Queridos amigos de La Orilla de las Letras,
la entrevista de
este tercer día del año nos la ha concedido la escritora Victoria F. Leffingwell.
Tras ejercer como abogada durante muchos años y vivir en distintos
lugares del mundo, Victoria F.
Leffingwell se lanzó a la aventura de la escritura en 2020. Su corta
carrera literaria, sin embargo, ha dado sus buenos frutos: nada más y nada
menos que catorce libros publicados, tanto en español como traducidos a otros
idiomas. En 2023 publicó La vuelta al
mundo de una nómada, libro que quedó finalista del PLAS, y Terrores cotidianos.
Dicho esto, vamos ya a conocer mejor a nuestra autora. ¡Comenzamos!
¿Cuándo comenzaste a escribir?
A diferencia de
muchos compañeros que escriben desde siempre, yo soy una novata ya que comencé
hace ni tres años, pero me lo he tomado con pasión y ahí vamos…
¿Qué lecturas crees que te han influenciado como
escritora?
Soy una lectora
voraz, leo y releo siempre, no le hago ascos a nada aunque me gustan más unos
géneros que otros, obviamente. Quizás podría decirte que mis clásicos de
cabecera, Proust, Galdós, Balzac y los rusos hayan influido de forma
inconsciente, pero lo cierto es que trato de escribir sin dejarme influenciar
por nadie.
¿Qué estás leyendo
ahora mismo? ¿Nos lo recomendarías?
Suelo leer dos o
tres obras a la vez, de géneros muy distintos. Me gusta mucho la ficción
histórica y la novela negra y leo de esos géneros según la hora del día.
También escucho a Alexa mientras paseo o hago cosas rutinarias. Ahora mismo
estoy leyendo una novela fabulosa de Barbara Kingsolver que se llama The Lacuna, en inglés, acabo de terminar
una autopublicada de Gemma Azuar, La
caravana de los sueños rotos, y también estoy liada con un par más de
compañeros autopublicados.
¿Dónde encuentras la inspiración?
Casi siempre en el
agua: mientras nado, me ducho o incluso fregando platos. Debe ser porque soy
acuario, ja, ja.
Solo llevas
publicando tres años pero ya son catorce tus libros que han visto la luz. ¿Cómo lo haces? ¿Te da tiempo a dormir por la noche con
tanto trabajo de escritura?
¡Claro que me da
tiempo a dormir y a vivir!
La verdad es que soy una trabajadora nata. Escribo
un mínimo de mil palabras diarias y cuando van pasando los días, o los meses,
de repente ves que tienes un montón. Cuando me dedico a algo me lo tomo en
serio, además al ser viejecita tengo todo el tiempo del mundo para hacer lo que
me da la gana, en este caso escribir. A mis años tendría que estar haciendo
calceta y viendo la teletonta, pero de momento me divierte más crear historias.
Me faltan horas para hacer todo lo que quiero, por ejemplo seguir traduciendo
mis novelas. Uno de los proyectos de este año será irlo haciendo a ruso y
francés, poco a poco estarán.
©Victoria F. Leffingwell.
¿Qué ha supuesto para ti quedar finalista del PLAS (el
premio literario de Amazon) con La vuelta
al mundo de una nómada?
Una sorpresa muy
agradable.
Como ya he comentado en varias entrevistas, cuando
me llamaron de Luxemburgo pensaba que era una mala noticia o una broma. Nuestra
familia está repartida por varios países, era un número muy largo y no
familiar, así que lo primero que me vino a la mente es que me llamaban desde un
hospital o algo similar y, acto seguido, que era un lector con ganas de guasa.
Tengo la gran suerte de que mis novelas las leen lectores de muchos países,
pero no, era Amazon para comunícame que había sido seleccionada entre 5.200
concursantes. A pesar de eso, hasta que recibí un correo con detalles e
instrucciones no me lo creí. Algo muy gracioso fue que una de las condiciones
era que no podía decir nada hasta que la noticia se hiciese pública y a mí me
daba igual, pero mi marido quería decírselo a todo dios, imagina, fue una
semana aguantando “¿cuándo lo van a decir, que pesados…?”, etcétera.
Háblanos de La
vuelta al mundo de una nómada.
Desde que comencé,
siempre publico con Amazon y en 2023 tenía pensado presentarme con el segundo
volumen de “La saga de los Gamonal”, pero como en febrero estaba lista, los
lectores del volumen primero me preguntaban todo el rato por el 2º, y soy muy
impaciente, decidí no esperar hasta mayo, que es cuando comienza el plazo del
certamen, y la publiqué; como me quedé sin nada de lo previsto eché mano de
recuerdos y escribí la nómada, sin ninguna pretensión de ganar nada, pero por
la visibilidad que da dicho certamen. En en los diez años de historia del
premio nunca jamas habían elegido relatos, es decir, las posibilidades eran
mínimas o nulas. Pero gustó.
Quizás es porque el
formato es original.
El proceso de selección es bastante duro: de todo lo
presentado hacen una primera criba y quedan cien obras. Luego otra segunda en
la que quedan cinco, los finalistas, y esas son las que lee el jurado. Pero es
Amazon quien finalmente tiene la última palabra.
Fue muy interesante todo, nos trataron de maravilla,
con muchos regalitos y detalles, tuvimos dos horas de estar con toda la prensa
sin agobios, firmamos montones de libros, conocimos a personas muy
interesantes, y encima tuvimos el honor de inaugurar la primera biblioteca de
autopublicados en España en el centro Ortega-Marañon.
Una muy grata experiencia.
©Victoria F. Leffingwell.
En octubre has
publicado Terrores cotidianos. El título es bastante claro, pero, ¿crees que lo
cotidiano tiene más de terrorífico que lo extraordinario?
Era la primera vez
que escribía algo de terror, fue un experimento divertido.
Y si, en ocasiones cualquier elemento del día a día,
de los que tenemos a mano sea un sofá o unos tomates, pueden convertirse en
malitos y darnos sorpresas.
¿Qué podemos encontrar en Terrores cotidianos?
Como su nombre
indica, son 111 relatos cortos de objetos de andar por casa que pueden darnos
sorpresas. La idea inicial era escribir cosas de mucho miedo, pero al final en
lugar de miedo salen muchas carcajadas. Algunos son tan absurdos que no queda
otra más que reír.
Por cierto,
¿por qué publicar en Amazon?
Nunca intenté
ponerme en contacto con alguna editorial. En mi caso hacerlo con Amazon es el
formato perfecto. Por una parte tienes control absoluto de todo: ejemplares
vendidos en papel o digital, páginas leídas, países donde te leen…, cada mes te
ingresan las regalías puntualmente, etcétera; por otra, la distribución es
mundial, lo que es muy cómodo. Yo no vivo siempre en la misma ciudad, soy
nómada y no paso más de cuatro meses en el mismo sitio, incluso alternando países, publicando con Amazon
puedo hacerlo. Además, pasó de presentaciones, ferias de libros y toda esa
parafernalia. Siempre estoy dispuesta para entrevistas, algo que me encanta, pero en digital y sin tenerme que
desplazar a tal o cual sitio. El contacto personal con mis lectores lo tengo a
través de WhatsApp o teléfono y, por suerte, muchísimos de los que comenzaron
como lectores han pasado a ser amigos o casi familia, y nos vamos conociendo en
persona poco a poco, es decir ese flanco queda cubierto. Tener que estar en un
sitio determinado, a unas horas específicas para hacer el artículo y contar
maravillas maravillosas de lo que has escrito no es mi estilo. Igual un día me
da por cambiar, aunque lo dudo. Quizás si una editorial de las grandes me
ofrece un contrato suculento a cambio de ir de acá para allá, según dicten
ellos y sus normas lo pensaría…, ten en cuenta que estoy en la categoría
ancianil y que a estas alturas de mi vida lo que quiero y deseo es hacer lo que
me dé la gana sin que nadie me mangonee.
¿Qué esperas que los lectores encuentren en tus obras?
Entretenimiento,
diversión, datos históricos que quizás desconocían. Muchas cosas. Cuando
alguien lee una de mis novelas repite. Eso es buena señal.
¿Qué nuevos proyectos literarios tienes en marcha?
Tengo tres en el
horno: el primero es una novela de humor negro, medio thriller, medio gansada.
La protagonista de “Si llamas a la puerta del infierno…”, la deslenguada
Roberta, vuelve con otro caso muy intrigante.
El segundo es de
gatos y chocolate y el tercero de indios.
Y varios otros
proyectos como seguir traduciendo etcétera.
¿Te gustaría añadir algo antes de terminar esta entrevista?
Solo dar inmensas
gracias por la oportunidad de contaros un poco sobre mis locuras. En encantaría
si leéis alguna de mis novelas y si os gustan mejor que mejor.
Besos infinitos.
Muchas
gracias, Victoria, por tu tiempo,
tus palabras y tus fotos personales. Te deseamos mucha suerte con tu carrera
literaria.
Y a vosotros, amigos lectores,
gracias por estar un día más al otro lado de la pantalla. Ahora, ¡a leer!
Cristina Monteoliva