sábado, 28 de septiembre de 2019

Reseña: LAS HIJAS DE LA TIERRA, de Alaitz Leceaga.


Título: Las hijas de la tierra
Autora: Alaitz Leceaga
Publica: Ediciones B
Páginas: 564
Precio: 20,99 € / 9,99 € (eBook) /21,99 € (audiolibro)

La envidia, la ignorancia, la superstición y los perjuicios de todo tipo han hecho que, a lo largo del tiempo y del espacio, las gentes de los pueblos hayan afirmado tener, al menos, una familia maldita entre ellos. ¿Cómo podrían convivir estas familias señaladas con los otros habitantes del pueblo? ¿Conseguirían, en el pasado, hacer que los otros desecharan sus pensamientos negativos para integrarles en la vida social? ¿Lo lograrán acaso las hermanas Beltrán-Velasco, las protagonistas de Las hijas de la tierra, la nueva novela de Alaitz Leceaga? No voy a contestar a estas preguntas, pero si a contarte lo que pueda sobre este libro en esta reseña.
Comienza el mes de septiembre de 1889 en la finca de Las Urracas y las viñas de la finca siguen tan dormidas como siempre. La que sí parece despertar aquel otoño en el que todo empezará a cambiar para las hermanas de esa singular familia es Gloria, la melliza y mayor de los vástagos junto a Rafael. Gloria siempre ha estado sometida a Rafael y a su tía abuela Ángela mientras su padre, a menudo ausente, miraba para otro lado. Cuando Gloria decide acercarse a Teresa y Verónica, sus hermanas menores, Rafael enloquece de celos. Su hermano la quiere solo para él y no para de decirle que, aunque suene imposible, cuando su padre muera, los mellizos se casarán entre ellos y todo será de ambos. La aparición de una madre que todos creían muerta desde hacía años dará luz a ciertos acontecimientos del pasado y provocará desgracias nuevas. Las tres hermanas, todas pelirrojas y peculiares, se encontrarán de pronto huérfanas y solas en la casa, lo que propiciará que todo mejore en la finca. Aunque, ¿por cuánto tiempo? ¿Conseguirán las hermanas que sus enemigos las dejen ser felices?
Gloria, la narradora y protagonista de esta historia que tiene lugar en el pueblo de San Dionisio y alrededores, en La Rioja, desde 1889 en adelante, es una muchacha que siempre ha vivido a merced de la voluntad de su hermano Rafael, un chico déspota y ambicioso que hará todo lo posible por quedarse con la finca de Las Urracas. Gracias, o por culpa, de las desavenencias que comienzan a separarle de su hermano, Gloria deberá no solo ponerse al frente de la finca y conseguir, en el futuro cercano, que por fin haya una producción de vino vendible, sino también hacer que sus hermanas consigan tener una vida mínimamente feliz en un pueblo y un tiempo que les son del todo adversos.
Gloria tendrá que hacerse fuerte mientras descubre que Teresa, su hermana enamorada de la maestra del pueblo, es una gran química y Verónica, la pequeña de la saga y genio del piano, tal vez no tenga un trastorno mental grave, como todos creen.
El mayor enemigo a vencer, como digo, ha sido criado junto a las pelirrojas de Las Urracas. Rafael, el que fuera hermano mayor de la casa, pronto se convierte en el hombre que quiere quitar todo a las mujeres. Pero no será el único: en el pueblo también hay otros que codician hacerse con la finca de las hermanas y conservar el status quo. Menos mal que las hermanas cuentan con fuertes aliados, como los hermanos Denise y Vinicio, los franceses que se convertirán en sus socios y puede que en algo más; Diana, la mujer ciega que tanto sabe de viñas; Gabriela, la maestra del pueblo; y Miguel, el misterioso desconocido que aparece un día en la finca para quedarse.
La trama principal y todas las secundarias transcurren, como decía, a partir de 1889 y a lo largo de varios años, lo que da al lector la oportunidad de conocer gran número de sucesos interesantes en la vida de las Veltrán-Belasco: desaires, enamoramientos, amistades, traiciones, etc. Y, por supuesto, el fin de la sequía y del adormecimiento de las vides.
Las hijas de la tierra, en definitiva, es una apasionante novela llena de acción, emociones y misterios que navegan entre la realidad y la fantasía. Una novela especialmente indicada para los lectores que gusten de las tramas en las que las grandes sagas familiares que viven en casas sin duda góticas y llenas de fantasmas (reales o no) pelean por lo que es suyo, las mujeres se superan demostrando a los demás su fortaleza y al final todo el mundo encuentra su sitio. Y tú: ¿te atreverás a viajar a la finca de Las Urracas para conocer a las Veltrán-Belasco?
Cristina Monteoliva


© Cristina Monteoliva.