Título: Érase una veZ
Autores: Varios (Antología)
Editorial: Kelonia Editorial
Págs: 170
Precio: 11,70 €
Las antologías de cuentos sobre zombis
están de moda. No hay más que echar un vistazo a las novedades editoriales al
respecto de los últimos meses para darse cuenta. Las hay de muchos tipos (no
sabéis lo que pueden dar de sí los muertos vivientes), pero yo hoy os voy a
hablar de una en concreto, la editada por Kelonia Editorial a finales de agosto
o primeros de septiembre: Érase una veZ.
Érase una veZ es un título que lo dice
todo. Con solo echarle un vistazo ya sabes que la cosa va de zombis y cuentos
de toda la vida. Cuentos con los que nos dormíamos con los que éramos pequeños
y teníamos lindos sueños, pero que ahora, en sus nuevas versiones “zombi”, nos
pueden provocar pesadillas.
Pero, ¿por qué nos parecían tan idílicos
esos cuentos, cuando en realidad, tal y como nos cuenta Carlos Sisi en el
prólogo de esta obra, fueron escritos para asustar a los niños, para conseguir
con ellos que fueran menos incautos? Pues porque con el tiempo, estas obras han
sido edulcoradas, a veces hasta el ridículo. Es justo, por tanto, que vuelvan a
dar miedo con estas nuevas versiones (aunque no creo que los niños tengan que
vérselas nunca con zombis, la verdad).
El libro, editado gracias a un proceso
de crowdfunding, se compone de un total de trece piezas escritas por autores
españoles cuyos nombres paso ahora mismo a nombrar: J.E. Álamo, Athman M.
Charles, A.M. Caliani, Juan de Dios Garduño, Daniel Gutiérrez, Tony Jiménez,
Marta Junquera, Carolina Márquez Rojas,
Ana Martínez Castillo, Miguel Ángel Naharro, Julián Sánchez Caramazana,
Victoria Vílchez y Voro Luzzy. La
portada ha sido realizada por Barb Hernández y Daniel Expósito. También Barb
Hernández ha realizado las ilustraciones que dan inicio a cada pieza
Abre el volumen el espeluznante poema
titulado El lobito infectado. Lo
demás que vais a encontrar aquí son cuentos, terroríficos relatos de
extensiones variables, estilos variopintos y mucha, mucha sangre. Y es que
cuando los zombis atacan, la Zerillera se levanta de su tumba, Rizitos de oro
vuelve de la tumba clamando venganza, Caperuzita roja ya no es tan tierna, Juan
ya no encuentra tan mágicas las habichuelas, al Sastrezillo Valiente le sale
caro el malentendido de siempre, los tres Zerditos temen al zombi feroz, Hansel
no comprende qué le ha pasado a su hermana Gretelz, la Bella es casi tan burra
como la Beztia, la manzana convierte en monstruos a los enanitos, Barba Azul es
atacado por sus esposas, Pinocho es un Zenatocho y la Zirenita se obsesiona con
el príncipe hasta límites insospechados.
He de decir que he disfrutado
especialmente con los cuentos protagonizados por chicas. Que las princesitas de
los dibujos animados hayan sido despojadas de su glamour para convertirse en
asesinas, víctimas a punto de morir o incluso terribles malvadas me ha parecido
algo delicioso. Si tuviera que elegir a una de ellas, me quedaría con la joven
Bella, convertida en su versión zombi en una chica bastante masoquista habitando
un mundo tétrico, un universo donde lo más horrible se toma por sus habitantes con
total normalidad.
También puedo hablar muy bien de la
pobre Blancanieves de La manzana, convertida aquí en la intensa narradora de
una terrible historia llena de sentimiento, terror y enanos horrendos.
Si tuviera que elegir entre los
personajes masculinos, me quedaría con Hansel, ese muchacho que busca la manera
de salvar la vida de su hermano y él mismo a pesar de los planes de su
madrastra.
En definitiva, Érase una veZ es una antología muy variada, a pesar de la temática
común (los cuentos infantiles de toda la vida), una obra muy a tener en cuenta
si te interesa el terror, los muertos vivientes y, sobre todo, ver lo que
pueden hacer un buen puñado de escritores españoles cuando se les pone el reto
de convertir una tierna y dulce pieza en
una horrible historia que de pesadillas a los lectores.
Cristina Monteoliva