Título: Pachinko
Autora: Min Jin Lee
Traducción: Eva González Rosales
Publica: Quaterni
Páginas: 543
Precio: 24,95 € /
13,99 € (ebook)
¿Qué sabes de la historia reciente de
Corea? ¿Que antes de la Segunda Guerra Mundial estuvo ocupada por Japón? ¿Que,
más adelante, el país acabó dividiéndose en dos naciones que se enfrentaron en
una nueva guerra? ¿Sabes también que muchos coreanos tuvieron que emigrar a
Japón antes de la Segunda Guerra Mundial? ¿Y que aunque sus hijos, nietos o
bisnietos nacieran en suelo japonés no tienen la nacionalidad japonesa por las
estrictas políticas niponas? ¿Quieres saber cómo fue la vida en Japón de los
coreanos asentados allí a lo largo del siglo pasado? Pues entonces tienes, sin
duda, que hacerte con un ejemplar de la fabulosa novela de Min Jin Lee titulada
Pachinko, la misma que quedara
finalista en los National Book Awarks y que pasamos a continuación a comentar.
Nuestra historia
comienza en Yeong-do, una pequeña isla de pescadores cercana a Busan, en Corea.
Hoonie, un hombre de veintiocho años, es el único hijo vivo de una familia
dedicada a la hospedería. Su labio leporino y su pierna coja no le impiden
llevar el negocio con eficiencia y alegría. En 1911, se casa con Yangjin, una
chica pobre de quince años con la que conseguirá, después del fallecimiento de
varios hijos, que le sobreviva una hija: Sunja. Cuando su padre muere, Sunja se
hará cargo junto a dos criadas y su madre de la pensión familiar. Un día, de
camino al mercado, la chica conoce a un hombre de negocios con el que pronto
trabara amistad. Tras varios encuentros, Sunja y el empresario intiman. Como es
de esperar, la joven queda embarazada. Al descubrir que el padre de su hijo
está casado en Japón, lugar al que viaja a menudo, Sunja decide romper la
relación. Un nuevo e inesperado giro del destino, sin embargo, hará que un
futuro lleno de desgracia y deshonra se torne en algo bien distinto cuando
Isak, un pastor protestante, enfermizo e idealista, y alojado en la pensión, se
entere del estado de Sunja. Isak no solo entenderá lo que ha sucedido, sino que
también decidirá casarse con ella y llevarla a Japón, lugar en el que tendrán
familia y en el que sus descendientes vivirán tanto buenas como malas
experiencias.
Cuenta Min Jin Lee en
el apartado dedicado a los agradecimientos de este libro que la idea primera de
escribir esta gran historia se le ocurrió en 1989, cuando en una reunión
escuchó hablar a un misionero americano que vivía en Japón de los zainichi, término con el que se denomina
a los extranjeros que viven en Japón y con el que se hace alusión, especialmente,
a todos aquellos coreanos que tuvieron que emigrar a Japón en la época colonial
así como a todos sus descendientes. El misionero habló también de un
adolescente descendiente de coreanos que decidió suicidarse después de haber
sido acosado por sus compañeros, japoneses de pleno derecho, en el instituto.
Min Jin Lee escribió un relato sobre esta historia, lo que la hizo merecedora
de un premio literario. Sin embargo, Min Jin Lee no podía dejar el asunto
descansar. Quería saber más sobre los coreanos asentados en Japón, sus vidas,
preocupaciones, sueños y problemas. Por eso se pasó los siguientes años
investigando, entrevistando a distintas personas, recopilando todo tipo de
datos, etc, hasta que por fin consiguió escribir Pachinko.
Pachinko
es la historia de una saga familiar que comienza en 1911 con el entrañable
Hoonie, un hombre siempre dispuesto al trabajo y a cuidar de su mujer y su
adorada hija, y termina en 1989 con Solomon, el bisnieto de Hoonie y nieto de
Sunja, el personaje más constante en esta novela coral que nos transporta desde
la Corea colonizada por Japón al Japón imperialista para, más tarde, hacernos
vivir la Segunda Guerra Mundial, la postguerra y, finalmente, unos años de
bonanza con ciertas limitaciones para los coreanos asentados en tierras
niponas.
Pachinko
es también el nombre que se le da a Japón a cierto tipo de máquinas recreativas
que se hicieron muy populares desde la postguerra en adelante, así como también
a los salones recreativos donde estas máquinas suelen ser la mayor atracción.
Estos salones de juego estarán muy presentes en la vida de esta saga familiar. Mirando
más allá, nos daremos cuenta de que la autora ha elegido acertadamente este
título para su libro pues las vidas de sus personajes dan vueltas y vueltas
para perder una y otra vez en el juego de la vida, como en estas máquinas.
Más allá de una emotiva
historia familiar, cargada de momentos difíciles, alegrías y demás, nos
encontramos con la historia de los coreanos en Japón. Una historia llena de
esperanza, pues al trasladarse a Japón mejoraron sus condiciones de vida; pero
también de muchas dificultades, pues en su nueva ubicación nunca serán
ciudadanos de pleno derecho y solo podrán ocupar ciertos peldaños de la
sociedad. Se trata esta de una historia interesante que nos habla de la cultura
coreana, de la japonesa y, al final, de lo que nos une como seres humanos: el
querer tener un futuro mejor para nosotros y los nuestros.
Pachinko,
en definitiva, es la emotiva historia de superación de una familia que siempre
se sabrá extranjera en Japón así como la de todos los coreanos en el país que
un día colonizó el suyo. Una magnífica novela sobre la búsqueda de identidad,
el amor entre los distintos miembros de una familia, la supervivencia y la
muerte difícilmente de olvidar mucho después de su lectura. Dicho esto, ¿a qué
esperas para leerla?
Cristina Monteoliva
©
Cristina Monteoliva.