Título: El rayo
que nos parta
Autor: Jesús
Artacho
Autoedición
Págs: 135
Precio: 8,50 €
Es fácil llegar a pensar que si ganas un
buen número de concursos literarios con tus cuentos las editoriales te harán
más caso. La realidad, sin embargo, puede ser bien distinta. Y es que hoy en
día, ¿quién sabe lo que quieren las editoriales? Menos aún en el mundo del
relato breve, tan poco popular entre los lectores españoles (por más que los
escritores se esfuercen en conseguir lo contrario). Pero, ¿por qué no llegar a
publicar cuando sabes que merece la pena? ¿Qué cómo? Pues por ti mismo, como ha
hecho Jesús Artacho con su libro de cuentos El
rayo que nos parta.
Muchos de los relatos (un total de
veinte) que componen el volumen titulado
El rayo que nos parta, tal y como indica el autor al finalizar los cuentos,
han sido premiados en concursos de una u otra manera, han sido publicados
previamente, etc. Sin embargo, ninguna editorial tradicional ha querido apostar
por un autor tan brillante, a mi parecer, por lo que Jesús ha tenido que
rascarse el bolsillo para autoeditar, gracias a la ayuda también de
Construcciones Goruiz S. L., su primer libro de cuentos.
El
rayo que nos parta debe su nombre a uno de sus relatos (el
cuarto, en concreto). En él, su protagonista narra su vida junto a un hombre
con el que no tiene relación sentimental pero al que quiere hasta el punto de
no poder dejar de estar a su lado. No hay acoso, pues el otro entiende
perfectamente la situación y la tolera. No hay esperanza, pues la protagonista
lo sabe. Lo que sí hay es una situación que a muchos nos podrá resultar muy,
muy cercana. Imposible no empatizar con esta pobre enamorada.
El volumen lo abre Phillies, un misterioso relato en el que Nighthawks, un cuadro del
americano Hopper juega un importante papel dentro de una papelería de pueblo.
Como no podía ser de otra manera, el volumen termina también con este pintor y
su obra, concretamente en el cuento Otra
persona, una historia que nos habla de cómo podemos cambiar de idea gracias
al tiempo y las experiencias vividas.
Precisamente el cambio es un tema
recurrente en este libro, pues lo encontramos también en El exilio interior, Everybody´s changin, Reefutación de Bruce Lee, Pesadilla
y Salón con buque.
Aunque muchos son los cuentos con tintes
fantásticos que vais a encontrar en este libro, es precisamente Salón con buque el más fantástico de
todos, ya que los personajes no se asombran con los cambios que sufre su
universo, sino que los sufren con cierta indiferencia. Otros cuentos en los que
la fantasía está muy presente son Todo en
la mente, Pesadilla y Ausentes.
Este último cuento, Ausentes, nos
habla de otro tema que se repite aquí: el de la literatura. Otros cuentos que
versan y nos hacen pensar sobre el complejo mundo de las letras son Topos y Patochadas.
Decía antes que muchos de estos cuentos pueden
encuadrarse dentro del género fantástico. Pues bien: otros, sin embargo, están muy
anclados en la realidad o, al menos, a una realidad que para mí es muy cercana.
Estoy hablando de Aterrizaje forzoso, El
gol del empate y Último tren.
Precisamente, el último cuento mencionado por mí en la anterior frase nos habla
de un tema que da mucho que pensar: el de tomar decisiones. También de las
cosas que pensamos en una mala noche y en qué decidimos hacer o no hacer al día
siguiente.
De decisiones y cambios de opinión va
también Morirse es cosa seria, una
deliciosa pieza con un suicida y unas risas como protagonistas.
Hasta el momento no hemos hablado de la
extensión. Lo cierto es que en este libro, siempre dentro de lo breve, tienen
cabida todo tipo de relatos, desde los más hiperbreves, como Greguería, No hacer nada y Paranoia, hasta el más largo, casi una
novela breve detectivesca, de título Laberintos.
Con respecto al estilo de Jesús Artacho,
he de decir que, teniendo una prosa impecable, resulta cercano y sincero sea
cuál sea el tiempo verbal que utilice la narración. Este es, sin duda, su mayor
logro, lo que puede hacer que lectores muy distintos se acerquen a sus cuentos
y los disfruten.
Cuesta pensar que una persona cuyos
relatos han merecido tanto reconocimiento no logre encontrar las puertas
abiertas de las editoriales. Cuesta creer que unos cuentos tan buenos, unas
historias que nada tienen que envidiar a otras que sí se están publicando en
grandes editoriales, no puedan llegar a todos los lectores por las vías
tradicionales. Me cuesta mucho hacerme a la idea de que unas piezas que al
leerlas me hacen recobrar la fe en la literatura breve, unas lecturas que al
terminarlas me dan ganas de ponerme a escribir como si no existieran un mañana,
no hayan sido valoradas como se merecían por otros. Casi tanto como el pensar
en que no hagáis caso a mis palabras y no escribáis a elrayoquenosparta@hotmail.com
para enteraros de cómo conseguir un ejemplar de este fantástico libro de
cuentos, El rayo que nos parta.
Cristina Monteoliva