Estimados amigos lectores,
Una vez más tenemos el placer de ofreceros las
interesantes palabras de un excelente escritor. En esta ocasión nuestro
entrevistado no es otro que Javier Bozalongo.
Javier Bozalongo nació en Tarragona aunque actualmente
vive en Granada. Prolífico como autor, ha publicado los poemarios Líquida
nostalgia (2001), Hasta llegar aquí (2005), Viaje
improbable (2008) y La casa a oscuras (2009), además de las
antologías Nunca el silencio (Costa Rica, 2012), Has vuelto a
ver luciérnagas (México, 2015) y Las raíces aéreas (Ecuador,
2016) y el libro de relatos Todos estaban vivos (Esdrújula, 2016), obra, esta
última, por la que le preguntamos precisamente en esta entrevista. Actualmente,
además de seguir escribiendo, dirige la colección de poesía de Valparaíso
Ediciones (www.valparaisoediciones.es).
Y
ya, sin más dilación, os dejo con las palabras del autor:
¿Cuándo comenzaste a
escribir?
Escribo desde siempre, creo yo, aunque los primeros
poemas que conservo deben ser de cuando tenía dieciséis o diecisiete años, con
todas las contradicciones de esa edad y los descubrimientos propios de la
adolescencia.
¿Pensaste, en aquellos
primeros momentos, que en el futuro te dedicarías a la escritura?
Supongo que siempre había sido algo parecido a un
sueño, pero visto como una posibilidad remota cuando no imposible.
¿Qué autores crees que
han influenciado en ti como escritor?
En relato me gustan mucho norteamericanos como
Raymond Carver, por citar uno. En poesía me acompañan desde siempre Ángel González
o Jaime Gil de Biedma, pero la lista sería muy extensa.
©Javier Bozalongo.
Si tuvieras que elegir,
¿con qué te quedarías: poesía o relato?
Me quedo con la literatura. La poesía es lo que más
me ha acompañado siempre pero soy un buen lector de narrativa también. Cada
libro encuentra su momento para ser leído y disfrutado. Y como autor me ocurre
lo mismo, aunque he publicado más poesía, en este momento los relatos me están
dando muchas satisfacciones personales con la publicación de Todos estaban vivos.
¿Cómo compaginas tu
carrera de escritor con la de director de la colección de poesía de la
editorial Valparaíso?
Lo difícil es encontrar el tiempo para la escritura,
pues la editorial absorbe gran parte del día entre lecturas, organización,
presentaciones y viajes.
Recientemente has
publicado el libro de relatos Todos estaban vivos con Esdrújula Ediciones. A lo
largo de tu carrera Has publicado varios poemarios y unas cuantas antologías,
pero hasta ahora ningún libro de cuentos.
¿Por qué? ¿Y por qué ahora sí?
El origen del libro está en
algunos textos que había escrito a lo largo de varios años. Después los
editores los leyeron y me animaron a completar el libro con nuevos relatos que
dieron como resultado Todos estaban
vivos. El estímulo externo de saber que lo escrito tenía suficiente
consistencia para convertirse en un libro me dio la energía suficiente para
enfrentarme a la disciplina de terminar el libro. El momento llega sin avisar:
ahora sí porque se dieron las circunstancias adecuadas, que tal vez no se habían
dado anteriormente.
Por cierto, ¿qué debe
de tener un buen cuento para ti?
Me interesa la observación de
la realidad circundante para trasladarla a un relato y denunciar el estado de
las cosas, con un punto de ironía o humor negro en algunos casos sin perder la
esperanza en que lo que no nos gusta se puede mejorar. El cuento debe ser dada su brevedad, intenso
en el contenido y debe conseguir atrapar al lector desde la primera línea.
©Javier Bozalongo.
En
Todos estaban vivos abundan
los microcuentos. ¿Casualidad? ¿Veremos en el futuro un libro tuyo en el que
haya historias más largas?
Se han ido mezclando en el
libro de manera aleatoria cuentos más largos con microrrelatos. La razón es que
hay historias que pueden ser contadas en pocas palabras y reunir todo lo necesario
para no precisar un desarrollo mayor. Creo que cada una encuentra el tamaño
necesario para que la historia no se repita a lo largo de muchas páginas si no
es absolutamente precio.
En cuanto al futuro, nunca se
sabe. De momento no hay cuentos a la vista.
Las historias de Todos estaban vivos resultan sin duda
singulares. ¿Hay alguna basada en algún hecho real?
Algunas de las anécdotas
principales a partir de las cuales se desarrollan los relatos son ciertas y me
las han contado sus protagonistas, aunque después las haya reelaborado y les
haya añadido ficción. Muchas veces basta con mirar alrededor y observar para
encontrar buenas historias que merecen la pena ser escritas.
¿Se parece en algo a ti
el narrador de Nada extraordinario?
Es en cierto modo el narrador
que me gustaría llegar a ser.
En este libro
conoceremos, entre otros, a un hombre menguante. ¿Qué te hace menguar a ti?
¿Quizá pensar tanto en la jubilación, como a unos cuantos de tus personajes?
Debe ser la edad, que nos
acerca de manera inexorable hacia una jubilación que nos han prometido durante
años y que cada vez se aleja más de la realidad, como tantas promesas
incumplidas. Los escritores, en cualquier caso, creo que no se jubilan nunca.
©Javier Bozalongo.
¿Te has encontrado
alguna vez a Elvis en un tren?
No, nunca, pero me habría
encantado.
¿Y el viaje de En la
mitad del mundo? ¿Es real?
Hay algo de real en ese viaje,
porque regresé de un festival de poesía en Ecuador apenas diez antes del
terrible terremoto que asoló la costa del país, y algunos amigos me enviaron
fotografías de cómo habían quedado muchos lugares por los que habíamos pasado.
Afortunadamente ya habíamos vuelto, y la ficción hizo el resto.
¿Qué esperas que
encuentren los lectores en este libro?
Espero encontrar sonrisas
cómplices, que puedan sentirse reflejados en alguna de las escenas que se
narran y sacar sus propias conclusiones a partir de la lectura, porque estoy
seguro que muchos han pasado por situaciones similares.
¿Te gustaría añadir
algo antes de acabar esta entrevista?
Tan sólo mi agradecimiento por
las preguntas y sobre todo, mi reconocimiento a cada uno de los lectores de
estas palabras y del libro.
Muchas
gracias a ti, Javier, por tu tiempo, tus respuestas y tus fotos personales.
Esperamos que Todos estaban vivos llegue a muchos lectores, y todos tus
proyectos literarios tengan siempre éxito.
Y a vosotros,
amigos lectores, gracias por estar una vez más al otro lado de la pantalla.
Recordad: si os hacéis seguidores de blogger del blog o de la página de
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todas las actualizaciones. Y ahora, ¡a leer!
Cristina Monteoliva