¿Eres de los que separa
al autor de la obra o, por el contrario, crees que ambos tienen que evaluarse
de forma conjunta? Desde luego, es más sencillo separar a uno de la otra cuando
se trata de una obra de ficción muy alejada de la vida personal del que escribe.
Pero, ¿qué sucede cuando esta parece hablarnos, al menos en parte, de la vida más
íntima de su escritor o escritora? Ante este dilema me he encontrado con la
lectura de Luna Park, la antología de
relatos cuanto menos singular de Marina Perezagua de la que hablaré en esta
reseña.
Antes
de comenzar a comentar este libro, creo que es importante que sepáis que su
autora, Marina Perezagua es sevillana, pero afincada en Estados Unidos, donde
imparte clases de varias asignaturas en la Universidad de Nueva York. En el
libro no aparece un dato tan íntimo, pero sospecho que Marina también tiene hijos,
al menos una niña que era casi una bebé en el momento de la narración.
Os
preguntaréis a qué viene el párrafo anterior. Enseguida os lo aclaro. Pero empecemos
por el principio: Luna Park es una
antología compuesta por un total de diez cuentos ambientados en Estados Unidos y
que debe su título a uno de ellos. En casi todos estos relatos, la protagonista
es una madre joven, casi siempre española afincada en Estados Unidos, más
concretamente en Nueva York, que tiene al menos un niño pequeño, casi siempre
una niña. Nuestra madre, en alguna que otra ocasión, ha trabajado como
profesora en la universidad, pero ha dejado su trabajo por diversas
circunstancias, lo que le permite pasar más tiempo con su retoño. ¿Entendéis
ahora que este libro me parezca, al menos en parte, autobiográfico?
Como
bien indica la contraportada de este volumen, estos cuentos no solo van sobre
la madre sola (rara vez el padre está presente, y cuando lo está, casi siempre
es un ser cuanto menos repulsivo) que se enfrenta a la crianza de su criatura,
sino también del vacío identitario de los suburbios americanos, la discriminación
(de los indígenas americanos), la vigilancia vecinal, la impostura del
movimiento woke, la normalización de los suicidios en Nueva York, la
degeneración de la vida universitaria, la enfermedad mental (el síndrome de
Diógenes), la soledad y la genialidad de los encuentros inesperados. Otros temas
que resaltan en estas historias son: el desarraigo, el rechazo de familiares,
los bebés prematuros, los grandes conflictos bélicos actuales, el autismo y sus
consecuencias en la familia, la pederastia, las guarderías al aire libre, el
trato que se le da a los perros de refugio y el aborto de niñas en China.
Tras
estas largas listas, pensaréis que nos encontramos ante un volumen serio donde
los temas se tratan con gravedad, cuando en realidad la mayoría de estos cuentos
tiran de la ironía y el sarcasmo a la hora de hacer que el lector empatice con
las mujeres protagonistas, que siempre se dirigen a nosotros en primera
persona, y todos los conflictos que las remueven hasta la médula.
Luna Park,
en definitiva, es un libro que condensa una gran cantidad de temas interesantes
en pocas páginas, muchas veces, tratados de una forma divertida, que no ligera.
Un volumen escrito con garra, con ganas de convertirse en algo sin duda
inolvidable. Una obra que está esperando a que tú la descubras, con sus luces y
sus sombras.
Cristina Monteoliva