Nuestro mundo actual se mueve tan
rápido, que los temas de actualidad, incluso los más polémicos, no suelen estar
dando vueltas por los medios de comunicación y las redes sociales más de una
semana antes de ser reemplazados por otros. Que algo nos haga seguir
discutiendo y estrujándonos las neuronas durante diez días ya me parece un
logro. Pero si el tema en cuestión ya nos tiene dos semanas haciendo memes
graciosos, es que de verdad no hay manera de que nos lo quitemos de la cabeza.
Esto ha sucedido (está sucediendo) este mes de enero de 2019 con M. K. (nombrar a la gente con las iniciales debería volver a estar de moda: es más misterioso),
la influencer que se ha hecho famosa
por su programa de tv (el mismo en el que acude a ayudar a la gente a ordenar
su casa) y, sobre todo, por sus consejos para organizar tu casa, especialmente
ese que tiene que ver con el número de libros que hay que tener en el hogar.
M. K. dice que
solo deberíamos tener treinta libros por casa. Treinta. Yo los he contado y eso
son los que tengo en un solo estante de los muchos que tengo. Si lo piensas,
treinta son los libros que un buen niño lector puede tener ya a los doce años,
por decir una edad temprana. Treinta libros… ¿no podrían ser al menos cien? A
ver, que algunos, seleccionando solo los libros que volveríamos a leer alguna
vez, podemos tener en casa como trescientos ejemplares. Treinta se me antoja
una cifra irrisoria para un buen lector, ¿y en serio el orden es incompatible
con la cantidad de libros que queremos tener en casa? Vale que yo tengo libros
por todas partes, sobre todo si esperan lectura para luego ser reseñados
(apilados en el escritorio, sobre las capetas que hay encima de la papelera,
puestos de cualquier manera en una estantería del salón…) Pero, mira, M. K., que yo entiendo que sentimos un apego desmedido por las pertenencias
materiales y a lo largo del tiempo acumulamos basura de todo tipo, pero,
¿TREINTA LIBROS? ¿SOLO TREINTA LIBROS? No, no y no, M. K.: los buenos
lectores nos negamos a seguir esas reglas de austeridad con nuestras
bibliotecas.
Lo siento, pero no dejo
de preguntarme cómo un buen lector puede tener solo treinta libros (uno de más
de ocho años, quiero decir). Por eso yo creo que no voy a olvidarme de M. K., la sonriente organizadora de casas ajenas, durante bastante tiempo (una
nueva excusa, esta de estar obsesionada con este tema, para no estar
escribiendo, que es lo que debería estar haciendo ¡ja!).
Por cierto, que M. K. también escribe libros. Igual lo que quería decir es que en casa solo
tenemos que tener los treinta de ella, cuando llegue a escribir treinta
distintos, ¿no?
Y vosotros, ¿seríais
capaces de vivir con solo treinta libros? Os dejo pensando en ello mientras me
voy a escribir una reseña, que el trabajo se me acumula.
Cristina Monteoliva
©
Sergio M. Planas.