-Tu obra te tiene que gustar a ti pero también a los demás, si acaso
pretendes comercializarla. Durante el proceso de corrección tendrás que
preguntarte una y otra vez si la historia que estás contando puede llegar al
público lector y cómo puedes mejorarla para que así sea. Si no lo ves claro,
pide que un amigo lea tu obra, aunque no esté del todo terminada. La visión de
alguien de fuera a menudo es de mucha ayuda. Siempre es preferible que la
persona que lea tu obra sepa algo de literatura. Si no es así, procura que al
menos sea un lector atento y sincero a la hora de darte una opinión.
-Lo que quieres decir no se ha de quedar en
tu cabeza. Como reseñista, alguna que otra vez he leído obras que tienen
poco que ver con lo que sus autores cuentan sobre ellas en las entrevistas o en
las presentaciones de sus libros. Así, muchas de las ideas fabulosas que los
autores tan bien explican en cuando hablan de ellas no quedan reflejadas en el
papel ni remotamente. Asegúrate de que todo eso que tienes en la cabeza sobre
tu historia, tus personajes, etc, queda bien plasmado en tu relato, novela,
etc, y que todo quede lo suficientemente claro para los lectores.
-No tienes que explicarlo todo, pero no se lo pongas tan difícil al
lector. Leer es una actividad placentera. Algunos lectores quieren llevarla a
cabo de una forma más pasiva, con historias que entren solas en la cabeza, mientras
que otros piden un poco más. En todo caso, lo que el lector no quiere es
sentirse engañado viendo que vas dejando pistas falsas o tener que pensar más
de lo que tú lo has hecho mientras escribías. La ambigüedad está bien cuando el
lector puede encontrarle algún sentido. Pero, recuerda: lo que no dejes del
todo claro, al menos que no sea un galimatías imposible de comprender.
-Ponte una fecha límite para acabar de corregir. Corregir lleva su
tiempo, pero no puedes pasar haciéndolo durante años. Si no hay un editor o
agente que te ponga un límite, hazlo tú e intenta mantenerlo. Conforme se
acerque la fecha, irás viendo las cosas más claras.
Y al final, ¿qué queda, además de un conjunto
de consejos que espero que os hayan servido de algo? Espero que la mejor
versión de tu historia que hayas podido conseguir durante todo el proceso de
escritura y corrección. Al menos, una versión que convenza a una editorial. Luego
el editor te dirá cosas que hay que cambiar, corregir, seguir puliendo… Pero
esa es otra historia.