Título: El blues del hombre
muerto
Autor: Ray Celestin
Traducción: Mariano Antolín Rato
Publica: Alianza Editorial
Páginas: 525
Precio: 21 € / 14,99 € (ebook)
¿Te gustaría conocer en profundidad el
Chicago de los años 20 del siglo XX, con sus delincuentes, sus clubes
clandestinos, sus contrabandos varios, sus músicos de jazz de color y demás?
¿Quieres hacerlo, además, a través de una novela negra con mucha intriga? Pues entonces
la tuya es El blues del hombre muerto,
el libro de Ray Celestin del que hoy os vengo a hablar. Si quieres saber por
qué creo que has de tenerla, no dejes de seguir leyendo este artículo.
Chicago, 1928. Tras una
fiesta que acaba con algunos de sus importantes asistentes muertos por culpa de
una partida de alcohol envenenada, Al Capone, el mayor gánster de la ciudad,
hace venir de Nueva York a Dante Sanfelippo para que investigue qué ha pasado.
Al mismo tiempo, Jacob Russo, fotógrafo forense de profesión, decide averiguar
quién ha matado de forma horrible a un hombre, posiblemente un gánster,
mientras Ida Davis y Michael Talbot, ambos de la agencia de detectives
Pinkerton, han de averiguar dónde se ha metido Gwendolyn Van Haren, una rica e
inestable heredera. ¿Conseguirán todos resolver sus casos y salir vivos de una
aventura que, irremediablemente, acabará uniéndoles?
Chicago en la década de
los años 20 del siglo pasado, desde luego, es el sitio ideal para dar rienda
suelta a la imaginación y hacer que más de un personaje se vea envuelto en
investigaciones que no pueden traer nada bueno. Esos personajes, en este caso,
los protagonistas de una novela coral que nos descubre en detalle a través de
sus páginas cómo era la vida de Chicago en esa época, las costumbres varias, la
segregación racial, etc, no son otros que Dante Sanfelippo, Jacob Russo, Ida
Davis y Michael Talbot.
Dante Sanfelippo ha de
regresar a Chicago después de unos años en Nueva York. Al Capone lo querrá así.
El gran gánster solo se fía de él a la hora de averiguar quién introdujo
alcohol envenenado en una fiesta de postín para acabar con las vidas de algunos
personajes ilustres de la ciudad. A Dante, un heroinómano consumado, todo le
recuerda demasiado al motivo por el que tuvo que huir de Chicago. Pronto este
caso tan sospechoso le hace creer que alguien le ha tendido una trampa. ¿Será
el propio Al Capone o habrá alguien más implicado?
Por otro lado tenemos a
Jacob Russo, el fotógrafo forense que es mejor que cualquier detective de la
policía pero que no pudo ingresar en el cuerpo a causa de su pierna coja, un
ingrato recuerdo que trajo de la guerra. Jacob está convencido de que un
asesino en serie ha acabado con el tipo que encuentra en un callejón. Todo
parece indicarlo, pero, ¿y si está equivocado?
Finalmente tenemos a la
pareja de detectives de la agencia Pinkerton compuesta por Ida Davis y Michael
Talbot. Ida es una brillante detective, aunque, por ser mulata, ha de
conformarse con ser solo ayudante; mientras que a Michael no todos le miran
bien por haberse casado con una muchacha de color. Ambos son contratados por la
señora Van Haren para investigar la desaparición de su única hija, Gwendolyn.
Más tarde averiguan que también su prometido ha desaparecido. Ambos podrían
estar metidos en algo más turbio que la visita a los clandestinos clubes de
jazz, pero, ¿exactamente qué?
En un momento de la
historia, Ida Davis recurre a su amigo Louis Armstrong para conseguir alguna
pista que le lleve hasta la joven heredera. Leo en la contraportada de este
libro que Ida también acudió en busca de ayuda por parte del famoso músico de
jazz en una novela anterior de Ray Celestin, Jazz para el asesino del hacha. En todo caso, Blues del hombre muerto es una novela que se puede leer de forma
totalmente independiente.
Bombas por doquier,
disparos indiscriminados, extrañas desapariciones, traiciones, contrabandos y
jazz, mucho jazz, especialmente gracias a Louis Armstrong. Todo eso y mucho más
encontraréis en esta emocionante novela llena de interesantes personajes,
reales y ficticios, con la que conocer mejor la ciudad de Chicago y cómo
funcionaban en ella las cosas en aquella época tan convulsa. Adéntrate ahora,
por tanto, en las páginas de El blues del
hombre muerto para visitar los clubes de jazz clandestinos de los peores
barrios, las fiestas de Al Capone, las casas de los ricos, los barrios buenos y
los malos, y vivir junto a sus interesantes protagonistas, seres marcados por
su pasado y su presente, una aventura sin igual. ¿A qué esperas para hacer este
exótico viaje en el tiempo?
Cristina Monteoliva