lunes, 23 de octubre de 2017

Reseña: CÓMO COMPORTARSE EN LA MULTITUD, de Camille Bordas.

Título: Cómo comportarse en la multitud
Autora: Camille Bordas
Traducción: Carlos Jiménez Arribas
Publica: Malpaso
Páginas: 288
Precio: 22 € / 7,99 € (ebook)

Imaginad una familia donde todos los chicas y chicos sean tan inteligentes, que incluso se salten cursos. Los mayores estarían realizando doctorados y los más jóvenes, pensando en qué estudiar en la universidad. Pero, ¿qué pasaría si uno de ellos no obtuviera tan buenos resultados en el mundo académico? ¿Se sentiría este miembro de la familia en desventaja? ¿Cómo vería a sus hermanos? La respuesta a esta y otras muchas preguntas las encontraréis en la brillantísima novela Cómo comportarse en la multitud, de Camille Bordas, precisamente el libro que os vengo hoy a comentar.
Isidore Mazal, al que todos llaman Dory aunque preferiría que le llamara Izzie, es un joven que se enfrenta a su recién estrenada adolescencia de una forma muy particular. Sus hermanos son todos unos genios que se saltan cursos y se encierran en sus dormitorios para elaborar sesudas tesis doctorales, mientras que él obtiene buenas notas en el colegio, pero nunca le han hecho adelantarse un curso. La comunicación en su familia y el cariño entre los miembros no son algo que abunde, por lo que Dory intenta fugarse una y otra vez, en un intento por llamar la atención de todos. La muerte del cabeza de familia no le hará cejar en su empeño, pero sí fijarse más en sus hermanos, su madre y las personas que le rodean en su localidad y el colegio. ¿Se irá de casa el chico para no volver o decidirá finalmente quedarse con su extravagante familia?
En narrador y protagonista de esta historia es Dory o Izzie, como él quisiera que le llamaran, un niño que despierta a la adolescencia en una casa en la que todos parecen más compañeros de piso que hermanos. Así, mientras que la mayor, Berenice, está acabando su doctorado en París, Aurore permanece en su cuarto escribiendo y los chicos, Leonard y Jeremie, que comparten dormitorio, siguen también con sus cosas relacionadas con sus importantes estudios. Dory comparte habitación con su hermana Simone, no menos absorta en sus estudios y en sí misma. Solo parece hacerle caso cuando quiere que le grabe y tome notas para la biografía que pretende que su hermano escriba de ella en el futuro. ¿Se interesa alguno mínimamente por Dory? En absoluto. Tampoco ellos lo hacen por sus padres, lo que lleva a pensar a la señora Mazal que solo el pequeño de la familia cuidará de ella cuando sea mayor.
Todo empieza como un diario o una crónica escrita por Isidore Mazal, que pretende abarcar al menos un par de años de la vida del chico. Día tras día, el joven Dory nos va contando lo que ocurre en casa y en el colegio, sin obviar ni una sola de las divertidas, a la par que extrañas y originales, anécdotas que le ocurren. Pronto el lector se irá dando cuenta de que el amable, honesto e inocente Dory está muy solo. No tiene amigos, y sus hermanos van todos a lo suyo. No es de extrañar que el chico solo piense en fugarse. Pero, ¿será esa la mejor forma de llamar la atención de su familia?
El punto de inflexión en la narración llega con la muerte del padre, casi siempre ausente. A partir de entonces, Dory intentará acercarse a sus hermanos, a la gente de su localidad, incluso a Denise, esa chica con depresión que intenta suicidarse una y otra vez.
No puedo más que expresar mi enorme admiración por Camille Bordas  después de terminar de leer esta magnífica novela. Su obra no solo resulta original y divertida, una comedia tremendamente inteligente, sino que también consigue engañar al lector para conseguir un gran fin. Porque este no es un diario cualquiera de un adolescente, lleno de anécdotas ordenadas en el tiempo. No, claro que no. Esta novela es mucho más que eso: una historia que entretiene a la vez que nos hace reflexionar sobre temas como la familia, la amistad, la búsqueda de la propia identidad, la soledad en nuestros días y, sobre todo, la importancia de la empatía y la inteligencia emocional en un mundo como el nuestro en el que cada vez prima más el individualismo.
Confieso que lo pasé mal cuando acabé de leer Cómo comportarse ante la multitud. Las aventuras de Dory habían terminado. Ya no aprendería más de su honestidad, su inocencia y esa forma tan pura de ver la vida. Ya no reiría más con las cosas que le pasan o lloraría con los momentos tristes. En fin, amigos, ¿qué más queréis que os diga sobre este libro que tanto me ha marcado? Solo que lo leáis vosotros también porque sé que no os arrepentiréis. Hacedlo, por favor, hacedlo.
Cristina Monteoliva