Una magnífica novela sobre la búsqueda de identidad, el amor entre los distintos miembros de una familia, la supervivencia y la muerte difícilmente de olvidar mucho después de su lectura. Dicho esto, ¿a qué esperas para leerla?
Cristina Monteoliva


© Cristina Monteoliva.