Título: La sirena y la señora
Hancock
Autora: Imogen Hermes Gowar
Traducción: Carlos Jiménez Arribas
Publica: Editorial Siruela
Páginas: 460
Precio: 23,95 € / 11,99 € (ePub)
Una vez vi una sirena. Era un ser
tremendamente molesto a la vista que se encontraba expuesto en un museo de
curiosidades. Por supuesto, no era real, sino algún tipo de montaje. A día de
hoy no resulta especialmente convincente, pero, ¿y si lo hubieran visto los
habitantes de otro tiempo? Aunque, ¿por qué no creer que ellos sí pudieron ver
una sirena auténtica? Tal vez una como la de La sirena y la señora Hancock, la novela de Imogen Hermes Gowar de
la que hoy os vengo a hablar.
Jonah Hancock es un
armador viudo que vive en Deptford junto a su sobrina, Susanna y su criada,
Bridget. Su triste vida da un vuelco el día que por fin el capitán de uno de
sus barcos, desaparecido desde hace tiempo junto a su nave, aparece en el
puerto para contarle a su patrón que ha cambiado el barco por algo de valor
incalculable: una pequeña sirena disecada. Aunque Hancock recela en un
principio, pronto se convence de que lo mejor que puede hacer con la sirena es
exhibirla. La sirena se hace pronto tan famosa, que la dueña del más importante
prostíbulo de Londres se interesa en alquilarla por una semana. Será allí donde
Hancock conocerá a Angelica Neal, una muy cotizada cortesana de la que en
seguida quedará tan prendado como un marinero de una exótica sirena.
Jonah Hancock es un
armador hijo y nieto de armadores que vive en septiembre de 1785 en Deptford,
un distrito actual de Londres que en aquella época debía de ser un pueblo
cercano a la gran urbe. El señor Hancock es un viudo melancólico que añora
tanto a su mujer, fallecida en el parto de su malogrado hijo, como a aquel niño
que, de estar vivo, debería ser un adolescente. Bajo su techo tiene a su
sobrina Susanna, Sukie, una espabilada muchacha a la que su madre mandó para
servir a su tío y con la que el señor Hancock se encariñó en seguida. Sukie
será la hija que nunca tuvo y de esa manera la tratará hasta el final de la
historia que da comienzo cuando aparece en sus vidas la curiosa sirena, pequeña
y fea, de la mano del capitán de uno de los barcos de Hancock.
El título de este libro
nos habla de una señora Hancock, pero acabo de decir que al comienzo de esta
detallista novela georgiana, tan divertida, a veces, como melancólica y misteriosa,
otras, el señor Hancock es viudo. No creo que adelante nada si os digo entonces
que en el futuro habrá una nueva esposa y que la candidata ideal para
convertirse en tal cosa es Angelica Neal.
Angelica Neal es una
cortesana de veintisiete años, una prostituta de altos vuelos que no tiene
necesariamente que practicar sexo con sus clientes para sacar beneficios de
ellos. Tras la muerte de su último benefactor, Angelica se ve ante la tesitura
de volver al burdel del que salió hace años para convertirse en la mantenida de
su fallecido amante o encontrar uno nuevo para, tal vez, casarse con él, como
hace su amiga Bel Fortescue con el suyo. La de Angelica es una vida complicada,
con muchos altibajos. La pregunta es: ¿le hará algún bien conocer al señor
Hancock? ¿Y a su curiosa sirena?
De los personajes
secundarios, destacaría especialmente a Sukie, esa chica lista que ha
encontrado en la casa de su tío un verdadero hogar; a Hesper Lippard, la
insoportable madre de Sukie; a Eliza Frost, la amiga de Angelica Neal que tanto
parece cuidarla; a la señora Chappel, la despiadada alcahueta dueña de la casa
de cortesanas más famosa de Londres; al teniente George Rockingham, un joven
que tal vez no sea tan bueno como le parece a Angelica; a Bel Fortescue, la
cortesana a la que todas las otras odian y envidian por haber conseguido
convertirse en toda una dama; a Simeon, el criado enamorado de una cortesana; y
a Polly, la cortesana negra que nos introduzca en el tema de la esclavitud en
aquella época.
La
señora Hancock y la sirena es, en definitiva, una novela
ambientada en una época muy interesante que se convierte en algo más llamativo
aún gracias a una trama llena de giros argumentales, chispeantes diálogos, descripciones
costumbristas, personajes ricos en matices, sirenas que no se saben si están
vivas o muertas, misterios por resolver y amores que en principio parecen
imposibles pero que poco a poco comprendemos que son, en realidad, de lo más
apropiados. Si estás buscando una aventura distinta en la que embarcarte,
amigo, lector, no lo dudes: este es sin duda tu libro. Pero, ten cuidado, que
ya sabemos todos lo traicioneras que pueden ser las sirenas, ¡no vaya a ser que
la de esta historia te enrede para llevarte al fondo del océano!
Cristina Monteoliva
©
Cristina Monteoliva.