¿Estás buscando un romantasy en el que por una vez no se le
dé más importancia al diálogo que las descripciones? ¿Quieres, además, que no
tenga un universo tan complejo que te cueste seguir las aventuras de sus
protagonistas sin consultar continuamente mapas y glosarios? Entonces La reina inmortal. Hosig I es tu libro.
Te cuento los motivos en esta reseña.
Lora
es la reina de Farua, uno de los continentes del mundo de Hosig. Desde hace
muchos años, tal vez demasiados. Y es que Lora lleva cumpliendo los 21 desde
hace 243 años. Y lo que es peor: no puede enamorarse, aunque de eso no se da
cuenta hasta su último cumpleaños. Será entonces cuando por fin decida salir a
la aventura, lo que conllevará atravesar todo su reino, incluidas las partes
más peligrosas, en busca de la manera de romper la maldición que recae sobre
ella. ¿Lo hará sola? Por supuesto que no. En su periplo la acompañará Ruk, un
joven con muchos recursos. ¿Conseguirán llegar vivos al final del camino?
No
soy una gran lectora de romantasy, lo
admito, pero he visto en redes sociales que muchas lectoras buscan en este
género que, sobre todo, haya gran cantidad diálogo. En esta novela, por
supuesto, lo hay; pero también una buena parte descriptiva, tanto de lo que
pasa por la mente de los personajes como de todo el mundo fantástico que
recorren, lo que creo que hará que pueda llegar a lectoras que no desean leer
con tanta rapidez una obra.
También
he visto que las novelas dirigidas a un público joven suelen estar escritas en
primera persona y presente, mientras que esta obra vuelve a desafiar esos
cánones impuestos para ofrecernos un narrador omnisciente en tercera persona y
en pasado.
Dicho
todo esto, ya va siendo hora de que os hable de Lora, la protagonista de esta
novela de aventuras fantásticas con su toque de romance. Lora es, como apuntaba
antes, la reina de Farua. No es, sin embargo, una reina cualquiera, pues no
parece tener gran idea de cómo gobernar su reino, de protocolo y menos de
hablar sin soltar tacos. Sin embargo, es muy valiente, leal a su pueblo y está
dispuesta a hacer lo que sea por convertirse en una mejor gobernante en cuanto
consiga romper una fastidiosa maldición de la que en realidad no recuerda gran
cosa.
En
su periplo por sus tierras le acompaña el también valiente Ruk, un chico que no
teme dirigirse a su reina con el lenguaje más soez posible (lo cierto es que
estos dos no paran de intercambiarse improperios) mientras la protege de todos
los peligros. O casi todos.
De
los personajes secundarios destacaría a Wok, el fiel sirviente de Lora, y a
Kali, la amaestradora de dragones amiga de la reina.
Esta
es una historia ambientada en un mundo fantástico que no es muy complicado de
seguir (para no perderse, de todas formas, hay un plano al comienzo del libro).
En él destacan los dragones, los volits (cuervos con cuernos que se usan para
mandar mensajes), las hadas y las serpientes inmensas.
Por
último, diré que aunque La reina inmortal
es un libro que forma parte de una saga, se puede leer de forma independiente.
El siguiente tomo promete llevarnos a otra parte del universo Hosig con otros protagonistas. Así que
sí, en cierto modo, La reina inmortal
es un libro autoconclusivo a la vez que el primero de lo que parece una
trilogía.
La reina inmortal. Hosig I,
en definitiva, es un romantasy que desafía las normas establecidas en el
género, en ciertos aspectos, a la par que nos ofrece la emoción, el amor y la
fantasía que toda lectora de este tipo de novelas exige. Si buscas algo
diferente, este es tu libro.
Cristina Monteoliva