Editorial Menoscuarto ha reeditado La
nave de los locos, un libro que se publicó por primera vez en 1984.
Considerada como una de las obras más importantes del Postboom Latinoamericano
es, sin duda, una obra trascendental en la
trayectoria de Cristina Peri Rosi, su autora. Se trata de un texto
fragmentado sin transiciones entre capítulos. El lector deambula de una
historia a otra, encontrando intercaladas entre los capítulos descripciones de
diferentes fragmentos del Tapiz de la Creación que se encuentra en la Catedral
de Girona. La trama se complica al superponer diferentes líneas narrativas.
Podríamos decir que es un texto experimental que se plasma en una especie de
cubismo literario.
Su
protagonista es Equis, el arquetipo del sujeto errante. Equis es la incógnita,
lo desconocido. Es una novela coral en la que aparecen otros muchos personajes
como Vercingetorix, Graciela, Morris, Gordon… además de las diferentes
personas, muchas veces sin nombre, que se cruzan con el protagonista y con las
que también interacciona.
Los primeros capítulos se desarrollan a
bordo de un barco. Entre los diferentes simbolismos que pueblan esta obra
plagada de intertextualidades, el agua del mar por el que navega esta
embarcación nos remitiría al caos primordial en el que se sustenta la creación.
El libro nos lleva a reflexionar sobre la condición humana, más concretamente
sobre el individuo errante. El extranjero no nace, se hace; es un estatus que
se adquiere, muchas veces, no por voluntad propia. Hablamos entonces del
exilio, uno de los ejes vertebradores del libro de Peri Rosi. También versa
sobre las causas de esos exilios, casi siempre de índole política, sobre las dictaduras
y las desapariciones forzadas.
Se
hace patente que la vida emocional del exiliado es inestable, que desarrolla
una peculiar hipersensibilidad. Inspirándose en su propio exilio, Peri Rosi
describe la tensión del individuo frente al espacio que habita y que no es el
suyo de origen; un espacio físico pero también mental. Además de ser un periplo
vital, se trata de un viaje físico, sin embargo, en la narración apenas
aparecen un par de nombres de ciudades; tal vez porque la historia podría
ocurrir en cualquier lugar, en todos los lugares. La autora también reflexiona
sobre el deseo, uno de los anhelos intrínsecos al individuo; más concretamente
sobre el deseo sexual y el erotismo. Desde una mirada feminista y de exiliada
política Peri Rosi teje una trama compleja y de gran profundidad. Especialmente
impactante es el episodio del autocar que viaja a Londres cargado de mujeres
que van hasta allí a abortar. La crudeza con que relata la forma en que se hace
de ello un negocio conmueve. En definitiva, no es una novela al uso, tampoco
resulta fácil de leer, pero el esfuerzo merece la pena.
María
Dolores García Pastor