domingo, 23 de diciembre de 2018

Reseña: LOS SORRENTINOS, de Virginia Higa.


Título: Los sorrentinos
Autora: Virginia Higa
Publica: Editorial Sigilo
Páginas: 155
Precio: 14,90 €

Todo buen restaurante de éxito tiene sus secretos: ingredientes que nadie más conoce, recetas heredadas de abuelas que creaban verdadera magia en la cocina o invenciones únicas e irrepetibles que hacen del establecimiento la comidilla de toda una ciudad. Como el sorrentino, ese tipo de pasta rellena que creara Umberto Vespolini y que luego popularizara, sobre todo, su hermano menor, Chiche, en la Trattoria Napolitana, el establecimiento familiar de Mar del Plata. Si quieres saber más sobre esta pasta y esta familia argentina con orígenes italianos, no tienes más que leer Los sorrentinos, la novela de Virginia Higa. Para saber un poco de ella antes de animarte a hacerlo, no tienes más que seguir leyendo esta reseña.
Los Vespolini, originarios de Sorrento, siempre tuvieron hoteles en Italia. Hace poco más de un siglo, uno de ellos y su esposa se trasladaron a Argentina, donde crearon una gran familia, abrieron otro hotel y un restaurante. Con el tiempo, el hijo mayor de la pareja, Umberto, inventaría un nuevo tipo de pasta rellena: el sorrentino. Pronto, el sorrentino no solo se convirtió en un plato único de la Trattoria Napolitana, sino en algo verdaderamente popular entre los habitantes de Mar del Plata. Tras la muerte de Umberto, Chiche, el menor de los hermanos de la extensa familia y el más carismático, se convertiría en el propietario del negocio y el encargado de continuar con la tradición de proporcionar sus deliciosos sorrentinos a los clientes.
Esta es la historia de la familia Vespolini, encabezada por los hermanos Umberto, Totó, Carmela, Electra y Chiche. Sus padres llegaron desde Sorrento a Mar de Plata a principios del siglo XX para abrir un hotel y un restaurante y allí se asentaron. Como suele pasar con las familias italianas que se asientan en otros lugares del mundo, esta tampoco perdió nunca el contacto con la tierra natal y, así, en su restaurante siempre se sirvió comida italiana de muy buena calidad. Aunque sí crearon algo nuevo en Argentina: los sorrentinos, un tipo de pasta rellena de jamón y queso de tamaño grande que pronto se convirtió en todo un éxito y en algo único que los distinguiría de otros restauradores de Mar del Plata.
Todo en este libro gira alrededor de la familia Vespolini, numerosa, ruidosa, divertida y dramática, y del restaurante que consiguieron conservar durante tantos años. Cada capítulo se nos presenta como una nueva aventura en la que cada personaje tiene su peso, si bien siempre destaca sobre sus hermanos, primos y sobrinos Chiche, el hermano menor que se quedó con el restaurante y supo llevarlo bien hasta el fin de sus días.
Chiche Vespolini es lo que denominaríamos todo un personaje: temperamental, divertido y tremendamente carismático. El menor de los hermanos argentinos descendientes de italianos lleva la batuta no solo de su trattoria, sino también de toda la familia. Chiche ama el cine, pone apodos a sus empleados, inventa palabras que se usan de manera ambigua dentro de la familia, se pelea con su prima favorita por motivos banales para volver pronto a reconciliarse, adora tanto a su amigo religioso como al científico y vela por los intereses de todo el que le rodea.
Con la mayor parte de capítulos ambientados en la Argentina de mediados del siglo XX, Los sorrentinos es una novela familiar tanto por ser la crónica de una familia durante un espacio de tiempo concreto como por lo apto que su contenido resulta para lectores de distintas edades. Se trata esta de una obra cocinada a fuego lento llena de momentos divertidos pero también dramáticos que nos habla de la unión entre los distintos miembros del clan Vespolini, todos ellos personajes singulares y entrañables, el amor por la buena cocina italiana, el afán de superación individual y colectivo dentro del clan y la esperanza en el futuro. Dicho esto, ¿te atreverás tú a probar Los sorrentinos? ¡Que no se te adelanten otros y te hagan luego pasar envidia cuando te cuenten la experiencia!
Cristina Monteoliva


© Cristina Monteoliva.