Queridos
amigos lectores:
ha
llegado agosto, pero nosotros no paramos. Este es un mes fantástico para las
nuevas lecturas, tanto si estáis de vacaciones como si no, y no queremos que
dejéis de descubrir libros que pueden llegar a convertirse en imprescindibles
de vuestras vidas. Tampoco a sus autores. Hoy os traemos la entrevista que nos
ha concedido Juan Gómez Bárcena,
autor de la novela Kanada, de la
cuál hablaremos con él, además de otros temas.
Juan Gómez Bárcena es licenciado en Teoría de la Literatura y Literatura
Comparada e Historia por la
Universidad Complutense de Madrid y
en Filosofía por la UNED. Hasta la fecha, la publicado el libro de relatos Los que duermen (Salto de Página,
2012), considerado una de las mejores óperas primas del año por El Cultural y
por el que recibió el Premio Tormenta al
Mejor Autor Revelación; las novelas El
cielo de Lima (Salto de Página, 2014), título que le hizo ganador del Premio Ojo Crítico de Narrativa 2014 y
el Premio Ciudad de Alcalá de Narrativa
2015, y Kanada (Sexto Piso
Editorial, 2017). También ha obtenido, entre otros galardones, los Premios José Hierro de Relato (2003) y
Poesía (2007) del Ayuntamiento de Santander, el Premio Internacional CRAPE de cuento (2008) o el Premio de Narrativa Ramón J. Sender (2009),
y en 2008 resultó finalista del XII
Premio Mario Vargas Llosa NH de libro de relatos. Como reconocimiento a su
labor literaria ha sido becado por la Fundación
Antonio Gala, la Fundación Caixa
Galicia y el INJUVE, disfrutó de
una residencia en México DF patrocinada por el FONCA y una beca por la
Academia de España que le llevó hasta Roma.
Pero dejémonos de preámbulos y vayamos a la
entrevista. ¿Preparados? ¡Allá vamos!
¿En qué
momento de tu vida decidiste que querías dedicarte de pleno a la literatura?
Es
un sueño que me ha perseguido siempre, desde que era niño. Por supuesto, ha
habido también momentos de flaqueza, cuando crecí y me enfrenté a dificultades
para publicar, y sobre todo para sobrevivir económicamente. Pero lo cierto es
que el deseo siempre ha estado ahí, incluso cuando creía que era un sueño
imposible.
¿Recuerdas
lo primero que escribiste?
Sí:
de hecho mis padres conservan el manuscrito. Son nueve libretas tamaño
cuartilla que escribí entre los seis y los siete años, y en ellas se narra la
Historia de la Humanidad o lo que entonces yo creía que era la Historia de la
Humanidad. Parece que desde niño me han obsesionado los mismos temas...
¿Qué
autores te han influenciado como escritor?
Sobre
todo la literatura hispanoamericana, y escritores como Jorge Luis Borges, Julio
Cortázar, Roberto Bolaño o Juan Rulfo.
© Blanca Díaz
Has
obtenido numerosas becas a lo largo de tu carrera literaria. La última, te trae
de vuelta de Roma a España. ¿Crees que se puede vivir actualmente de la
escritura sin estar becado?
De
la escritura no se puede vivir ni aun estando becado...¡y lo digo yo, que he
tenido mucha suerte! Las subvenciones y residencias de creación son una ayuda
importante, claro, pero no garantizan la supervivencia. Mucho menos aún las
ventas de tus libros, a no ser que tengas la habilidad (y sobre todo la
fortuna) para escribir un best-seller. La mayoría de los escritores
sobrevivimos gracias a actividades profesionales aledañas o paralelas a la
literatura: en mi caso, la docencia de escritura creativa.
Por
cierto, ¿qué hace exactamente un becario escritor o un escritor becario?
Hace
eso que por desgracia casi ningún escritor puede hacer: sentarse a escribir sin
pensar en el dinero, al menos durante el tiempo que dure la beca. En ocasiones,
ésta incluye también una residencia en el extranjero, como es el caso de la
beca de la Real Academia de España en Roma que acabo de disfrutar.
Tus
anteriores obras, Los que duermen
(libro de relatos) y El cielo de Lima
obtuvieron un gran reconocimiento entre crítica y lectores. ¿Te ha dado en
algún momento miedo la idea de no conseguir el mismo éxito con tus próximas
obras publicadas?
Por
supuesto. Y es un angustia difícil de vencer, porque ese reconocimiento que
mencionas está basado en gran parte en el azar: que el crítico adecuado dé con
tu obra; que el suplemento literario de turno encuentre una percha para
escribir sobre tu libro; que el editor propicio se anime a publicarte...Sin
olvidar que hay obras mucho menos “comerciales” que otras, independientemente
de su calidad. Estoy tan seguro de que Kanada
es mi mejor libro hasta la fecha como de que gozará de menos reconocimiento
que El cielo de Lima.
En 2017
vuelves a la actualidad literaria con la novela Kanada. ¿Cómo surgió la idea de escribir esta obra?
Surge
durante mi estancia en Budapest entre 2010 y 2011, donde trabajé como profesor
en el Instituto Británico, y sobre todo tras una visita realizada a Auschwitz.
Pero en realidad la semilla del proyecto venía de muy atrás, pues como
historiador me he especializado en la II Guerra Mundial. Lo que no sabía es que
esas investigaciones algún día tomarían la
forma de una novela.
© Isabel Wagemann
Kanada nos transporta
al horror de la II Guerra Mundial desde una perspectiva diferente, una en la
que las figuras de la víctima y el verdugo, del inocente y el culpable, se
confunden. ¿Crees que algún día dejaremos de asombrarnos de lo que ocurrió
durante esa terrible contienda bélica?
No,
creo que nunca lo digeriremos por completo. Y eso está bien: es una experiencia
que sencillamente no puede digerirse. Si algún día llegamos a asimilarla será
sólo porque la habremos olvidado parcialmente, o porque -esperemos que no- nos
enfrentaremos a tragedias en el presente cuya magnitud supere a las catástrofes del pasado.
Kanada también
habla del comunismo en el que quedaron sumidos algunos países después de la
guerra. ¿No crees que de este tema se habla poco en la literatura, en realidad?
La
experiencia del comunismo estalinista está poco trabajada, sobre todo si la
comparamos con la dictadura nazi. Aunque creo que también depende del país que
adoptemos como referencia: en Hungría, por ejemplo, sí ha sido un tema bastante
fructífero.
El
protagonista de Kanada llega a darse
cuenta de que todo es cíclico. ¿Por qué crees que no lo hacemos los demás?
Porque
implica ver nuestra sociedad desde fuera; contemplar la Historia como si no
perteneciéramos a ninguna época ni ningún paradigma en particular. El
protagonista de Kanada puede hacerlo, porque ha vivido unas circunstancias
traumáticas que lo han desarraigado de la sociedad a la que creía pertenecer.
¿Qué
parte de Kanada te ha costado más
escribir?
Aunque
suene a broma: el texto de contraportada. ¡Y eso que lo hice en colaboración
con mi editora, Raquel Vicedo! Era una tarea muy difícil, puesto que como sabes
en la novela no se citan nunca palabras como “Holocausto”, “Hitler”, “nazismo”
o “judío”, y queríamos mantener esa discreción y al mismo tiempo sugerirle al
lector qué clase de novela estaba comprando.
© Toñi Indalecio
Creo que Kanada sería una gran obra para llevar a
la gran pantalla. ¿Te gustaría a ti también que algún director se animara a
rodar la película?
Parece
que me has leído el pensamiento. Hay algún proyecto en marcha del que por
desgracia todavía no puedo hablar, pero esperemos que llegue a buen puerto.
Leo en la
última página de Kanada que el esbozo
de esta novela esperaba en un cuaderno junto a otras ideas. ¿Qué otras futuros
relatos o novelas esconden las páginas de dicho cuaderno?
En
ese cajón guardo una docena de sinopsis de novelas. Todas me parecieron
excelentes en algún momento, y por espacio de semanas o meses estuve convencido
de que algún día llegaría a escribirlas. Pero por desgracia, soy un escritor
caprichoso y cambiante. Si de esas doce ideas germinan dos novelas concluidas,
me daré por satisfecho.
¿Qué
esperas que encuentren los lectores de Kanada?
Un
tema del que ya se ha escrito todo o casi todo, que no parece guardar secretos
para nadie, pero contado de una manera distinta y reveladora.
¿Qué
nuevos proyectos literarios tienes en marcha?
Una
de las doce ideas de mi cuaderno, que cada día se parece menos a una idea y más
a una novela.
¿Te
gustaría añadir alguna cosa antes de acabar esta entrevista?
Quiero
aprovechar para recomendar uno de los últimos libros que he leído, de un
escritor muy joven además. Aprenderé a
rezar para lograrlo de Víctor Balcells (Editorial Delirio).
¡Gracias
por esta recomendación! Estoy seguro de que servirá para que muchos de tus
lectores también conozcan este libro. Y, sobre todo, gracias por tu tiempo, tus
palabras y tus fotos personales. Espero que Kanada llegue a mucha gente y
pronto verla en la pantalla, ¡y a tus nuevas historias en la librería!
Y a vosotros, amigos lectores, gracias por estar al
otro lado de la pantalla una entrevista más. Y ahora, ¿a qué estáis esperando?
¡A leer!
Cristina
Monteoliva