Título: Los sorrentinos
Autora: Virginia Higa
Publica: Editorial Sigilo
Páginas: 155
Precio: 14,90 €
Todo buen restaurante de éxito tiene sus
secretos: ingredientes que nadie más conoce, recetas heredadas de abuelas que
creaban verdadera magia en la cocina o invenciones únicas e irrepetibles que
hacen del establecimiento la comidilla de toda una ciudad. Como el sorrentino,
ese tipo de pasta rellena que creara Umberto Vespolini y que luego
popularizara, sobre todo, su hermano menor, Chiche, en la Trattoria Napolitana,
el establecimiento familiar de Mar del Plata. Si quieres saber más sobre esta
pasta y esta familia argentina con orígenes italianos, no tienes más que leer Los sorrentinos, la novela de Virginia
Higa. Para saber un poco de ella antes de animarte a hacerlo, no tienes más que
seguir leyendo esta reseña.
Los Vespolini,
originarios de Sorrento, siempre tuvieron hoteles en Italia. Hace poco más de
un siglo, uno de ellos y su esposa se trasladaron a Argentina, donde crearon
una gran familia, abrieron otro hotel y un restaurante. Con el tiempo, el hijo
mayor de la pareja, Umberto, inventaría un nuevo tipo de pasta rellena: el
sorrentino. Pronto, el sorrentino no solo se convirtió en un plato único de la
Trattoria Napolitana, sino en algo verdaderamente popular entre los habitantes
de Mar del Plata. Tras la muerte de Umberto, Chiche, el menor de los hermanos
de la extensa familia y el más carismático, se convertiría en el propietario
del negocio y el encargado de continuar con la tradición de proporcionar sus
deliciosos sorrentinos a los clientes.
Esta es la historia de
la familia Vespolini, encabezada por los hermanos Umberto, Totó, Carmela,
Electra y Chiche. Sus padres llegaron desde Sorrento a Mar de Plata a
principios del siglo XX para abrir un hotel y un restaurante y allí se
asentaron. Como suele pasar con las familias italianas que se asientan en otros
lugares del mundo, esta tampoco perdió nunca el contacto con la tierra natal y,
así, en su restaurante siempre se sirvió comida italiana de muy buena calidad. Aunque
sí crearon algo nuevo en Argentina: los sorrentinos, un tipo de pasta rellena
de jamón y queso de tamaño grande que pronto se convirtió en todo un éxito y en
algo único que los distinguiría de otros restauradores de Mar del Plata.
Todo en este libro gira
alrededor de la familia Vespolini, numerosa, ruidosa, divertida y dramática, y
del restaurante que consiguieron conservar durante tantos años. Cada capítulo
se nos presenta como una nueva aventura en la que cada personaje tiene su peso,
si bien siempre destaca sobre sus hermanos, primos y sobrinos Chiche, el
hermano menor que se quedó con el restaurante y supo llevarlo bien hasta el fin
de sus días.
Chiche Vespolini es lo
que denominaríamos todo un personaje: temperamental, divertido y tremendamente
carismático. El menor de los hermanos argentinos descendientes de italianos
lleva la batuta no solo de su trattoria, sino también de toda la familia. Chiche
ama el cine, pone apodos a sus empleados, inventa palabras que se usan de
manera ambigua dentro de la familia, se pelea con su prima favorita por motivos
banales para volver pronto a reconciliarse, adora tanto a su amigo religioso
como al científico y vela por los intereses de todo el que le rodea.
Con la mayor parte de
capítulos ambientados en la Argentina de mediados del siglo XX, Los sorrentinos es una novela familiar tanto
por ser la crónica de una familia durante un espacio de tiempo concreto como
por lo apto que su contenido resulta para lectores de distintas edades. Se
trata esta de una obra cocinada a fuego lento llena de momentos divertidos pero
también dramáticos que nos habla de la unión entre los distintos miembros del
clan Vespolini, todos ellos personajes singulares y entrañables, el amor por la
buena cocina italiana, el afán de superación individual y colectivo dentro del
clan y la esperanza en el futuro. Dicho esto, ¿te atreverás tú a probar Los sorrentinos? ¡Que no se te adelanten
otros y te hagan luego pasar envidia cuando te cuenten la experiencia!
Cristina Monteoliva
©
Cristina Monteoliva.