miércoles, 23 de febrero de 2022

Reseña: HISTORIA DE MI PALOMAR Y OTROS RELATOS, de Isaak Bábel.

 

Stalin acabó con su vida pero no pudo silenciar su obra. Conmueve su asesinato, pero también la capacidad de trascender de su legado literario. Isaak Babel fue considerado uno de los mejores escritores soviéticos de su época, pese a no encajar dentro de la épica revolucionaria que dictaba el poder, o tal vez por eso. Historia de mi palomar y otros relatos reúne once piezas escritas entre los años 1915 y 1930, todas aparecidas en diferentes revistas de la época. En ellas el escritor hace un esbozo del tiempo que le tocó vivir. Desde el submundo del gueto judío hasta las trincheras de la guerra polaco-soviética pasando por los ambientes vanguardistas de San Petesburgo o el Moscú revolucionario. En estos textos recrea su infancia judía dentro del universo soviético, sus primeros amores, su vocación literaria, la guerra... Con gran maestría hace un retrato costumbrista de su tiempo, contrapone la violencia de los pogromos a la inocencia infantil, nos muestra claramente el choque entre la tradición judía de su familia y las costumbres rusas o la descarnada crudeza de la guerra. Todo ello  atravesado por un hilo de fina ironía. Deudor de Chéjov o Maupassant, su prosa es concisa y elaborada; densa en su contenido pero sobria en la ejecución, carente de adornos y florituras.

         De los once textos que componen esta obra dos son puramente autobiográficos. Curiosamente, todos están escritos en primera persona y tanto en “Historia de mi palomar” como en “Infancia” el propio autor comenta que se trata de una novela autobiográfica. En ellos se mezcla la realidad con la pura fabulación de manera que estos relatos son mucho más que unas memorias. Su intención era entregar el manuscrito completo en 1939 pero le fue requisado por la policía política soviética cuando le arrestaron. Tal vez estamos ante una obra inacabada pero nunca lo sabremos.

         Su compromiso ético con la verdad lo llevó a alejarse de la corriente literaria oficial al servicio del poder y lo colocó en el lado de la disidencia. Su realismo, muchas veces descarnado, impacta y conmueve. Nada que ver con la realidad maquillada que su gobierno exigía y cuya no aceptación acabaría costándole la vida. Fue detenido, torturado y finalmente ejecutado durante la Gran Purga de Stalin a los cuarenta y cinco años, en plena madurez creativa.

                                     María Dolores García Pastor