Queridos
amigos de La
Orilla de las Letras,
el
mes de marzo avanza y aquí las entrevistas no paran. Hoy os traemos la que nos
ha concedido la autora de fantasía y ciencia ficción Virginia Orive de la Rosa.
Virginia Orive de la Rosa ha publicado relatos en las revistas Supraversum
y Windumanoth,
en la web de LES editorial y participado
en distintas antologías como Mundos sutiles, Dulce
Hogar, Visiones2020, La
hermandad de la noche: cuentos de sangre y oscuridad, Sueños de nieve, Espiados o Juglares de fantasía. En 2020 publicó su primera novela de ciencia
ficción titulada Propósito, Logro, Duelo de la mano de la editorial Titanium
y en enero de 2022 la novela corta de fantasía satírica Intrigancles contra el sistema
demostrático con editorial Cerbero. Podéis encontrarla en su
cuenta de Twitter: @virginiadepapel,
como @virdepapel en Instagram o en
su blog: https://virginiadepapel.com/
Dicho esto, aquí vamos con la entrevista:
¿Cuándo
comenzaste a escribir?
Empecé
de muy pequeña, siempre me gustó mucho, eran mis deberes favoritos en el
colegio. Con doce años escribí mi primera novela, se la leía a mi hermana mientras
se maquillaba para salir de fiesta y cuando la terminé, se la regalé. Con los
años lo fui dejando y para cuando acabé la carrera y me puse a trabajar ya no
escribía. En 2012 lo retomé para animarme en una época complicada de mi vida. Ahí
me di cuenta de lo importante que era para mí y no he vuelto a dejarlo desde entonces.
¿Qué
lecturas crees que te han influenciado como escritora?
Todas, en mayor o menor medida.
Crecí leyendo las Rimas y leyendas de
Bécquer y los clásicos de la literatura española. Después llegaron Stephen.
King, Saramago, Asimov y tantos otros. Cada cual me ha dejado huella, incluso
de autores que no me gustaron especialmente he cogido algunas cosas. Leer es el
mejor ejercicio de aprendizaje.
¿Qué
estás leyendo ahora mismo? ¿Nos lo recomendarías?
Estoy leyendo la antología benéfica
Juglares de Fantasía, que contiene un
relato mío, así que por supuesto que la recomiendo. Es broma, pero solo en
parte; por lo que llevo leído contiene relatos estupendos que merecen la pena y
no me refiero al mío. También estoy con El
metal perdido de Sanderson y se me está haciendo un poco cuesta arriba.
©Virginia
Orive de la Rosa.
¿Dónde
encuentras la inspiración?
En cualquier parte, en las cosas más
tontas: una imagen, una frase, un sonido, aunque especialmente en los «¿Y si…?»
que componen la vida. Y si me quedo falta de ideas, me doy una ducha, ahí han
surgido algunas de las mejores que he tenido. También me vienen muchas fregando
o en el trayecto de casa al trabajo y del trabajo a casa.
Si
tuvieras que elegir, ¿con qué te quedarías: ciencia ficción o fantasía?
Me dolería en el alma tener que
elegir, pero quizá la ciencia ficción es la que mejor me ayuda a dar respuesta
a los «¿Y si…?» que comentaba antes. Aunque en comparación, escribo mucha más
fantasía, me resulta más fácil.
¿Relato
o novela?
El relato me ha dado muchísimas alegrías
y me proporciona la oportunidad de jugar y experimentar sin invertir tanto
tiempo como en una novela, por si acaso el resultado es un fracaso. Sin embargo,
me resulta más sencillo expresar mis ideas en textos más largos, así que, si
solo pudiera quedarme con uno, escogería la novela.
¿Crees
que las escritoras españolas lo tienen más complicado a la hora de publicar que
los hombres?
Para publicar
no lo creo, dudo que haya habido un momento histórico en el que publicar fuera
más sencillo, cualquiera puede hacerlo mediante autopublicación. Publicar con
una editorial grande y ver tus novelas en todas partes… eso ya es otro cantar.
Sí creo que las mujeres lo tienen más difícil que los hombres para triunfar,
sobre todo en según qué géneros. Sigue habiendo mucho prejuicio.
Tu
última novela, Intrigancles
contra el sistema demostrático,
es una fantasía satírica. ¿Qué nos puedes contar de ella?
Es un retelling de Jasón y
el vellocino de oro. Se desarrolla en un país llamado Helenosia en el que sus habitantes
no comprenden el concepto de la mentira, salvo Intrigancles, porque él no se
considera helenosio sino político y bastante corrupto. Como además es imbécil,
ofende a quien no debe y termina siendo escogido para buscar el Churriflunflis
místico, a partir de ahí todo le va de mal en peor.
¿Cuánto
tiempo has tardado en escribir esta obra?
Comenzó
siendo un relato que no terminó de funcionar y lo reescribí como novela durante
un NanoWrimo hace unos años, así que alrededor de un mes.
¿Crees
que es más difícil escribir una novela de fantasía con tintes satíricos que una
de fantasía en tono serio?
A mí, personalmente, el humor me
sale solo. Cuando escribo fantasía seria, durante la corrección tengo que
quitar muchos chistes que se me han colado. El humor me ayuda a avanzar con la
historia, pero a veces no encaja con el tono.
¿Qué
esperas que los lectores encuentren en Intrigancles contra el sistema demostrático?
Espero que se rían, eso es lo principal
cuando escribes humor, pero también que encuentren una historia que les haga
reflexionar. Me encantaría que cerrasen el libro con una sonrisa después de terminarlo.
¿Qué
nuevos proyectos literarios tienes en marcha?
Demasiados, me temo. Tengo preparada
una novela corta de fantasía oscura que espero publicar en unos meses. Además,
estoy corrigiendo una novela y escribiendo la tercera parte de una trilogía, ambas
de fantasía. También planeo ponerme con la segunda parte de Intrigancles muy
pronto.
¿Te
gustaría añadir algo antes de terminar esta entrevista?
Lo primero, muchas gracias por la
entrevista. También me gustaría agradecer a todas esas personas que se han leído
mis historias. Escribir es un trabajo duro algunas veces y recibir el cariño de
los lectores ayuda a hacerlo más llevadero, a sentir que no le hablas al vacío,
que tu mensaje le está llegando a alguien.
Muchas
gracias a ti, Virginia, por tu
tiempo, tus respuestas y tus fotos personales. Que no pierdas nunca algo tan
maravilloso como el sentido del humor y que tus historias lleguen a muchos
lectores.
Muchas
gracias también a vosotros, amigos de
las letras, por estar un día más al otro lado de la pantalla. Ahora, ¡a
leer!
Cristina Monteoliva