Todos (o casi todos)
hemos pasado por el trance de visitar pisos en venta o alquiler con el fin de
elegir nueva vivienda. Decidir entre las posibles opciones, como ya sabemos,
puede ser complicado. Unos son muy pequeños; otros, muy anticuados y faltos de
reformas. Algunos son poco luminosos; y otros, están demasiado caldeados en
verano. La cuestión es que podemos esperar casi cualquier cosa cuando visitamos
pisos. Menos que nos acabe secuestrando un atracador. Este sería el punto de
partida de Gente ansiosa, la nueva y
divertida novela del exitoso escritor sueco Fredrik Backman de la que
hablaremos a continuación.
Estamos
en la víspera de Nochevieja y mientras la mayoría de la gente se prepara para
la gran fiesta de fin de año, un grupo de personas de lo más heterogéneo se
reúne en el centro de una pequeña ciudad sueca para visitar un piso en venta.
La visita transcurre con la normalidad típica de este tipo de situaciones hasta
que se presenta en el lugar un atracador que huye de la policía después de
intentar conseguir dinero de un banco sin efectivo. Tras liberar a los rehenes,
los policías, un padre y un hijo que no quieren que los agentes de Estocolmo
les pisen el trabajo, intentan averiguar a dónde ha ido el atracador. Pero,
¿acaso los rehenes se lo van a poner fácil? ¿No son todos unos histéricos con
ganas de enredarlo todo?
Jim
y Jack son policías. También son padre e hijo. La mujer de Jim murió, dejando
un gran vacío en la familia, y su hija es una drogadicta que nunca se sabe dónde
está. Por su parte, Jack no pudo impedir que un hombre se suicidara cuando era
un adolescente, lo que le marcaría para siempre.
Jim
y Jack no siempre se llevan bien, pero por una vez tendrán que hacer un
esfuerzo si no quieren que vengan los odiosos policías de Estocolmo y les pisen
el trabajo. ¿Conseguirán coordinarse para averiguar qué pasó con el dichoso atracador
de Nochevieja?
Jim
y Jack son dos personas ansiosas, pero tal vez no tanto como los posibles
compradores del piso donde tiene lugar el secuestro: Zara, una arrogante
directora de banco con depresión que se distrae visitando pisos en venta; Anna
Lena y Roger, una pareja de jubilados fanáticos de Ikea que se dedican a
comprar pisos para luego, una vez redecorados, revenderlos; Estelle, una dulce
octogenaria con muchos secretos; Julia y Ro, dos mujeres que esperan su primer
hijo juntas con más nervios de la cuenta; y Lennart, un tipo disfrazado de
conejo contratado por Anna Lena para espantar al resto de compradores.
Esta
es una novela llena de incógnitas que iremos resolviendo poco a poco. En primer
lugar, descubriremos que algunos personajes están ligados por trágicos hechos
que tuvieron lugar en el pasado (el suicidio está muy presente en esta obra).
Más adelante, descubriremos la verdadera identidad del secuestrador, por qué
hizo lo que hizo y cómo podrá salir de este embrollo de una forma más que
airosa.
Gente ansiosa
puede parecer a simple vista una comedia ligera; al fin y al cabo se encuadra
dentro de las obras feel good. Os
aseguro que es todo menos eso. En primer lugar, porque está escrita con un
estilo mordaz, muy inteligente, que enseguida nos hace darnos cuenta de la
calidad literaria que gasta su autor. En segundo lugar, porque hace que nos
planteemos desde el principio hasta qué punto sufrimos de ansiedad. Y en tercer
lugar, porque gira alrededor de un tema tan serio y preocupante como es el
suicidio: las causas que llevan a las personas a tomar tan drástica decisión,
lo que se podría hacer para evitarlo.
¿Cómo
actuaríamos si fuéramos los rehenes? ¿No creéis que al final todos somos un
poco idiotas, como nos plantea esta obra? Gente
ansiosa, en definitiva, es una muy entretenida e inteligente comedia muy
actual, muy seria en el fondo, que nos hace darnos cuenta que, al final, todos
podemos ser un poco idiotas cuando nos encontramos al límite. Una obra de
personajes tremendamente entrañables con muchos traumas a sus espaldas y una
forma peculiar de enfrentarse a la vida. Y, por supuesto, de estupendas
sorpresas que solo descubrirás si te decides a darle una oportunidad a este
libro. ¿O es que acaso temes que esta lectura te secuestre?
Cristina Monteoliva