martes, 24 de septiembre de 2019

Reseña: DEERBROOK, de Harriet Martineau.


Título: Deerbrook
Autora: Harriet Martineau
Traductora: Claudia Casanova
Editorial: Ático de los Libros
Páginas: 536
Precio: 25,90 €

En el juego social cada uno debe ocupar el papel que le corresponde, aquel para el que ha nacido. Da igual si es por la clase social, por la familia, por el pueblo en el que se vive o por el sexo que se tenga. ¿Qué sucede cuando alguien se sale de ese guion? Que le señalan con el dedo para indicar quién no es bien recibido en esa sociedad e, incluso, es señalado como enemigo del pueblo y de las buenas costumbres. Muchas de las reclamaciones que hacemos hoy en día sobre la libertad sexual, la igualdad de derechos de la mujer o de la igualdad de oportunidades no deja de tener sus obstáculos en esos pequeños, o no tan pequeños, gestos a pie de calle: quien se sale de las buenas formas no es bien recibido. Y es algo tan dentro de nuestra cultura y, por ende, de nosotros, que la mayoría de las veces no somos conscientes. Sigue siendo importante mantener la estructura social gracias a un inquebrantable sentido de la moral y la hipocresía. Si hoy en día, aunque hayamos conseguido alcanzar algunas libertades, siguen siendo visibles esos comportamientos especialmente en pueblos pequeños, imaginémonos lo que ocurriría en un pueblo pequeño en plena época victoriana.
No necesitamos esforzarnos mucho para imaginarlo, basta con leer Deerbrook, de Harriet Martineau. Deerbrook es una pequeña y bucólica localidad inglesa en la que nunca sucede nada reseñable. Rodeada de bosques y bellos parajes, transcurre la vida de unos ciudadanos que se conocen entre sí perfectamente. El médico, el carnicero del pueblo, el pastor, los agricultores y un par de familias pudientes, los Rowland y los Grey, con un historial de las típicas rencillas y envidias, pero que mantienen apariencia de buena vecindad.
Al pueblo llegan desde Birmingham las hermanas Ibbotson, Hester y Margaret. Familiares de los Grey, estos las acogen por quedarse huérfanas.   Dos muchachas con refinada educación, acostumbradas a la vida en la ciudad y que van descubriendo poco a poco los encantos y la forma de vida de Deerbrook. Por supuesto, su llegada es también un acontecimiento, una novedad, en la que los personajes del pueblo se apuran en participar.   Conocen a los Grey y a los Rowland, y a la maestra de los niños de ambos: la señorita Young, con la que tienen una relación muy especial al ser la más ilustrada, a la par que digna de compasión por estar sola en el mundo y con problemas físicos, secuelas de un accidente de juventud, por lo que se ve obligada a dedicarse a la cultura, aprender idiomas y a ser una gran conversadora sobre filosofía sin participar de forma directa en la vida del pueblo. Conocen al señor Hope, el joven médico del pueblo, muy comprometido y preocupado por sus pacientes e íntimo amigo de los Grey. También conocen al señor Enderby, hermano de la señora Rowland y que se encuentra estudiando derecho en la ciudad, aunque pasa grandes temporadas en Deerbrook.
Todos se vuelcan en organizar actividades para que las hermanas Ibbotson se integren en la vida del pueblo y poder tener contacto con muchachas tan refinadas.  En ese descubrimiento no tardan en evidenciarse las rencillas entre la señora Rowland y los Grey. Esto convierte cualquier actividad en una rivalidad para ver quién organiza mejores eventos, manifestándose envidias muy poco sanas. La capacidad de manipulación y de control sobre el pueblo de la señora Rowland se va incrementando, sobre todo, cuando la mayor de las hermanas Ibbotson, Hester, se promete con el médico, el señor Hope. Que el médico del pueblo emparente con su familia rival hace que ponga toda su capacidad en hundir su reputación en el pueblo. Pero lo peor aún está por llegar, cuando ocurra algo que haga que de verdad su ira estalle.
Harriet Martineau nos presenta una novela en la que las mujeres son las que mueven todos los hilos. Desde la pureza, bondad y honestidad de las señoritas Ibbotson y la maestra Mary Young, hasta el control, el poder  que ejerce la señora Rowland sobre todo el pueblo. Nos da el retrato de una sociedad en la que los auténticos sentimientos individuales se ven perseguidos por esa necesidad de posición social, de dinero o, simplemente, por esa necesidad de ejercer el poder que tienen algunos. No hay lugar para la comprensión, la empatía y mucho menos para el amor desinteresado.   
La autora, Harriet Martineau (1802-1876), es una de las pioneras del feminismo. Su trabajo fundamental se centró en la sociología y la economía desarrollando un intenso trabajo como columnista y escribiendo novelas explicando sus conceptos sobre economía.  Por ello esta novela es interesante para observar los incipientes comienzos de la consciencia del papel de la mujer en la sociedad occidental y la necesidad de visualizar su igualdad frente a un sistema social que la relega a un falso papel secundario.
Sergio M. Planas


© Sergio M. Planas.