Título: La línea del frente
Autora: Aixa de la Cruz
Publica: Salto de Página
Páginas: 184
Precio: 16,90 €
Alguna vez, recordando algún hecho del
pasado junto a un familiar, he podido comprobar que aquella anécdota no tenía
una sola versión, sino al menos dos. Para mayor sorpresa, las versiones eran
totalmente contradictorias, como si cada uno de nosotros lo hubiéramos vivido
en dimensiones distintas de la realidad. El caso es que no siempre recordamos
los hechos tal y como sucedieron, y a menudo tendemos a rellenar los huecos que
nuestra memoria no recuerda con datos totalmente inventamos, inconscientemente.
Para saber de este tema y otros también interesantes, nada mejor que leer La línea del frente, de Aixa de la Cruz:
el libro del que paso a hablaros a continuación.
Tras romper con su
novio Carlos, Sofía se traslada desde Barcelona a la urbanización turística de
Laredo en la que sus padres tienen un piso frente al mar. Sofía necesita la
soledad de la urbanización en invierno para escribir su tesis doctoral sobre el
escritor Mikel Areilza, un militante de ETA que se escapó a Argentina y que
poco después de que sus delitos prescribieran, se quitó la vida. Esa es la
excusa. La verdadera razón de Sofía para mudarse a un lugar tan apartado del
mundo y de las comodidades de la ciudad es que Jokin, su amor de adolescencia,
está cumpliendo condena en la cárcel cercana. Sofía espera retomar la relación
con él al tiempo que, a través de los diarios del dramaturgo argentino Arturo
Cozarowski intenta conocer mejor a Mikel Areilza. Lo que acaba descubriendo
tanto de uno como de otro no solo cambiará la forma que tiene de verlos sino
también su forma de verse a sí misma. ¿Conseguirá salir indemne de esta
aventura?
La narradora y
protagonista de esta historia, Sofía, es una mujer inteligente que huye de un
pasado reciente, para paradójicamente, encontrarse con un pasado remoto. Tras
una vida de pasividad ante el conflicto vasco, primero, y sumisión en su
relación de pareja, después, espera encontrar en Jokin, su amor del instituto,
la valentía que cree que le falta, la empatía hacia el conflicto vasco y, sobre
todo, la mayor de las historias de amor.
La narración de Sofía
se alterna con otros recursos literarios, como los extractos del diario de
Arturo Cozarowski, un desesperado dramaturgo argentino que conoce de primera
mano cómo fueron los últimos días del escritor y militante de ETA Mikel
Areilza. ¿Qué le llevaría a suicidarse? ¿Tiene algún sentido su muerte desde el
punto de vista del dramaturgo? ¿Y del de nuestra protagonista?
Por otro lado, tenemos
también las sinceras cartas que le escribe Jokin a Sofía y las visitas que
Sofía le hace a Jokin a la cárcel. Estas visitas, así como el encuentro que
ella tendrá con el único e inquietante vecino que tiene en su retiro costero,
las encontramos transcritas como si de una obra de teatro se tratara. La
explicación a esto la encontramos volviendo a los diarios del dramaturgo
argentino. Pero si os lo cuento, dejaría de tener su gracia. Así que ya sabéis:
si queréis desvelar el misterio, tendréis que leer este libro.
¿De qué nos habla
realmente La línea del frente? En
primer lugar, del conflicto vasco, como un hecho vivido de formas muy distintas
en la comunidad autónoma: casi tantas como habitantes hay en las tres
provincias que la conforman. En segundo lugar, de la soledad y de la necesidad
que tenemos de encontrar personas afines a nuestros gustos y formas de ser no
ya solo para combatirla, sino también para reafirmarnos como individuos. Y en
tercer lugar, y más importante, de la manera interesada que, inconscientemente,
tenemos de distorsionar nuestros recuerdos, de forma que es casi imposible
discernir cuánto de realidad y cuanto de ficción habita en nuestras mentes. ¿Conocemos
realmente a los demás, entonces? ¿Y a nosotros mismos?
La
línea del frente, en definitiva, es una novela que, a
través de la experimentación literaria y la explotación de la narración en
primera persona, invita al lector a intentar entender el mundo de su
protagonista gracias a sus recuerdos y vivencias, así como los de otros
personajes. Se trata esta de una obra arriesgada, en cuanto nos hace
plantearnos si no vivimos todos inmersos en una ficción, y por hablar sin
tapujos del siempre candente conflicto vasco. Una historia llena de matices que
está esperando que los descubras a través de su lectura. ¿O es que acaso
piensas dejar sola a Sofía en la playa de Laredo? Espero que no. Pero, cuidado:
conocerla puede ser peligroso.
Cristina Monteoliva