La adolescencia es una
etapa complicada, especialmente para las chicas. Y es que por más que intentemos
que no se discrimine a nadie por su aspecto, todavía algunas jóvenes marginan a
los diferentes en el instituto, tal y como nos muestran novelas juveniles como Yo, Elisa, de Jordi Sierra i Fabra. ¿Qué
pasará cuando la protagonista de esta obra encuentre a una amiga? Eso tendrás
que averiguarlo leyendo esta historia. Yo tan solo te daré unas pinceladas en
la siguiente reseña.
Elisa
es una adolescente de quince años que no se siente cómoda con su aspecto. En el
instituto todos le dan de lado por no ser como las otras. Hasta que conoce a
Yolanda, una chica guapa y delgada que pronto se convierte en su amiga. Al
mismo tiempo que sabremos, gracias a una suerte de diario personal, de las vivencias
de Elisa con la que misteriosa Yolanda, asistiremos con nuestra protagonista a
las sesiones que ha de tener con una psiquiatra tras cometer un acto terrible.
¿Por qué Elisa haría algo así, con lo contenta que se la veía teniendo una
mejor amiga?
Hablamos
bastante de salud mental hoy en día, pero no me queda claro si estamos haciendo
lo suficiente para atajar el problema. En Yo,
Elisa, al menos, se expone con valentía de cara a los jóvenes, los
distintos problemas que una adolescente puede llegar a toparse. Problemas que
pueden llevarla a cometer actos desesperados por los que necesite atención
especializada.
Elisa
es una chica inteligente que siente que no encaja en su entorno estudiantil por
su físico. Lejos de intentar aceptarse, la joven se castiga más y más pensando en
su talla no normativa, el aspecto de su pelo o la forma de sus labios. Nadie
quiere ser su amiga. Hasta que conoce a Yolanda, una chica valiente rozando lo
temerario con la que acaba teniendo una gran amistad.
Este
libro se estructura en tres intensas partes que se intercalan entre ellas: las
sesiones de Elisa con su psiquiatra, que son puro diálogo; el diario de Elisa,
que no tiene ni un punto y aparte y, finalmente, lo que la psiquiatra decide
hacer para averiguar qué le pasa de verdad a su paciente.
Al
final, lo que le pasó a Elisa fue una verdadera tragedia, especialmente para
alguien como ella, con tan poco apoyo social. Lo que decidió hacer después tal
vez parezca descabellado a los ojos de un adulto, pero no cuando eres joven y
todo lo vives de otra forma. O cuando simplemente no ves otra salida.
Yo, Elisa,
en definitiva, es una excelente novela juvenil que también disfrutarán lectores
adultos precisamente porque hará que comprendan lo compleja que es la mente
humana y lo necesario que es que cuidemos todos de la salud mental. Una obra original,
impactante y profunda que dará mucho que pensar a los que se acerquen a ella. Y
tú, ¿a qué esperas para conocer los secretos de Elisa?
Cristina Monteoliva