Título: Mala feminista
Autora: Roxane Gay
Traducción: Ana Momplet
Publica: Capitan Swing
Páginas: 328
Precio: 20 €
Si bien el feminismo, como movimiento
cultural, económico, social y político, no es algo nuevo, sí es cierto que en
los últimos tiempos ha adquirido una mayor visibilidad gracias a los medios de
comunicación y las redes sociales. Muchas son las cabezas visibles, sobre todo
de mujeres, que buscan la igualdad para todas las personas en todos los ámbitos.
La mayoría de ellas tienen ideas muy claras, marcan el camino a seguir a todos
los demás. A veces, da la sensación de que si en algún momento te sales un poco
de esa senda, los demás te mirarán mal. De ahí que algunas personas (entre
ellas me incluyo) pensemos que somos malas feministas. La cuestión es: ¿Puede
decirse que Roxane Gay, la autora de Mala
feminista, lo sea en realidad? Tras la lectura de su más que brillante
libro os digo que no. Dejad que os hable un poco de él para que sepáis por qué
hago esta afirmación.
Mala
feminista es un libro que contiene treinta y siete artículos
de opinión (treinta y ocho, si contamos el prólogo) escritos por la profesora
universitaria, escritora, comentarista y editora americana Roxane Gay.
Hija de padres
haitianos y criada en Estados Unidos, Gay demostró ser una persona inteligente
y observadora desde muy joven. Sus notas en el colegio eran siempre excelentes,
y en la universidad se esforzó al máximo. Todo esto no quiere decir que Roxane
no haya tenido también un buen número de experiencias vitales de todo tipo, ni
que haya tomado decisiones que con el tiempo puedan parecer erróneas. Tampoco
quiere decir que se pase todo el tiempo leyendo o escribiendo sobre cosas muy
sesudas. Al contrario: Roxane se siente muy atraída, como tú y como yo, por
programas de tv basura, series que nos ayudan a pasar el rato sin tener que
estrujarnos mucho las neuronas y hasta libros no muy bien escritos. Sus gustos
tan variados, su forma de no encajar exactamente en las corrientes feministas
actuales, la llevan, tal y como nos explica ya en el prólogo, a denominarse una
mala feminista.
Pero lo cierto es que
si una persona que dedica tanto tiempo y esfuerzo en hablar en sus artículos
sobre la relación entre los hombres y las mujeres, la relación entre mujeres,
la forma en la que el cine y las series de televisión tratan a las mujeres, lo
mucho que han de esforzarse las mujeres para ser consideradas en el mundo de la
literatura, los manidos y erróneos estereotipos femeninos que encontramos en
los libros, la importancia de realizar debates de géneros con el fin de solucionar
los problemas sin importar quién gana o no, el problema de la violación, el
problema que existe con las actuales leyes y el aborto, lo permisiva que es la sociedad
con los famosos que maltratan a sus parejas, la necesidad de desenmascarar a
los falsos príncipes azules de las novelas rosas, lo perjudiciales que pueden
ser algunos presentadores misóginos de televisión, etc, no se puede considerar una
buena feminista, ¿quién exactamente lo es?
Gay no solo escribe
sobre feminismo en este libro. Hay muchos otros temas en su vida que a esta
mujer inquieta le preocupan. Temas tan importantes como el racismo. Tal y como
nos señala en varios artículos, el racismo en Estados Unidos queda patente en
las calles, en las oportunidades de estudios o trabajo, incluso en programas y
películas de televisión en la que se utilizan estereotipos irritantes.
Gay también habla del
bajo interés en la educación que encuentra entre sus alumnos universitarios, su
pasión por el Scrabble, el cine, las series de televisión, los libros… Resulta especialmente
interesante el análisis que la autora hace de algunas películas (como Criadas y
señoras o Doce años de esclavitud), como de algunas series de moda (Orange is
the new black, por ejemplo) y libros tan distintos como la saga de los Juegos
del hambre, Perdida y la saga de Cincuenta sombras de Grey.
Por último, diré que me
ha parecido muy de admirar la naturalidad con la que habla de buena parte de su
vida a lo largo de muchos artículos. Episodios vitales, algunos de ellos, muy
dolorosos y que explican que sea como es y puede que no de otra forma.
Mala
feminista, en definitiva, es un libro que nos demuestra que
hay muchas formas de ser feministas, todas ellas válidas siempre que se tenga
en cuenta los problemas reales que el movimiento ha de abordar con el fin de
alcanzar por fin una sociedad en la que hombres y mujeres seamos iguales. Con
su estilo inteligente, atractivo y divertido, Gay nos hace ver, además, que se
puede ser vehemente, firme en una postura, sin necesidad de atacar ferozmente
al que no esté de acuerdo. Y he de decir algo más: tal vez no he estado
totalmente de acuerdo con sus posturas ni he podido meterme del todo en la piel
de la autora en todo momento (recordemos
que la realidad social, cultural, política y económica americana es bien
distinta a la nuestra); pero, aun así, siempre he sentido que lo que leía
merecía la pena merecía la pena y debía de ser leído con atención, cosa que no
con muchos articulistas de opinión actuales me ocurre. Por eso os digo, amigos,
seáis hombres o mujeres, sepáis o no de qué va el feminismo: ¡tenéis que leer ya
Mala feminista!
Cristina Monteoliva